
Seguridad
6 errores comunes y peligrosos al usar la mascarilla (un mal ajuste aumenta el riesgo de contagio)
Hogarmania, 15 de febrero de 2021
Anudada en forma de X, bajo la barbilla o bajo la nariz, son solo 3 errores frecuentes con el uso de la mascarilla. Te mostramos todos los riesgos que asumes al colocarte mal la mascarilla y detallamos el debate sobre si es realmente necesario el uso de la doble mascarilla.
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Objeto indispensable de protección, son grandes las polémicas que surgen entorno a las mascarillas, sobre todo por su gran variedad, diferencia de precios y forma de uso. Solo basta con darse un paseo para ver mascarillas sueltas, de sujeta barbas o directamente mal puestas. Actos que reducen notablemente la seguridad de los ciudadanos frente a un virus altamente contagioso.
De hecho, estudios recientes confirman que colocarse mal la mascarilla aumenta el riesgo de entrada y fugas de aerosoles y gotículas que pueden contener patógenos del SARS-CoV-2. Ajustarse bien la mascarilla y desinfectarse las manos antes de manipularla es vital para disminuir ese riesgo de contagio.
Sin embargo, son muchas las personas que siguen llevando la mascarilla de forma incorrecta, anteponiendo su comodidad a su propia seguridad porque cuando una mascarilla no se usa bien, su efectividad de protección cae en picado.
Por ello, independientemente del tipo de mascarilla que se utilice, porque llevar algo es mejor que no llevar nada, te mostramos 6 errores comunes y peligrosos que todos cometemos al utilizar mal la mascarilla.
1. Mascarilla por debajo de la nariz
Uno de los errores más habituales es llevar la mascarilla por debajo de la nariz propiciando la salida y entrada de aire sin filtrar. Esta acción, aparte de minar la eficacia de protección de cualquier mascarilla, puede ser objeto de despido. Y es que a escasas semanas de que la pandemia cumpla su primer año, se hace pública una sentencia que declara procedente el despido de una trabajadora por llevar la mascarilla por debajo de la nariz en su puesto de trabajo. La magistrada del caso consideraba esta acción como “una falta muy grave” al ejercicio de las labores de la mujer.
Habrá que andarse con cuidado, pues que respire la nariz no solo es un error con riesgo de contagio sino también un error que puede poner en peligro un puesto de trabajo.
2. Sujeta-barbas
Cuando te sientas a comer en un bar o restaurante, ¿dónde colocas la mascarilla? Otro de los errores frecuentes, –y que todos cometemos casi de manera inconsciente–, es bajarse la mascarilla y colocarla bajo la barbilla, a modo de "sujeta-barbas". Esta acción, lejos de proteger al usuario, mengua gravemente la eficacia de cualquier mascarilla, ya que la deforma y contamina.
Lo mejor en estos casos, es quitarse la mascarilla, comer o beber e inmediatamente, volver a colocarse la mascarilla.
3. Ponerse la mascarilla en forma de X
Con la mascarilla, muchos reinventan su propia comodidad. Están los que se la atan a la altura del cuello con un complemento diseñado para evitar la tirantez de las orejas y están los que optan por anudar la goma de la mascarilla a las orejas en forma de X. Que en ocasiones se imponga la comodidad a la seguridad es también peligroso. Te lo explicamos.
José Luis Jiménez, profesor de Química de la Universidad de Colorado, hizo un experimento en el que demostraba cómo una mascarilla ajustada al rostro en forma de X aumentaba la cantidad de aerosoles que entraba y salía sin filtrar.
Abajo a la derecha, el experimento que demuestra la fuga de aerosoles sin filtrar.
En concreto, este experimento demostró que el hueco que queda en la mascarilla (un hueco que representa aproximadamente el 2% de su área) deja pasar hasta el 50% del aire sin filtrar.
En este sentido, el propio CDC americano (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) acaba de recomendar que, en vez de ajustar la mascarilla en forma de X, es mejor hacer un nudo en la mascarilla. Según el CDC, con esta simple acción se aumenta hasta en un 90% la eficacia de la mascarilla, sobre todo si se trata de una mascarilla quirúrgica.
4. Anudada a la muñeca o el brazo
¿Dónde se debería guardar la mascarilla, por ejemplo, cuando vamos al monte? Hay quienes optan por colocarla en la muñeca, el brazo, el bolsillo del abrigo, el pantalón o en el bolso. ¿Es correcto? Utilizar mal la mascarilla aumenta el riesgo de contagio y guardarla mal, también. Lo más recomendable es guardar la mascarilla en una bolsa de papel, ya que así se evita que se contamine.
5. No desinfectarse las manos
Otro de los errores frecuentes, esta vez de manipulación, es ponerse o quitarse la mascarilla sin desinfectarse o lavarse las manos. En el trabajo, en la calle, estamos constantemente tocando objetos y cosas. Recordemos que el virus de la covid-19 se caracteriza por su alta transmisibilidad y supervivencia en los objetos tan comunes como el papel, el plástico o fibras sintéticas.
