La lejía es un poderoso desinfectante con el que podemos eliminar virus, hongos y gérmenes del hogar. Gracias a su precio económico y a su versatilidad como producto de limpieza y desinfección, es importante que este detergente no falte en tu casa.
Sin embargo, si aún desconoces todas las aplicaciones de la lejía, ¡te las mostramos! Mejor aún, te explicamos cómo desinfectar de forma correcta tu casa con lejía, evitando en la medida de lo posible los errores más frecuentes durante su uso y aplicación.

La lejía es el resultado de diluir agua en un compuesto químico llamado hipoclorito de sodio (NaclO).
¿Cómo desinfectar con lejía?
Cuando el hipoclorito de sodio, también conocido como "lavandina" en diferentes países de Latinoamérica, entra en contacto con una superficie libera oxígeno activo, el cual ataca y descompone las proteínas destruyendo así microorganismos como las bacterias y los mohos. En otras palabras, la lejía rompe en pequeñas unidades la cadena de moléculas de la suciedad.
Pero ¡mucho cuidado! La lejía desinfecta, pero también blanquea. De hecho, es la base de muchos blanqueadores de ropa. De ahí que sea importantísimo saber cómo usarlo durante la desinfección de objetos y superficies:
Por ejemplo, antes de utilizar la lejía es fundamental que limpies bien la superficie u objeto. Porque, esto tienes que saberlo, la lejía clásica no limpia, solo desinfecta. Si buscas una lejía que limpie y desinfecte, tu mejor aliado será la lejía con detergente.
Y, si buscas una lejía que sea apta para lavar la ropa, la lejía que debes utilizar es una lejía especial para lavadoras.
Además, debes utilizar siempre la cantidad que recomienda el fabricante. Echar más cantidad de lejía no garantiza más poder de limpieza. Todo lo contrario, gastarás más producto y dinero. De hecho, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda una concentración del 0,5%, lo que equivale a mezclar 130ml de lejía en 870 ml de agua.
Otro punto fundamental respecto al uso correcto de la lejía es que debes diluirla en agua para la mayoría de sus aplicaciones. El porcentaje dependerá de la superficie que quieras desinfectar.
- Para desinfectar suelos: Vierte en un recipiente o cubo 125 ml de lejía por cada 10 litros de agua.
- Para desinfectar baños y cocinas: Aplícala directamente sobre el baño o la cocina con una esponja o paño de microfibra. Si está muy sucia, utiliza una disolución de 1 vaso de lejía por cada 10 litros de agua.
- Para la desinfección de inodoros: Lo mejor es que viertas directamente el producto sobre el inodoro y esperes 5 minutos antes de aclararlo con agua.
- Para la desinfección de frutas y verduras: Añade 5 gotas de lejía por cada 3 litros de agua. Para esta última labor, la lejía es especial. No vale cualquiera.

Consejos de seguridad y manipulación de la lejía
Ahora bien, conviene que tengas presentes más consejos de seguridad y manipulación de este fantástico producto:
- 1. Cuando vayas a utilizar la lavandina, utiliza siempre guantes de látex. ¿Por qué? Dependiendo de su concentración, la lejía puede causar irritación (y quemaduras) en la piel.
- 2. Procura utilizarlo en lugares con buena ventilación, pues la lejía desprende vapores que pueden irritar las mucosas nasales. Por ejemplo, si estás limpiando baños o encimeras, abre puertas y ventanas para que la estancia esté bien ventilada.
- 3. Nunca mezcles la lejía con otros productos de limpieza, en especial con el amoníaco líquido. La combinación de ambos productos crea una reacción química que desprende gases tóxicos para la salud humana.
Ahora que ya sabes cómo desinfectar con lejía, es preciso que veas cuáles son los errores más comunes y que casi todos cometemos con este producto.
Errores habituales que cometemos al desinfectar con lejía
1. Diluir la lejía en agua caliente
Este es uno de los errores más comunes a la hora de desinfectar con lejía y debes evitarlo porque, al contacto con el agua caliente el cloro se evapora y pierde todas sus propiedades desinfectantes.
La mejor forma de sacarle partido es diluyendo la lejía siempre con agua fría del grifo.
2. Esperar a que su poder desinfectante dure horas
Cuando realices la limpieza de una superficie, por ejemplo, el baño, lo ideal es que elimines la suciedad con detergentes para el baño y desinfectes con lejía como último paso. Pero ¡cuidado! La mezcla desinfectante de lejía y agua no es eterna.

Con el paso de las horas, la lavandina termina por evaporarse, lo cual hace que pierda su eficacia.
3. Utilizar más lejía de la recomendada
Añadir más lejía no hará que desinfectes mejor, solo hará que gastes más producto y dinero. De hecho, utilizar lejía en exceso es peligroso y puede acarrear intoxicaciones.
Es preciso y aconsejable que utilices las cantidades y medidas que hemos detallado con anterioridad.
4. Desinfectar absolutamente todo con lejía
Este es otro de los errores más habituales a la hora de desinfectar con lejía, el "pensar" que sirve para desinfectar todo. No es así y, si lo haces, puedes acabar estropeando algunas superficies como el acero inoxidable, superficies de mármol, los acabados cromados, suelos de madera, entre otros.
Ten especial cuidado con los suelos de madera, pues la madera es porosa y la lejía puede filtrarse en ella causando decoloración y debilitamiento de esta.
5. Subestimar su poder blanqueador
Una de las consultas más frecuentes en Google y en nuestra web es sobre si existe la posibilidad de remover las manchas de lejía o "cloro" de la ropa. En este sentido, debes saber que es imposible dar solución a este problema ya que la lejía se come el color de la ropa.
Por esta razón, ten siempre precaución con las salpicaduras durante la desinfección con lejía. De igual forma, procura que no estén presentes niños y mascotas.
6. No dejar que actúe
Tras limpiar una superficie, lo ideal es pasar un trapo impregnado en la disolución de lejía o agua de lavandina y dejar que actúe sobre la superficie durante al menos un minuto.
7. Suponer que es ideal para todo tipo de manchas
Como bien hemos indicado, la lejía mata el color de las prendas. Limpiar con lejía clásica manchas de vino tinto, manchas de tomate o similares puede ser tentador (...) sin embargo no es aconsejable.
Lo ideal es que recurras a una lejía que sea apta para eliminar manchas de la ropa como la lejía especial para usar en lavadoras, la cual está diseñada para esta labor.
8. No tener cuidado con las plantas de interior
Si acostumbras a desinfectar con lejía y eres un verdadero amante de las plantas, ¡mucho ojo! Es importante que no expongas a tus plantas al poder desinfectante de un exceso de lejía, especialmente cuando no está diluida. Por ejemplo, si vas a desinfectar una mesa en donde estén tus plantas, lo mejor es que las retires a otro lugar durante el proceso.
En conclusión, la lejía es un excelente producto capaz de desinfectar cualquier superficie de una sola pasada. Sin embargo, es importante utilizarlo con precaución e inteligencia.