Cómo proteger tus muebles durante una reforma sin complicaciones

Protege tus muebles durante una reforma de la casa.
Protege tus muebles durante una reforma de la casa. | Pexels - Ksenia Chernaya

¿Quieres que tu reforma sea un éxito sin que tus muebles sufran daños? Aquí tienes los mejores consejos prácticos para protegerlos, ahorrar disgustos y mantener la calma durante la obra. ¡Sigue leyendo y prepárate para reformar sin sorpresas!

No es lo mismo reformar solo una habitación que renovar toda la casa. Tampoco es igual hacerlo en una vivienda recién habitada, con pocos muebles, que en un hogar donde llevas muchos años y cada rincón está lleno de historia y objetos valiosos.

Sea cual sea tu caso, hay algo que todos queremos evitar: que nuestros muebles terminen rayados, manchados o cubiertos de polvo, sobre todo, aquellos que llevan tanto tiempo con nosotros.

Así como te esfuerzas en proteger bien todos los espacios de la casa antes de pintar, es igual de importante que hagas lo mismo con los muebles antes y durante la reforma.

Como nos gusta serte siempre de mucha ayuda, hemos preparado en esta guía los mejores consejos y trucos para proteger tus muebles durante una reforma, sin estrés y sin sorpresas desagradables.

4 consejos para proteger tus muebles en una reforma

Si puedes, sácalos de la zona de reforma

A veces, lo más sencillo es lo más efectivo, y en este caso se cumple la regla. Si solo vas a hacer obra en una estancia de la casa o, aunque vayas a reformar gran parte, tienes una habitación amplia y vacía, haz lo siguiente: mueve los muebles u objetos que no quieras que se golpeen, se manchen o sufran algún percance.

Vacía la habitación de muebles.
Vacía la habitación de muebles. | Pexels - Blue Bird

Aunque dé algo de pereza, merece la pena: te ahorras sustos más adelante. Pide ayuda para no hacerte daño en la espalda y protege el suelo al trasladarlos con cartones o sábanas dobladas. Que por querer salvar unos muebles, no acabes rayando el suelo.

Si no puedes moverlos, protégelos bien

Aunque lo ideal es que la habitación esté vacía para facilitar el trabajo que se vaya a hacer dentro y evitar dañar los muebles, no siempre se puede. Hay muebles que son demasiado grandes o pesan tanto que moverlos a otra habitación, incluso con ayuda, es misión imposible.

Otros directamente no caben por la puerta y habría que desmontarlos para poder llevarlos a otra zona de la casa... y puede no apetecer hacerlo. También hay aparatos, como el radiador, que están fijados a la pared y, dependiendo del tipo de obra que se haga, no merece la pena soltarlos.

Radiador protegido con plásticos.
Radiador protegido con plásticos. | Pexels: Tima Miroshnichenko

En ese tipo de casos, lo que hay que hacer es proteger muy bien la superficie de cada uno de estos elementos. Para eso, puedes usar lonas plásticas gruesas (las de obra), mantas de mudanza, sábanas viejas con un plástico encima para evitar que el polvo se filtre...

Lo importante es que los materiales que uses estén bien pegados entre sí, así se reduce al máximo la superficie expuesta y evitas peligros innecesarios. Puedes usar cinta de carrocero o de pintor para que no se muevan.

Protege bien las esquinas y las patas de los muebles, porque suelen ser las zonas a las que menos atención prestamos y, por eso, son las que más fácil se golpean o estropean durante la obra.

Protege zonas delicadas con papel de burbujas.
Protege zonas delicadas con papel de burbujas. | Pexels - Blue Bird

Para protegerlos, puedes usar varias cosas fáciles y baratas. Por ejemplo, puedes utilizar cartón en las esquinas y fijarlo con cinta de pintor para que no se mueva. También puedes envolver las patas o los apoyabrazos con film transparente o plástico de burbujas.

Y, si tienes mesas o muebles con superficies delicadas, como cristal o madera, una buena opción es colocar encima cartón rígido para evitar golpes o arañazos.

El polvo lo invade todo: séllalo

Si hay algo más molesto que mover muebles, es entrar en una habitación y que el polvo se haya apoderado de cada rincón. Pero seamos honestos: en una reforma, es algo normal.

Si no puedes mover tus muebles, tendrás que protegerlos muy bien para evitar que el polvo se cuele en cada cajón o esquina. No podrás librarte del todo, pero al menos puedes minimizarlo bastante.

Cierra las puertas de zonas en obra y coloca felpudos.
Cierra las puertas de zonas en obra y coloca felpudos. | Pexels: Rodrigo Santos

Si estás haciendo cambios solo en una habitación, mantén siempre la puerta cerrada para evitar que el polvo se extienda al resto de la casa.

Y si puedes, coloca burletes en la puerta o toallas húmedas en la base o, incluso, un felpudo mojado, para que al salir de la zona conflictiva no esparzas la suciedad por todas partes.

Otra cosa que ayuda mucho es dejar los zapatos de obra dentro de la habitación donde se está trabajando. Así, evitas llevar polvo y suciedad al resto de la casa.

Otro tip muy útil es colocar cortinas de obra que delimiten bien la zona. Ayudan mucho a contener el polvo y a que no acabe en sitios donde ni siquiera sabías que podía llegar.

En reformas grandes, planifica mejor

Proteger los muebles en reformas pequeñas es mucho más fácil que en las grandes o totales.

Si la reforma es total, es recomendable trasladar los muebles a otro lugar.
Si la reforma es total, es recomendable trasladar los muebles a otro lugar. | Pexels Cottonbro studio

Si la reforma va a hacerse por fases, podrías hablar con los obreros para conocer el planning y así poder organizar la distribución de los muebles: moverlos a otras habitaciones (si se puede) o llevarlos a un guardamuebles.

Porque hay veces que, si la obra va a ser total, salvo que alguien te deje una lonja o un garaje para guardarlos, lo mejor es alquilar un espacio mientras dure la reforma.

Sí, sabemos que es es un gasto extra, pero a veces es necesario si no quieres que tus muebles acaben dañados. Y hoy en día es bastante fácil, porque puedes alquilar por días o por semanas.

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