Karlos Arguiñano sorprende hablando de cuchillos como si fueran palos de golf

Consejos útiles

El chef explica cuáles son los cuchillos básicos en la cocina y por qué conviene renovarlos

El chef muestra los cuchillos que considera imprescindibles en cualquier cocina: cebollero, mediano y puntilla.
El chef muestra los cuchillos que considera imprescindibles en cualquier cocina: cebollero, mediano y puntilla. | Hogarmanía

Los cuchillos son una de las herramientas más importantes de la cocina. Karlos Arguiñano explica cuáles no pueden faltar en casa y qué hacer para alargar su vida útil.

Los cuchillos básicos que no pueden faltar

En una de sus últimas recetas, el cocinero recuerda algo que a menudo olvidamos: para cocinar bien no hacen falta decenas de utensilios, sino tener los adecuados. En su opinión, los cuchillos fundamentales en cualquier cocina son cuatro: el cebollero, uno mediano, la puntilla y el de sierra para el pan. Igual que ocurre con otros utensilios de cocina que conviene tener siempre a mano, estos cuatro cubren la mayoría de necesidades diarias, desde trocear verduras hasta filetear carne o cortar un buen pan crujiente.

El mensaje es claro: no se trata de acumular, sino de disponer de los básicos y darles un buen uso.

Más cuchillos, más variedad

Eso no significa que no existan más modelos. Karlos Arguiñano lo ilustra con una comparación muy gráfica: 'Hay más cuchillos, como palos de golf, puedes tener 10, 12 o 15 distintos'. Y no le falta razón: desde el deshuesador hasta el jamonero, pasando por cuchillos japoneses como el santoku, cada uno cumple una función específica.

Sin embargo, insiste en que la mayoría de hogares no necesita tal despliegue. Con los cuatro básicos bien cuidados se puede cocinar prácticamente cualquier receta. El resto son complementos que pueden resultar útiles, pero que no son imprescindibles.

Karlos Arguiñano muestra cómo afilar un cuchillo con la lima, un gesto sencillo que alarga la vida de esta herramienta básica.

La importancia de renovarlos

Un error frecuente en muchas cocinas es mantener los mismos cuchillos durante 15 o 20 años. El chef lo compara con el uso de zapatillas: con el tiempo se desgastan, pierden eficacia y dejan de cumplir su función.

Por eso recomienda renovarlos cuando ya no responden, incluso aunque sigan cortando 'más o menos'. No se trata de gastar en cuchillos de lujo, sino de asegurarse de que los que tenemos cumplen con su cometido y nos permiten trabajar de forma segura y cómoda.

Cómo afilar correctamente

En el vídeo se ve a Karlos Arguiñano buscando su lima de afilado. Cuando la encuentra, sonríe y comenta: 'Pones el cuchillo de canto, como los carniceros'. El gesto, que él mismo reproduce en directo, recuerda a la clásica escena de la carnicería de barrio.

El movimiento es sencillo: apoyar la hoja de canto y deslizarla sobre la lima con suavidad. Enseguida se percibe la diferencia, porque el cuchillo recupera el filo y cortar resulta mucho más fácil. Aunque lo cuente con humor, el consejo es totalmente práctico y aplicable en casa.

¿Cuándo afilar y cuándo cambiar?

Aun así, conviene diferenciar entre afilar y renovar. El afilado ayuda a mantener el filo, pero no soluciona todo. Si la hoja está dañada, doblada o demasiado gastada, lo recomendable es sustituirla. De lo contrario, por mucho que se intente afilar, nunca volverá a funcionar como al principio.

En la práctica, lo ideal es afilar los cuchillos cada cierto número de usos y plantearse el reemplazo cuando ya no responden ni siquiera con la lima.

Cuidar las herramientas para cocinar mejor

El mensaje que deja Karlos Arguiñano es claro: no hace falta tener una colección interminable de cuchillos, pero sí cuidar los básicos. Mantenerlos afilados, renovarlos cuando llega el momento y utilizarlos sobre superficies adecuadas, como tablas de madera, prolonga su vida útil y mejora el resultado.

Cuidar las herramientas de cocina no solo mejora los resultados, también hace que cocinar sea más ágil y seguro. Y mantenerlas en buen estado va de la mano de tener un espacio organizado, porque una cocina ordenada facilita el trabajo y ayuda a aprovechar mejor cada utensilio.

Y en este terreno, el cocinero vasco vuelve a demostrar que con pocas cosas, bien escogidas y mantenidas, se puede cocinar rico rico. Sus palabras convierten un gesto cotidiano en una lección práctica que cualquiera puede aplicar en su cocina.

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