Recetas fáciles
Solomillo al Pedro Ximénez, de Joseba Arguiñano
Sigue el sencillo paso a paso para sorprender a todos.

El solomillo al Pedro Ximénez es una receta tradicional que combina la suavidad de una carne magra y tierna con el sabor dulce y profundo de este vino andaluz.
Es un plato muy apreciado en la cocina española, ideal para ocasiones especiales o para dar un toque más festivo a cualquier comida diaria.
Sigue el sencillo paso a paso de Joseba Arguiñano para sorprender a todos.
Índice de contenidos
Ingredientes
-
500 gramos de solomillos de cerdo
-
1 cebolla grande
-
1 diente de ajo
-
250 mililitros de vino Pedro Ximénez
-
aceite de oliva
-
sal
-
pimienta
Raciones
2
Coste
Medio
Dificultad
Fácil
Preparación
5 m
Cocinado
20 m
Tiempo total
25 m
Alérgenos

Paso a paso
Marca el solomillo
Limpia el solomillo de cerdo retirando la grasa visible si la hubiera. Después, córtalo en medallones de unos 2 centímetros de grosor. Añade sal y pimienta negra recién molida al gusto.
Calienta un poco de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, añade los medallones de solomillo y márcalos por ambos lados durante 1-2 minutos por cada cara. Retíralos del fuego y resérvalos en un plato.

Prepara la salsa de Pedro Ximénez
En la misma sartén donde se ha cocinado el solomillo, añade un poco más de aceite si es necesario. Pela y pica el diente de ajo finamente, y corta la cebolla en juliana o trozos pequeños. Sofríe ambos ingredientes a fuego medio durante unos 10 minutos, hasta que la cebolla esté bien pochada, tierna y ligeramente dorada.
Una vez que el sofrito esté listo, incorpora el vino Pedro Ximénez y deja que hierva durante 2-3 minutos para que el alcohol se evapore.
Cuando el líquido haya reducido ligeramente, vierte todo el contenido de la sartén (cebolla, ajo, vino y caldo) en un vaso batidor. Tritura hasta obtener una salsa homogénea y sin trozos.

Cocina los solomillos en la salsa
Vuelve a poner la salsa triturada en la sartén y añade los medallones de solomillo que habías reservado. Cocina a fuego medio durante 2 o 3 minutos más, lo justo para que la carne se impregne de la salsa sin pasarse de cocción

Sirve el solomillo al Pedro Ximénez
Una vez listo, sirve el solomillo caliente, un poco de salsa y, si lo deseas, espolvorea un poco de perejil fresco picado por encima.

Consejos y trucos
Elige un solomillo fresco, de color rosado claro y sin exceso de grasa. Es una de las carnes más tiernas del cerdo, por lo que es ideal para recetas rápidas. Si lo compras envasado, revisa la fecha de caducidad y el aspecto del corte.
El solomillo de cerdo es una carne muy tierna que se seca fácilmente si se cocina demasiado. Lo ideal es marcarlo justo para sellarlo y, al añadirlo a la salsa, calentar solo 2 o 3 minutos para que no pierda jugosidad. Si usas termómetro, retíralo cuando alcance entre 63 °C y 68 °C en el centro.
El Pedro Ximénez es un vino dulce elaborado con uvas pasas, típico de Andalucía. Su sabor intenso y afrutado combina muy bien con carnes, especialmente en guisos y salsas. No es recomendable sustituirlo por otros vinos dulces sin probar antes, ya que su sabor es muy característico.
Tritura el sofrito y el vino hasta conseguir una salsa homogénea y sin trozos. Esta salsa es la base del plato y su textura debe ser ligera, pero con cuerpo.
Preguntas y respuestas
¿Con qué acompañar el solomillo al Pedro Ximénez?
Este solomillo al Pedro Ximénez combina muy bien con patatas cocidas, patatas asadas o patatas fritas. También con un puré de patatas cremoso o un arroz blanco.
También puedes servirlo con cuscús o con una base de puré de boniato para un toque más dulce que armonice con la salsa.
La salsa tiene una textura cremosa y un sabor profundo, por lo que un buen pan casero o de masa madre será el mejor aliado para aprovecharla al máximo.
¿Cómo conservar el solomillo al Pedro Ximénez?
El solomillo de cerdo al Pedro Ximénez se puede conservar en la nevera durante 2-3 días en un recipiente hermético.
Para recalentarlo, es mejor usar una sartén a fuego bajo y añadir una cucharada de agua o caldo para que la salsa no se espese demasiado.
También se puede congelar, aunque la textura de la salsa puede cambiar ligeramente al descongelar.