Cómo cuidar la hiedra en maceta y transformar tu espacio

Hiedra en maceta colgante.
Hiedra en maceta colgante.

¿Buscas una planta decorativa, fácil de cuidar y que además purifique el aire? La hiedra en maceta lo tiene todo: elegancia, versatilidad y un toque natural que transforma cualquier rincón. Descubre por qué esta trepadora es un auténtico tesoro verde para tu casa.

La hiedra en maceta es una de las plantas más populares para interiores y exteriores. Existen muchos tipos de hiedra, cada una con sus propias particularidades y curiosidades únicas, como la Hedera helix o la Hedera canariensis.

Todas ellas son plantas trepadoras perennes, muy ornamentales gracias al verdor y la exuberancia de sus hojas. Tal es su capacidad decorativa, que son de las trepadoras más usadas para cubrir una pared o superficie.

Cierre vegetal con hiedra de jardinería.
Cierre vegetal con hiedra de jardinería.

Sin embargo, además de ser muy utilizadas en exterior para este fin, pueden ser una planta ideal para cultivar en macetas.

Son fáciles de cuidar, y su porte elegante y colgante, perfecto para colgar del techo o colocar sobre una estantería, las convierte en un foco total, sea donde sea que las pongas. Sin olvidar que es una planta purificadora única de los ambientes, ¡lo tiene todo!

Si quieres saber cómo sacar el máximo potencial a tu hiedra en maceta, sigue leyendo para descubrir cómo cuidarla.

¿Qué tipo de hiedra se puede cultivar en maceta?

La variedad más habitual utilizada en maceta es la Hedera helix, más conocida como hiedra inglesa. Se adapta de forma espectacular al cultivo en contenedor, ya sea en clásicas macetas como en jardineras. Sin embargo, no es la única opción a tener en cuenta.

El verdor de la hiedra es muy ornamental.
El verdor de la hiedra es muy ornamental.

Otros nombres muy interesantes que puedes cultivar en contenedor, siempre y cuando dispongan lógicamente de los cuidados de que necesitan de luz y riego, son la Hedera canariensis, más conocida como hiedra canaria, de un estilo más tropical, y las hiedras minis, de un aspecto más mini y compacto.

¿La hiedra en maceta necesita tutor?

Depende de lo que quieras potenciar. Si prefieres lucir su porte colgante, no hace falta ningún tutor, ya que sus tallos caerán naturalmente desde la maceta.

Pero, si deseas que crezca de forma vertical, necesitarás colocarle un tutor o guía por el que pueda trepar y desarrollarse. ¡Tú elijes!

Cuidados básicos de la hiedra en maceta

Luz y temperatura

La hiedra es una planta bastante resistente en cuanto a las condiciones de luz pero, si quieres disfrutar de todo su potencial, ubícala en una zona con luz indirecta brillante.

En interior, colócala cerca de una ventana con luz tamizada; de hecho, es una de las mejores plantas para decorar el alféizar de la ventana. En exterior, ubícala en un lugar son sombra parcial. Ten precaución con el sol intenso de las horas centrares del día, ya que podría quemar sus bonitas hojas.

La hiedra en el alféizar añade un toque de encanto natural
La hiedra en el alféizar añade un toque de encanto natural

Notarás que no está recibiendo suficiente luz porque su crecimiento se frenará y su follaje no tendrá esa característica intensidad verde.

Por su parte, las hiedras son plantas a las que les gustan las temperaturas frescas, pero no soportan bien las heladas. Si vives en una zona con inviernos fríos y la tienes en el exterior, protégela colocándola en una zona resguardada o llévala al interior. Al cultivarla en tiestos, no tendrás ninguna dificultad para moverla.

No hay que olvidar que las hiedras son plantas de sotobosque, por lo que su entorno natural es fresco, húmedo y con luz filtrada entre los árboles. De ahí que se adapten tan bien a rincones con sombra parcial y humedad ambiental.

Riego y humedad ambiental

La tierra de la hiedra en maceta ha de mantenerse húmeda, pero sin exagerar, o podría desembocar en encharcamientos, que a su vez suelen provocar el amarilleamiento y la caída de las hojas.

La frecuencia de riego ha de ser regular y moderada. Cada 3 o 4 días suele ser lo habitual, aunque depende de las condiciones climáticas. En invierno, redúcelo drásticamente ya que la planta entra en periodo de reposo.

Un punto a tener en cuenta es que es recomendable pulverizar sus hojitas con agua tibia para potenciar su brillo en belleza. Esto es doblemente aconsejable en entornos más secos, como puede ser el centro de la península.

Suelo y abono

Para que tu hiedra se desarrolle bien, utiliza siempre un sustrato de calidad. Recuerda que depende, en gran parte, de él para prosperar y crecer.

Planta de hiedra en maceta.
Planta de hiedra en maceta.

Puedes usar un sustrato universal sin problemas, pero si quieres mejorarlo, puedes añadir algo de perlita o fibra de coco, que mejorarán el drenaje. No te olvides de comprobar que el tiesto en el que vayas a cultivarla tenga sus respectivos agujeros de drenaje.

Respecto al abonado, las hiedras en maceta no son muy exigentes. En primavera y verano, que es durante su periodo de crecimiento, añade un fertilizante líquido para plantas verdes al agua de riego, y así dispondrá de los nutrientes que necesite para crecer y potenciar su verdor.

Trasplante

Como el ritmo de crecimiento varía entre los diferentes tipos de hiedra, en el caso de la Hedera helix (la más común), que es más rápida, el tiempo que debe pasar entre un trasplante y otro puede variar ligeramente. Sin embargo, en general, suele ser cada dos o tres años.

Es importante escoger siempre un contenedor de tamaño ligeramente mayor, nunca mucho más grande, para evitar que las raíces se estanquen en un exceso de sustrato.

Siempre que sea posible, realiza el trasplante durante la primavera, ya que es cuando la planta comienza su periodo de crecimiento.

¿Es recomendable regar después de trasplantar? El biólogo Manuel Gras menciona que no es recomendable regar inmediatamente después del trasplante. Es mejor esperar un tiempo prudencial, ya que en ese momento la planta en maceta aún no tiene capacidad de absorción de nutrientes.

Hedera helix
Hedera helix

Regar en esos primeros momentos podría ocasionar que la planta se ahogue debido a la falta de oxigenación en las raíces, y afectar seriamente a su salud.

Un truco extra: Aprovecha el trasplante para reproducir tu hiedra mediante acodo. Solo tienes que enterrar un tallo largo y flexible en el mismo sustrato, sin separarlo de la planta madre.

Plagas y enfermedades

Aunque la hiedra es una planta resistente, puede verse afectada por algunas plagas y enfermedades, como los ácaros, la cochinilla y los pulgones.

Como siempre decimos, una detección precoz es imprescindible para erradicarlas de forma eficaz. Puedes utilizar aceite de neem o jabón potásico para prevenirlos y, en caso de que muestren un síntoma de su ataque, utilizar productos específicos.

Por su parte, respecto a las enfermedades, las más habituales suelen estar relacionadas con el exceso de riego y la alta humedad. Estas incluyen el mildiu, las manchas foliares y la podredumbre de raíz. Es fundamental mantener un equilibrio en el riego y la circulación de aire para evitar estos problemas.

Salvo este tipo de problemas que, como ves, tienen solución, la hiedra en maceta es una planta ideal para cualquier casa. Aporta un toque verde, fresco y renovador del aire increíble.

Es una variedad perfecta, eso sí, para aquellos que no tengan mascotas, ya que no es una planta pet friendly.

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