Cómo congelar mejillones paso a paso

Los mejillones son uno de los mariscos que más empleamos en nuestro día a día, pero ¿sabías que puedes congelarlos para disfrutar de ellos en cualquier momento? Es una forma práctica de conservarlos frescos y tenerlos listos para preparar tus platos favoritos.
Sin embargo, para mantener su sabor y textura, es importante seguir algunos pasos clave en el proceso. Te los explicamos.
Cómo congelar los mejillones paso a paso
A la hora de congelarlos es importante limpiar los mejillones para evitar que las impurezas afecten a su sabor y textura al ser congelados.
Además, los mejillones deben estar vivos antes de ser congelados. Esto se puede comprobar golpeándolos ligeramente. Si se cierran, están vivos y son aptos para congelar.
No congeles mejillones con cáscaras rotas o dañadas, ya que pueden contaminarse y arruinarse rápidamente.
Para congelarlos basta con seguir estos sencillos pasos:
1. Retira las conchas
Si prefieres, puedes retirar las conchas antes de congelar los mejillones. Esto ahorrará tiempo a la hora de cocinar. Para hacerlo, simplemente abre la concha y retira la carne del mejillón con un cuchillo pequeño.
2. Empaqueta los mejillones
Coloca los mejillones (con o sin cáscara) en bolsas de congelación o en envases herméticos. Asegúrate de que la bolsa esté lo más apretada posible para evitar que entre aire y cause quemaduras por congelación.
Puedes añadir un poco de agua o caldo de mariscos a las bolsas de congelación para ayudar a mantener la humedad de los mejillones y evitar que se resequen.
3. Etiqueta y congela
Etiqueta las bolsas con la fecha de congelación y colócalas en el congelador. Los mejillones pueden durar hasta 3 meses congelados, aunque es mejor consumirlos lo antes posible para disfrutar de su mejor calidad.
Cómo preparar los mejillones para congelarlos
Para limpiar los mejillones antes de congelar, usa un cepillo para limpiar bien las cáscaras y retira las barbas con la ayuda de un cuchillo pequeño. Enjuaga los mejillones bajo agua fría.
Si quieres, puedes blanquear los mejillones antes de congelarlos. Para ello, lleva a ebullición una olla grande con agua salada. Coloca los mejillones en el agua hirviendo durante unos 3 a 4 minutos.
Una vez que los mejillones se abran, sácalos del agua y colócalos en un recipiente con agua fría y hielo para detener la cocción. Deja que se enfríen.
Cómo descongelar los mejillones congelados
Para descongelar los mejillones, hay dos formas, en función del tiempo con el que cuentes.
Descongelación lenta
Se colocan en el frigorífico durante unas horas o toda la noche. Esto asegura que se descongelen de manera uniforme y mantengan su textura.
Descongelación rápida
Si necesitas descongelarlos de manera más rápida, puedes colocarlos en un recipiente con agua fría. No utilices agua caliente, ya que esto puede afectar la textura de los mejillones.
Cómo utilizar los mejillones descongelados
Los mejillones congelados se pueden cocinar de la misma manera que los frescos.
Pueden ser perfectos para hacer una sopa de mariscos como esta receta de la abuela de sopa de rape, mejillones y almejas o una sencilla sopa de fideos con mejillones. También son ideales para preparar un delicioso arroz caldoso con mejillones.
Si te apetece una receta más exótica, apunta esta crema de mejillones al chipotle.
Y si no te quieres complicar tanto, puedes preparar unos sencillos mejillones a la marinera o unos mejillones en vinagreta.
Si prefieres utilizar los mejillones para elaborar un plato completamente diferente a la forma habitual de comerlos, no te pierdas este paté de mejillones de Joseba Arguiñano. Un aperitivo ideal para celebraciones.