Si bien la moda no tiene edad, lo cierto es que cuando superamos los 50, hay una serie de pautas y consejos que empezamos a tener en cuenta para vestir bien. Y no porque no nos sintamos a gusto con nuestro estilo, sino porque llegadas a cierta edad nos preocupa más, aún si cabe, el vernos bien y el sentirnos identificadas con nuestro estilo y con nuestro cuerpo.
Porque sí, cada uno tenemos nuestro estilo y eso nadie nos lo puede quitar ni tampoco cambiar. Pero también es cierto que, a medida que cumplimos años, nuestro cuerpo cambia y nuestra forma de vestir también debería, o al menos evolucionar y adaptarse a lo nuevo.

Debemos encajar los cambios, evolucionar y adaptarnos a lo nuevo. De nada sirve vivir del pasado y aferrarnos a él como si no hubiese un mañana. Acabamos de cumplir 50 años y es momento de ver si realmente nuestro estilo nos representa y refleja lo que somos y cómo queremos ser.
Y es que es, aunque es muy habitual que cuando hablemos de estilo y de moda, automáticamente nuestra cabeza visione a mujeres de entre 20 y 40 años, lo cierto es que los 50 también son un compañero inmejorable de la moda y del estilo. Como muy bien se dice ahora "los 50 son los nuevos 40", y no podemos estar más de acuerdo con esa afirmación.
Y es que, si hay un claro ejemplo de que a partir de los 50 el estilo abunda, esa es Carolina Herrera. Una de las diseñadoras más reconocidas a nivel global y referente de estilo en el mundo que ha demostrado que los años no son ningún lastre en cuanto a elegancia y estilo, ¡todo lo contrario!
Pero, ¿cuál es la clave para vestir bien después de los 50? ¡Lo vemos!
Los secretos de Carolina Herrera para vestir bien después de los 50
Tener claro cuál es tu propio estilo
Como bien hemos mencionado, cada una tenemos nuestro propio estilo y eso no debe cambiar. Un estilo que lo hemos conseguido y confeccionado a base de hacer pruebas y de cometer errores. Tener un estilo propio es clave para expresarnos de la mejor manera posible, y también lo es hacer un equilibrio entre nuestra esencia y personalidad.
No se trata de dejar de ser nosotras mismas para vestir como dicen que debemos hacerlo, la clave está en, teniendo nuestro estilo como referencia, adaptarlo a los nuevos tiempos para seguir siendo igual o más elegantes y estilosas que lo que éramos hasta el momento

Colores neutros
Evitar, en la medida de lo posible, las exageraciones. Y no estamos diciendo que tengas que renunciar a tu estilo y prendas favoritas, si no que sepas combinarlas y sacarles partido. Trata de buscar un equilibrio entre las prendas más básicas con otras más especiales que te hagan sentir única.
El blanco, el negro, el gris, el azul marino o azul celeste son algunos de los tonos que no deben faltar en nuestro armario. Tampoco faltan en el armario de Carolina Herrera, quien, teniendo la camisa blanca como eje absoluto de su estilismo, combina a la perfección con esos colores discretos a los que hemos hecho alusión y a cuyo look le añade un extra de elegancia con accesorios como collares o broches.
No te olvides de los accesorios
Tal y como hemos mencionado, no hay look elegante de Carolina Herrera al que no le falte un detalle, y tampoco un accesorio. De hecho, nos atrevemos a decir que, ¡son imprescindibles!
Un look compuesto por unas prendas básicas con colores discretos puede convertirse en algo especial añadiéndole una bufanda, un bolso elegante, un collar, unos pendientes o un broche. Le da, nada más y nada menos que, ese toque especial que, en ocasiones, tanto necesita el outfit.

Prima la calidad a la cantidad
La "menos es más" es una realidad. Y también en moda. Es mejor, tal y como señalan los especialistas, comprar una o dos prendas de calidad cada temporada, que comprar más prendas sin calidad.
Si hablamos de prendas de calidad es inevitable hacer referencia a materiales como la lana, el punto cashmere y el satén. Tampoco debemos pasar por alto la calidad del calzado, ya sean zapatos o zapatillas, y del bolso. Hay quienes dicen que la elegancia comienza por los pies, y así debemos tenerlo en cuenta.
En relación a este último aspecto, es interesante hacer una mención especial al slow fashion o moda sostenible, una apuesta por el consumo responsable de ropa en la que prima la calidad y durabilidad de las prendas sobre la cantidad. Una forma de ser respetuosos con el planeta y los derechos de los trabajadores que trata de hacerse hueco en un momento en el que el fast fashion, la moda rápida que impulsa el consumo y la producción, cuenta con un gran protagonismo en la sociedad.