Revisar el estado de nuestra vivienda
Los trabajos de mantenimiento deben hacerse en el interior y exterior de casa. Son muchos aspectos los que se deben tener en cuenta, desde los sistemas de calefacción, gas, aire acondicionado, cañerías o cerramientos hasta el sistema eléctrico, el aspecto de las paredes o las raíces de los árboles en el caso de tener jardín. Son muchos puntos a tener en cuenta sí, y no siempre podemos estar pendientes de todo.
Aun así, siempre pueden darse imprevistos que ni un buen mantenimiento puede prevenir. Para ese tipo de casos, que pueden ir desde que se te rompa la vitro hasta hacerle una gotera al vecino, contamos con los seguros de hogar. Aún así, un correcto mantenimiento de nuestro hogar hará que vivamos, en líneas generales, bastante más tranquilos.
Además de esto, recuerda siempre que hay determinadas tareas que no son recomendables realizar si no somos especialistas. No es recomendable tocar, por ejemplo, cuadros eléctricos si no se tiene conocimientos sobre electricidad. No obstante, sí podemos hacer tareas de mantenimiento sencillas que nos ayuden a anticiparnos futuros problemas o directamente evitarlos.
Mantenimiento del interior de la casa
En el interior de casa podemos realizar mantenimientos concretos como el de la pintura de paredes. Revisar anualmente su estado, observando si hay problemas de humedades o manchas sospechosas que podrían ser hongos. En estos casos, cuando detectemos esos problemas, siempre es mejor llamar a un profesional, porque puede deberse a problemas estructurales, fugas o filtraciones.
De no ser así, pintar las paredes puede ser una excelente manera de tener la casa a punto. Usar pinturas antihumedad hará que nos anticipemos a ciertos problemas. También pintura lavable, sobre todo si tenemos mascotas o niños. Puedes, además, revisar el estado de tus muebles apretando tornillos y evitando que puedan sufrir daños futuros; y es que, con el tiempo, esos tornillos se aflojan.
Por otro lado, puedes realizar el cambio de filtros de aires acondicionados o campanas extractoras, alargando así la vida útil de estos elementos y haciendo que sean mucho más eficientes.
En baños y cocinas revisa periódicamente cañerías. Asegúrate de que tus lavabos y platos de ducha tragan bien y anticípate a los atascos realizando tareas de mantenimiento con productos específicos.
No dejes pasar problemas eléctricos como enchufes con malas conexiones o luces que parecen parpadear. Recuerda, además, que cambiar una bombilla es sencillo pero que, si tienes dudas, siempre es importante acudir a un profesional. Revisa tu póliza de seguros para ver si estas tareas están incluidas, ya que muchas veces se cuenta con servicios extra para tareas rutinarias de mantenimiento.
Purga tus radiadores y revisa tu caldera, sobre todo si es de gas, realizando así las inspecciones marcadas por ley.
Mantenimiento en el exterior
En el caso de los exteriores, es importante realizar una limpieza de techo y de los desagües fluviales. Es especialmente importante observar que no tengan obstrucciones, pues pueden desembocar en problemas mayores. Además, también es conveniente revisar el estado de las tejas para evitar goteras y filtraciones.
Revisa burletes de puertas y ventanas, sobre todo cuando llegan los meses de frío. Tener una casa correctamente aislada permite que ahorremos en suministro. Asimismo, no te olvides del mantenimiento del jardín. Un jardín mal cuidado puede traer también problemas.