Turronerías centenarias donde se conserva la tradición navideña

En España, las turronerías centenarias son auténticos templos de la tradición y el sabor, especialmente en época navideña. Estos establecimientos, todos con más de un siglo de historia, han preservado recetas ancestrales de turrón, uno de los dulces más representativos de la gastronomía española.
La mayoría de ellas fueron fundadas por maestros turroneros procedentes de Jijona, cuna del famoso turrón del mismo nombre, que abandonaron su pueblo para vender sus productos artesanales en diferentes puntos de la península.
Te contamos dónde puedes encontrar estos comercios centenarios y cuáles son sus especialidades.
Casa Mira (Madrid - 1842)
Luis Mira abandonó en 1842 su Jijona natal rumbo a Madrid en un carro tirado por dos burras cargado de turrón. Según cuentan en su web, la historia (casi convertida en leyenda) cuenta que tuvo que reiniciar su viaje hasta cuatro veces, ya que vendía el género antes de llegar a la capital por lo sabrosos que eran.
A pesar de las vicisitudes del viaje, Luis consiguió llegar y fundar Casa Mira, donde los turrones se siguen fabricando artesanalmente. Fue tal su éxito, que logró que su fábrica de turrones se convirtiera en proveedora de la real Casa de Isabel II, de Amadeo de Saboya, de Alfonso XII, de la Regencia de María Cristina y de Alfonso XIII.
Actualmente, Casa Mira está a cargo de la sexta generación con su tataranieto Carlos Ibáñez Méndez, que continúa conservando los métodos artesanales para lograr la máxima calidad.
Sus especialidades son, entre otras, el pan de Cádiz, la torta imperial, de piñones y de turrón a la piedra, su exclusiva yema de nuez, que solo se puede encontrar allí, los imperiales, las figuritas de mazapán y las glorias de Jijona, elaboradas con una particular fórmula, con almendra Marcona de máxima calidad, yema confitada, batata, calabaza, merengue y canela.
Turronería Iváñez (Bilbao - 1855)
Los hermanos Elina y Eladio Iváñez regentan en pleno Casco Viejo de Bilbao, la Turronería Iváñez, fundada en 1855 por su bisabuelo Miguel Galiana, maestro turronero que recaló en la capital vizcaína en uno de sus viajes y decidió establecerse en ella.

Cada Navidad, realizaba los 850 kilómetros que separan Bilbao de Jijona, donde tenía su obrador, para elaborar los mejores turrones y venderlos al peso. Por entonces, el turrón no se comercializaba con ninguna marca, se transportaba en bloques y se vendía al peso, cortándolo delante del cliente.
Casi 170 años después, la cuarta generación sigue despachando los turrones más clásicos, como el de Jijona, el de Alicante o el original turrón de frutas, pero también otros dulces navideños como polvorones, glorias o sus curiosos perritos de mazapán.
Sirvent (Tarragona - 1860)
José Sirvent Brotons fue el fundador en 1860 de lo que hoy en día es un referente en Tarragona que ha evolucionado hasta convertirse en varios locales repartidos por la ciudad.Cada uno de los turrones elaborados en Jijona por la familia Sirvent sabe a tradición.
Este preciado producto es el resultado de la cuidada elaboración artesana y la exigente selección de materias primas. 'Un arte elaborado a manos de maestros turroneros que cumple todos los requisitos de calidad para que su sabor sea incomparable'.
Además de los turrones clásicos, en Sirvent también ofrecen unos pastelitos que elaboran siguiendo la receta centenaria de la familia 'para mantener el sabor casero y el placer de estos pequeños dulces'.
La Campana (Barcelona - 1890)
En 1890, Francisco Mira Miralles dejó su Jijona natal para fundar en Barcelona la turronería que actualmente regenta la cuarta generación. 'Utilizamos las mejores materias primas que nos ofrece nuestra dieta mediterránea, como almendra Marcona o miel de romero, con una presentación adecuada a los tiempos', explican.

Esta turronería no solo es especial por ser centenaria, sino también porque en 1905, Francisco Mira inventó y patentó el primer boixet (máquina utilizada para la cocción del turrón de Jijona) movido a vapor, por lo que Turrones La Campana se convirtió en la fábrica pionera de turrón movido a vapor.
Además de los turrones tradicionales y muchos dulces navideños, como las que dicen que son las mejores yemas de Barcelona, este año cuentan con varias novedades como un polvorón vegano y otro de chocolate, y un praliné de nueces y pistachos con un punto de sal.
Els Xixonencs (Terrassa - 1895)
La historia de esta turronería catalana comenzó cuando Eliodor Planelles, nacido en Jijona, eligió Terrassa para vender bloques de turrón en Navidad, en la calle Font Vieja, hasta que murió en 1910.
Es su mujer, María Sirvent, la que continúa con el negocio, junto a sus hijos, excepto en el periodo de la Guerra Civil. En 1944, alquilan un trozo de mostrador en una bodega de vinos y licores para vender los turrones durante el invierno, y diez años más tarde, comienzan a ampliar su oferta de productos para poder abrir todo el año, con helados, horchatas y granizados.

A punto de cumplir 130 años, esta turronería continúa ofreciendo turrones clásicos de Jijona, pero también otro tipo de dulces como el turrón de mazapán y de mazapán con fruta, el turrón de coco con chocolate o la torta de chocolate negro y almendras.
Manuel Iborra (Valladolid - 1900)
Manuel Iborra nace en 1872 en el seno de una familia turronera de Jijona y pronto empieza a aprender todos los secretos del oficio. Cada Navidad, acompaña a sus tíos a vender sus exquisitos turrones artesanales a Valladolid en un bucólico viaje en tren, pero que duraba más de dos días y medio.
Es tanto el éxito de estos turrones y dulces que el joven Manuel, comienza a ampliar la oferta de dulces artesanos que lleva cada año a Valladolid. Cada año se ubica en un lugar diferente de la ciudad, por lo que decide insertar pequeños anuncios en El Norte de Castilla para que los clientes tuvieran la localización exacta de su puesto. El negocio va viento en popa.
Las peladillas, los mazapanes y, sobre todo, los turrones de Jijona tienen tanta aceptación que el veterano comerciante decide alquilar un comercio fijo en la década de los 50. No sólo fabrican turrones sino también helados, como hacen la mayoría de las turronerías para hacer frente a la estacionalidad de sus negocios.
Más de 120 años después de que Manuel comenzara la venta en Valladolid, su familia continúa su legado respetando siempre tres normas: productos siempre hechos a mano, con las recetas de toda la vida y siempre con productos de primera calidad.
Mabal (Cangas de Onís, Asturias - 1920)
El maestro pastelero Dionisio Merino fue quien fundó en 1920 la turronería Mabal, en la localidad asturiana de Cangas de Onís, donde elaboran los turrones con sus propias fórmulas artesanales.

Su joya más preciada es el turrón de praliné, que fabrican en un formato único y registrado: un tronco de 500 gramos de turrón de praliné de almendra moldeado a mano y recubierto por una fina capa de chocolate premium.
Para combatir la estacionalidad, han introducido el turrón y el mazapán en otros dulces que se puedan consumir todo el año.