Bizcocho esponjoso
Coca de llanda
Una receta sencilla de la repostería valenciana, perfecto para desayunos o meriendas
La coca de llanda es uno de los bizcochos más tradicionales de la repostería valenciana. Su nombre proviene del molde metálico rectangular en el que se hornea (llanda significa ‘lata’ o ‘bandeja’ en valenciano).
También se le conoce como coca boba o coca María. Como ocurre con todas las recetas tradicionales, cada casa tiene su versión. Lo cierto es que es un bizcocho fácil de preparar y muy, muy esponjoso. Sigue el paso a paso y sírvelo en el desayuno, la merienda o para acompañar un café.
Índice de contenidos
Ingredientes
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400 gramos de harina de repostería
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250 gramos de azúcar blanco
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250 mililitros de leche entera
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3 huevos
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3 sobres de gaseosa
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250 mililitros de aceite de girasol
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zumo de medio limón
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ralladura de limón
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1 pizca sal
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20 gramos de azúcar blanco para espolvorear
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1 cucharadita de canela molida para espolvorear
Raciones
10
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
15 m
Cocinado
40 m
Tiempo total
55 m
Alérgenos
Gluten
Leche
Huevos
Frutos de cáscara
Paso a paso
Bate los ingredientes
En un bol grande, bate los tres huevos junto con el azúcar y la ralladura de limón. Hazlo durante varios minutos, hasta que la mezcla doble su volumen y adquiera una textura espumosa.
Incorpora la leche , el aceite y zumo de limón
Precalienta el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo. Forra el molde rectangular con papel de horno.
Añade la leche entera, el aceite de girasol y el zumo de limón. Bate de nuevo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Añade la harina, tamizada, y mezcla hasta que no queden grumos
Tamiza la harina de repostería sobre la mezcla anterior.
Mezcla con suavidad, preferiblemente con una varilla o a baja velocidad con la batidora, para no perder el aire incorporado.
Agrega los sobres de gaseosa
Añade los sobres dobles de gaseosa (los dos colores juntos). Este paso es clave para conseguir la textura aireada y esponjosa característica. Mezcla solo hasta integrar.
Espolvorea azúcar con canela sobre la masa y hornea
Vierte la masa en el molde.
Mezcla el azúcar blanco con la canela molida y espolvorea por encima de la masa.
Hornea durante 40 minutos o hasta que, al pinchar con un palillo, este salga limpio.
Enfría y sirve
Deja reposar la coca de llanda unos minutos antes de desmoldar.
Corta la coca en cuadrados pequeños. Sirve templada o a temperatura ambiente.
Consejos y trucos
Los sobres de gaseosa vienen en dos colores: uno con ácido cítrico y otro con bicarbonato. Al mezclarlos, liberan el gas que hace que la masa suba, por lo que no es necesario añadir levadura química.
Su función es generar suficiente gas para mantener estable la mezcla durante el reposo y el reparto en los moldes, y luego liberarlo de forma progresiva en el horno, lo que favorece un desarrollo uniforme de la masa.
Así se consigue una mejor textura, más esponjosidad y una conservación óptima.
Puedes sustituir el limón por naranja, o añadir una cucharadita de anís o vainilla para darle un matiz diferente.
La mezcla de azúcar y canela aporta ese color dorado y el aroma inconfundible de la corteza superior. Si no te gusta la canela, basta con espolvorear solo azúcar.
No batas en exceso la masa después de añadir la harina y los sobres de gaseosa. Mezcla lo justo para que conserve su aire y ligereza.
Preguntas y respuestas
¿Qué molde se usa tradicionalmente?
Se utiliza una bandeja metálica rectangular, la llanda, de unos 30 × 40 cm. Si no tienes una, puedes emplear cualquier molde de tamaño similar.
¿Cómo conseguir que quede más esponjosa?
Bate bien los huevos con el azúcar hasta que dupliquen su volumen, y evita mezclar en exceso al incorporar la harina. Ese aire es clave para lograr la textura adecuada.
¿Cómo conservar la coca de llanda?
Si hace calor, guárdala en la nevera bien cubierta, y se mantendrá en buen estado hasta cinco días.
También puedes congelarla en porciones, envueltas en film. Se descongela fácilmente a temperatura ambiente.
¿Con qué se puede acompañar la coca de llanda?
La coca de llanda va muy bien con un café en el desayuno o, en invierno, con chocolate a la taza casero.
Si la sirves como postre, acompáñala con una bola de helado de vainilla o un poco de nata montada. También queda deliciosa con crema pastelera, dulce de leche o mermelada de naranja.