Las directrices de casi todos los gobiernos para hacer frente a la pandemia es el lavado y desinfección de las manos antes y después de tocar cualquier objeto. Por ello, nunca esta de más llevar toallitas desinfectantes en el bolso o un mini bote de gel hidroalcohólico.
Si se opta por utilizar mascarillas de tela o higiénicas reutilizables también es importante saber cómo se lavan, ya que hacerlo de la forma incorrecta puede provocar erupciones y lesiones en la piel.
6. Llevar la mascarilla incorrecta
Desde el comienzo de la crisis sanitaria, la OMS (Organización Mundial de la Salud), el ministerio de Sanidad, varios expertos virólogos, eminencias en salud y prevención de enfermedades hacían hincapié en cuáles eran las mascarillas que debían utilizar los ciudadanos a pie de calle. Un nombre era común entre ellos “las quirúrgicas”, ya que están destinadas a evitar la dispersión de las gotas respiratorias que transportan patógenos como el SARS-CoV-2.
Las mascarillas higiénicas reutilizables, siempre que estén homologadas, también pueden evitar la dispersión de esas gotas. Sin embargo, varías mascarillas, que se han popularizado entre la población, están en el punto de mira porque: o bien no son eficaces de cara a evitar la dispersión de aerosoles contaminados; o bien su eficacia es prácticamente nula.
- Mascarillas con válvula. Conocidas como “insolidarias” estas mascarillas autofiltrantes se caracterizan porque sí protegen a su usuario pero no al resto, ya que no filtra el aire saliente (que puede contener patógenos).
- Mascarillas de rejillas. Común entre los deportistas, las mascarillas de rejillas se venden en tiendas y en algunas farmacias. Estas mascarillas están en el punto de mira por su aspecto (semitransparente y de rejilla) y su homologación. Sus detractores indican que la eficiencia de retención de estas mascarillas es baja, tirando a nula. Los que están a su favor se agarran a su certificación UNE 0065, e indican que han pasado todas las pruebas pertinentes y que prácticamente son una necesidad para las personas sordas.
El debate sigue abierto. Por la buena salud y seguridad, siempre es mejor llevar una mascarilla cuya eficacia haya sido aprobada por entidades que regulan la confección de mascarillas reutilizables.
Debate sobre el uso de la doble mascarilla
¿Es realmente necesario llevar dos mascarillas? El actual director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, pone en debate el uso doble de la mascarilla, una práctica frecuente entre el personal sanitario y en pacientes con covid-19.
De hecho, las últimas recomendaciones del CDC norteamericano son:
- Usar mascarillas dobles: Por ejemplo, una higiénica y una de tela, siguiendo este orden. Según el CDC, con esta simple acción se aumenta hasta en un 90% la eficacia de una mascarilla higiénica.
- Hacer nudos en las gomas de las mascarillas, usar alguna braga de nylon o similares, de forma que se aumente la sujeción y ajuste de la mascarilla y se impida la entrada de aerosoles o gotículas respiratorias con patógenos del SARS-CoV-2.
Últimas indicaciones del CDC norteamericano sobre el uso de la mascarilla. Fuente: CDC.GOV
¿Y llevar una FFP2 bajo una mascarilla quirúrgica? ¿Es correcto?
No, no es correcto. El CDC norteamericano descarta como "uso correcto" utilizar dos mascarillas de alta protección como pueden ser un KN95 (FFP2) con una quirúrgica.
Este uso doble de mascarillas (una mascarilla FFP2 bajo una mascarilla quirúrgica) es habitual en centros sanitarios, en residencias de ancianos y similares por si la primera se mancha o estropea y para poder seguir trabajando con la segunda. Una razón totalmente comprensible. Los enfermos de covid-19 pueden llevar doble mascarilla por ejemplo, una mascarilla quirúrgica por debajo de una mascarilla de tela para aminorar el riesgo de contagio.
En la población en general no tiene ningún sentido. En este línea, solo se consigue usar de forma desproporcionada un objeto que en sí, tardará como mínimo 300 años en descomponerse.
El bulo de la mascarilla quirúrgica reversible
Como de mascarillas va a el asunto, hace escasos meses también surgieron bulos que afirmaban que las mascarillas quirúrgicas eran reversibles y que las personas “sanas” debían usar la parte azul hacia adentro para protegerse a sí mismos. Algo que, evidentemente, era falso.
Debates aparte, solo nos queda hacernos dos preguntas: ¿Cómo llevo la mascarilla? ¿Me estoy protegiendo de la forma correcta? Si Trump, en otra vida, hubiera tenido los ideales y la convicción de Tedros Adhanom Ghebreyesus, actual presidente de la OMS, tal vez habría hecho campaña en favor del uso correcto de la mascarilla. “Póngase la mascarilla, ajústela bien y, por favor, deje de hacer el ridículo”, habrían sido sus palabras con total seguridad. Pero bueno, no es otra vida y el mundo real es el que es. Aquí solo nos queda ser cautos y prevenir antes que lamentar.
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