Según el comparador HelpMyCash.com, siempre hay que ir con cuidado con los préstamos al 0 %, pues pueden incluir costes escondidos en la “letra pequeña”.
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Hogarmania, 27 de marzo de 2017
Economía
Según el comparador HelpMyCash.com, siempre hay que ir con cuidado con los préstamos al 0 %, pues pueden incluir costes escondidos en la “letra pequeña”.
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Hogarmania, 27 de marzo de 2017
Equipar o reformar cualquier zona de nuestra vivienda es una operación costosa que, muchas veces, requiere de financiación, pues no todo el mundo puede permitirse pagarlo al contado. Para ello, muchas empresas se ofrecen, en colaboración con distintas entidades bancarias, a financiarnos las obras o la compra de mobiliario con condiciones muy atractivas y, en ocasiones, hasta sin cobrarnos intereses. Sin embargo, como apuntan desde el comparador HelpMyCash.com, estas ofertas pueden ser algo engañosas y, en muchas ocasiones, sale más barato pedirle un crédito a una entidad financiera.
Cuando una empresa nos dice que nos financiará una reforma o el equipamiento de nuestro hogar al 0 %, muchas veces se refiere únicamente al tipo de interés aplicado. Dicho de otro modo, se ofrece a concedernos un crédito al 0 % TIN que, pese a no tener intereses, puede incluir otros costes dentro de su “letra pequeña”, como una comisión de estudio o de apertura. Por tanto, ese préstamo no será totalmente gratuito, pues en realidad tendremos que devolver más dinero del otorgado.
Imaginemos, por ejemplo, que nos financian una obra de 5.000 euros al 0 % TIN con un plazo de 12 meses, pero nos cobran una comisión de apertura del 3 %. En este caso, deberíamos reembolsar un total de 5.150 euros. En cambio, si un banco nos concediera un préstamo de ese mismo importe a un interés del 5 % TIN sin cobrarnos comisiones, deberíamos devolver un total de 5.136,45 euros. Como vemos, en este caso, nos saldría más barato contratar un crédito con intereses que financiar la reforma al 0 %.
Por ello, es importante que antes de aceptar cualquier oferta de financiación nos fijemos en la tasa anual equivalente (TAE) aplicada. Si dicha TAE es del 0 %, significará que el crédito que nos ofrecen no tiene intereses ni comisiones. Además, también debemos leer detenidamente la ficha con la información normalizada europea del préstamo, pues es donde se indica cuánto dinero deberemos pagar para amortizar el producto íntegramente.
Otra opción de financiación que ofrecen muchas compañías, especialmente para comprar mobiliario, es la de aplazar el pago en varias cuotas con su propia tarjeta de crédito. Aunque esto puede resultar muy cómodo, en realidad sale mucho más caro que pedir un préstamo personal, pues el interés de estas tarjetas suele rondar el 20 %, mientras que el de los créditos al consumo suele ser de entre el 5 % y el 8 %.
En cambio, sí podemos valorar la posibilidad de usar la modalidad de pago flexible que ofrecen algunas tarjetas de crédito. En estos casos, se nos da la opción de financiar una compra concreta en unos pocos meses con un interés mucho más bajo (o nulo) y con una comisión relativamente reducida. Si nos dan esta alternativa, es aconsejable que hagamos números y veamos si nos sale más a cuenta utilizar la modalidad de pago flexible de una tarjeta de crédito o pedir un préstamo personal a una entidad financiera.