NeoCem, el cemento ecológico de arcilla que revoluciona la industria

Arcilla
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NeoCem, una start-up francesa, ha desarrollado un cemento ecológico a partir de arcilla reciclada, rescatando técnicas centenarias y dándoles un giro tecnológico y sostenible propio del siglo XXI. ¡Descúbrelo con nosotros!

Un cemento ecológico

La industria del cemento es una de las más contaminantes del planeta. Se estima que representa más del 7 % de las emisiones mundiales de CO₂, lo que equivale a unas 2.500 millones de toneladas al año.

Esto se debe principalmente a la quema de combustibles fósiles y a la descomposición del carbonato de calcio.

Para hacer frente a este problema, NeoCem ha desarrollado un cemento a base de arcilla calcinada reciclada, inspirado en los métodos de construcción de la antigua Roma.

La empresa acaba de inaugurar su primera planta industrial en Saint-Maximin, Francia, donde aplica una técnica conocida como flash calcination (calcinación rápida), que consiste en someter la arcilla a una temperatura de 750 °C durante apenas unos segundos.

Un proceso mucho más eficiente que el convencional, que requiere una hora a 1.400 °C.

Gracias a esta tecnología, NeoCem puede reducir significativamente la energía necesaria para producir su cemento, lo que implica un ahorro considerable en términos económicos y medioambientales.

Reutilizar los escombros para reciclar la arcilla

La arcilla que utiliza NeoCem proviene de los escombros generados por el Grand Paris Express, uno de los mayores proyectos de infraestructuras de Europa.

En lugar de acabar en vertederos, esta arcilla se recicla y se transforma en un aglutinante capaz de sustituir parte del cemento convencional. El aglutinante obtenido permite producir cementos LC3.

LC3 significa Limestone Calcined Clay Cement (cemento de caliza y arcilla calcinada), una fórmula innovadora que ha sido desarrollada y validada por diversos centros de investigación a nivel internacional.

El objetivo del proyecto es producir 100.000 toneladas al año. El cemento resultante está compuesto por un tercio de clínker de bajo carbono, un tercio de caliza y un tercio de arcilla calcinada, cumpliendo con todas las normativas vigentes.

Esta composición permite reducir hasta un 40 % las emisiones de CO₂ respecto a los cementos tradicionales, sin comprometer la resistencia o durabilidad del producto.

Cemento ecológico de arcilla
Cemento ecológico de arcilla | NeoCem

Tecnología, ecología y rendimiento

NeoCem es el resultado de cuatro años de investigación y desarrollo en colaboración con entidades como Ademe y Mines-Télécom Nord-Europe.

Durante este tiempo, el equipo ha trabajado no solo en optimizar la receta del cemento, sino también en diseñar un modelo de producción adaptable y replicable en otras regiones.

Su proceso de fabricación, patentado y optimizado, está diseñado para reducir tanto el consumo energético como las emisiones de CO₂. Además, el cemento que produce es competitivo en precio y rendimiento frente a las soluciones tradicionales.

Esto lo convierte en una opción viable no solo desde el punto de vista ambiental, sino también desde una perspectiva económica para el sector de la construcción.

Actualmente, la producción se concentra en una única región de Francia, pero el objetivo es expandir el modelo a otras zonas del país.

En paralelo, la empresa estudia alianzas con constructoras y entidades públicas para incorporar su cemento en obras de gran escala, tanto en Francia como en el extranjero.

La cementera se gestó tras un estudio realizado para la Société des Grands Projets y ha sido reconocida con el sello France 2030, además de recibir el premio Start-up del Norte en los galardones Emprendedor del Año organizados por EY.

Estos reconocimientos avalan el enfoque innovador y sostenible de la compañía, que apuesta por una economía circular aplicada a la construcción.

Reutilizar antes que construir de cero

La filosofía de NeoCem no se queda en el producto. También han optado por reconstruir su planta reutilizando una nave industrial desmantelada en Bousbecque, lo que permite reducir aún más su impacto ambiental.

Su meta para 2027: alcanzar los 15 millones de euros en facturación y duplicar su plantilla.

Este tipo de iniciativas demuestra que otra forma de construir es posible.

Una forma más local, más inteligente y mucho más respetuosa con el planeta. Así que la próxima vez que pienses en cemento, recuerda que los escombros del presente pueden ser los cimientos del futuro.

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