Receta de Karlos Arguiñano de picantones en salsa de cava acompañados de frutas pasas (uvas, orejones y ciruelas pasas), un plato perfecto para servir en Navidad.
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Carnes
Receta de Karlos Arguiñano de picantones en salsa de cava acompañados de frutas pasas (uvas, orejones y ciruelas pasas), un plato perfecto para servir en Navidad.
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Pela y trocea los dientes de ajo y dóralos en la olla rápida con un chorrito de aceite. Pela y pica la cebolla y añádela. Trocea las zanahorias e incorpóralas. Agrega 2 hojas de laurel, una pizca de tomillo, sazona y deja pochar. Reserva.
Corta por la mitad los picantones de manera que cada ración tenga un muslo. Salpimienta, pásalos por harina y dóralos en una sartén con un chorrito de aceite para que se selle bien la carne. Incorpora los picantones a la olla rápida, vierte el cava, coloca la tapa y cocina (al 2) durante 4 minutos.
Retira las hojas de laurel de la olla rápida y coloca los picantones en una cazuela. Tritura la salsa y añádela a la cazuela. Incorpora las ciruelas pasas, las uvas pasas y los orejones de melocotón y albaricoque. Deja cocinar el conjunto durante 8-10 minutos.
Corta la panceta en taquitos y dórala en una sartén con aceite (escurre el exceso de aceite).
Sirve cada ración de picantón en un plato, salsea y acompaña con las frutas secas y con la panceta. Decora con una hoja de perejil.
Para lograr una perfecta conservación de las frutas desecadas, hay que guardarlas en frascos de cristal bien cerrados y en un lugar fresco, seco y protegido de la luz y de los insectos. Así se mantienen durante meses. No deben conservarse en bolsas de plástico, ya que acabarían enmoheciéndose.
Este es un plato recomendable para todos y en especial para los que tienen colesterol alto, triglicéridos o ácido úrico en sangre, siempre que se elimine la panceta o se sustituya por jamón ibérico.
La carne de esta receta es fácil de digerir, y también la pueden consumir los que tienen ácido úrico elevado.
Una curiosidad, los orejones de esta receta son una excelente fuente de provitamina A con gran actividad antioxidante protectora de las enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades degenerativas y envejecimiento.
Las personas que tengan restringido el consumo de alcohol también pueden comer este plato, ya que el alcohol del cava desaparece con la cocción. Eso sí, el sabor a cava persiste, por eso cuidado las personas que tengan totalmente prohibido el alcohol.