Riesgos que deberías conocer antes de empezar a correr

El running ha pasado de ser una actividad deportiva a convertirse en un fenómeno social. Cada vez más personas se suman a esta práctica buscando mejorar su salud, perder peso o simplemente desconectar del día a día. Sin embargo, no todo es tan positivo como parece. Correr sin una preparación adecuada o con exceso de motivación puede desencadenar problemas físicos y lesiones que muchas veces se podrían evitar. En este artículo te explico los principales peligros de correr cuando no se hace correctamente y te damos claves para entrenar de forma segura.
El número de corredores amateurs ha aumentado notablemente. El running ofrece beneficios claros: mejora la salud cardiovascular, ayuda a controlar el peso, reduce el estrés y no requiere más que unas zapatillas y fuerza de voluntad. Las redes sociales y las aplicaciones deportivas también han impulsado esta tendencia para ponerse en forma, convirtiendo las carreras y retos personales en fenómenos virales.
Pero esa popularidad tiene una cara menos visible: el aumento de lesiones y problemas de salud entre quienes se inician sin preparación adecuada, y no solo tiene que ver con la edad.
Principales riesgos de correr sin control

1. Lesiones por sobrecarga
Las lesiones más comunes entre corredores no profesionales son las de sobreuso o sobrecarga. La más frecuente es la fascitis plantar, seguida por la tendinitis rotuliana, la periostitis tibial y la temida fractura por estrés.
Estas lesiones aparecen cuando se corre demasiado, demasiado pronto. El cuerpo necesita adaptarse progresivamente al impacto repetido del running. Correr cinco días por semana sin base previa es una receta casi segura para lesionarse.
2. Problemas articulares
Aunque correr fortalece los huesos, hacerlo con mala técnica o sobre superficies duras puede afectar a las articulaciones, especialmente rodillas, tobillos y caderas. El riesgo se incrementa si existe sobrepeso, ya que cada paso multiplica la presión articular.
3. Síndrome de la banda iliotibial
Es una lesión muy común entre corredores de media y larga distancia. Provoca dolor en la parte externa de la rodilla y suele estar relacionada con desequilibrios musculares y una técnica incorrecta. Si no se trata, puede obligar a parar durante semanas.
4. Problemas cardiovasculares en personas no diagnosticadas
Aunque poco frecuente, también existe el riesgo de eventos cardiovasculares, especialmente en personas que retoman el deporte tras años de inactividad sin una valoración médica previa. Lo recomendable es realizar un chequeo antes de iniciar cualquier plan de entrenamiento intenso.
¿Cómo prevenir estos peligros?

Empieza a correr poco a poco
No intentes correr 10 km el primer día. Lo ideal es comenzar alternando caminar y correr durante sesiones cortas. Aumenta el volumen semanal como máximo un 10% respecto a la semana anterior.
Haz ejercicios de fuerza y movilidad
El entrenamiento de fuerza es clave para prevenir lesiones. Fortalecer el core, glúteos y piernas con rutinas de ejercicios de fuerza protege las articulaciones. Además, los estiramientos y la movilidad evitan rigideces que pueden derivar en problemas musculares.
Elige el calzado adecuado
Una zapatilla incorrecta puede provocar desequilibrios. Lo ideal es elegir un calzado adaptado a tu tipo de pisada y al terreno donde vas a correr. Si tienes dudas, puedes acudir a un podólogo deportivo o a tiendas especializadas que hagan un análisis de pisada.
Escucha a tu cuerpo
El dolor no es normal. Si aparece una molestia persistente, es importante descansar y consultar a un fisioterapeuta o médico deportivo. Ignorar las señales puede convertir un problema leve en una lesión grave.
No te compares con los demás
Las redes sociales pueden motivar, pero también presionan. Cada cuerpo tiene su ritmo de adaptación. No te fuerces a correr más o más rápido solo por seguir el ritmo de otros.
Correr tiene beneficios indiscutibles, pero como todo deporte, debe practicarse con sentido común. Escuchar al cuerpo, tener una preparación progresiva y combinar el running con ejercicios de fuerza y descanso es la mejor forma de disfrutar de esta actividad sin pagar un precio alto. Si estás pensando en empezar a correr, hazlo con cabeza: tu cuerpo te lo agradecerá.