El pueblo valenciano que celebra la batalla de tomates más grande del mundo

Descubre la popular fiesta en la que se celebra la batalla de tomates más épica del mundo, en la que miles de participantes se lanzan cerca de 150.000 kilos de esta hortaliza. Una tradición que cada último miércoles de agosto se celebra en el municipio valenciano de Buñol, el pueblo que durante una hora tiñe sus calles de rojo. ¿Quieres saber más curiosidades sobre esta popular fiesta?
La Tomatina de Buñol es una de las fiestas más famosas (y divertidas) del mes de agosto gracias a su gran batalla de tomates. 7 camiones repartirán 150.000 kilos de esta hortaliza, la munición para teñir de rojo los calles del municipio montañés.
La fiesta comienza con un curioso juego: el palo jabón. Los participantes tienen que trepar por un poste engrasado en cuyo extremo se coloca un jamón. Cuando alguien lo alcance se inicia la batalla que dura una hora desde mediodía hasta que suena el disparo final y los participantes dejan de lanzar tomates. Al finalizar la batalla se limpian todas las calles con mangueras de agua de alta presión para dejarlas impecables.
Para participar debes tener entrada previa, ¡y siempre se agotan! Desde 15 euros la entrada simple hasta 500 euros, los nuevos pases VIP que te permiten subir a los remolques de los camiones. Este año son 22.000 los participantes y es que este evento atrae a miles de turistas nacionales e internacionales con especial presencia de países asiáticos.
Los tomates de La Tomatina
Los tomates que se utilizan en la fiesta no son aptos para consumo humano y se producen de forma exclusiva para la Tomatina. La producción completa de este año la realiza Frutas y Verduras Massanassa ubicada en Silla (Valencia).
Para no causar daños entre los participantes deben ser tomates maduros (son tomates de pera blanditos) y hay una regla: estrujar el tomate antes de lanzarlo.
El origen de la batalla
Desde la Organización Oficial de La Tomatina cuentan que la historia de la gran batalla comenzó el último miércoles de agosto del año 1945. Unos jóvenes pasaban el rato en la Plaza del Pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos. Los chicos decidieron hacerse un hueco en la cabalgata, aunque su ímpetu provocó que cayera un participante. Éste empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Allí se ubicaba un puesto de verduras que fue utilizado por la multitud enfurecida para soltar adrenalina: los presentes comenzaron a arrojarse tomates hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a tan particular batalla.
Aunque a principios de los años 50 La Tomatina fue prohibida, el pueblo consiguió que la fiesta volviera a autorizarse. Cada año sumaba más participantes y La Tomatina de Buñol se institucionalizó como fiesta local. Su éxito ha traspasado fronteras atrayendo al público de España y de otros países del mundo hasta que en 2002 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.