¿Tendré garantizada mi pensión cuando me jubile? ¿Es sostenible el sistema público de pensiones o sería conveniente contratar un plan privado que lo complemente? ¿Qué contingencias me cubre cada sistema?
Economía
Pensiones: Sistema público vs. Sistema privado
Estas son sólo algunas de las cuestiones que nos planteamos cuando pensamos en nuestra edad de jubilación y en la conveniencia o no de contratar un sistema de ahorro privado que permita mantener nuestro poder adquisitivo.
Desde el año 1995 contamos con el Pacto de Toledo, fruto del consenso entre todas las fuerzas políticas, cuyo objetivo es hacer viable el actual modelo del sistema público de pensiones, conviniendo que las pensiones contributivas se financien a través de las cotizaciones sociales (aportaciones de las empresas y los trabajadores), mientras que las pensiones no contributivas se financien a través de los Presupuestos Generales del Estado.
Existen también lo que conocemos como la “Hucha de las Pensiones”, un Fondo de Reserva, destinado a pagar las mismas, en el caso de que los ingresos de la Seguridad Social no sean suficientes, permitiendo por tanto el ahorro en épocas de superávit para utilizarlo en épocas de déficit.
Por lo que se refiere a la contingencias que cubren uno y otro sistema, el actual sistema público cubre un conjunto de contingencias relacionadas con el envejecimiento (jubilación), el fallecimiento (viudedad, orfandad) y la enfermedad (incapacidad permanente), en dos modalidades; la asistencial cuyas prestaciones las reciben personas con niveles de renta y riqueza inferiores a unos determinados umbrales y la modalidad contributiva cuya cuantía se calcula en función del historial del individuo ( años de cotización y bases a las que cotizó).
Como complemento privado se puede contratar un plan de pensiones privado con una entidad financiera cuyo objetivo, será el ahorro para el futuro y cuyo capital dependerá de las aportaciones que se realicen y del resultado de la gestión de cada entidad contratada.
Los planes de pensiones privados también cubren las contingencias relacionadas con el envejecimiento (jubilación), fallecimiento, enfermedad (incapacidad permanente y dependencia) y algunos supuestos excepcionales que permiten liquidez anticipada tales como desempleo de larga duración, enfermedad grave y a partir del 1 de enero del 2025, se contempla el supuesto de liquidez de participaciones con al menos 10 años de antigüedad
Hay voces que abogan por un cambio del sistema hacia modelos más similares al de otros países europeos, pasando del actual sistema de reparto a un sistema de capitalización, al modo de la denominada “mochila austriaca”, creada con las aportaciones de los empresarios y del sueldo del trabajador de manera que, llegado el despido, ese trabajador no recibe indemnización, sino que se lleva consigo ese dinero como “mochila”, que puede hacer efectivo o reservado como complemento de su pensión.
Serán por tanto las variables, tales como aumento de la esperanza de vida, el descenso de la natalidad y fundamentalmente la tasa de desempleo la que determinara la sostenibilidad y suficiencia del actual sistema de pensiones.
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