Rhipsalis cassutha, descubre cómo cuidar este cactus colgante

¿Quieres transformar tu hogar en un oasis verde? Descubre los secretos del Rhipsalis cassutha, un cactus sin espinas que combina belleza y resistencia. ¡Aprende a cuidarlo gracias a los consejos de Iñigo Segurola y convierte tu espacio en un lugar lleno de vida y verdor!
Ficha del Rhipsalis cassutha
- Nombre común: Rhipsalis cassutha, cactus muérdago
- Nombre científico: Rhipsalis cassutha
- Familia: Cactaceae
- Origen: Zonas tropicales de América
- Ubicación: interiores (aunque también se puede colocar en áreas con sombra parcial)
- Luz: Requiere luz muy luminosa, pero debe evitarse la exposición directa al sol.
- Temperatura ideal: 18-25 ºC
- Riego: Moderado; dejar secar la capa superficial del sustrato entre riegos.
Características del Rhipsalis Cassutha
Los rhipsalis son cactus epífitos, es decir, cactus que viven en las copas de los árboles. Son endémicos de la selva húmeda de Centroamérica y Sudamérica y pertenecen a la familia Cactaceae.

Su origen les permite adaptarse a condiciones lumínicas más bajas que el resto de los cactus, de ahí que sea una planta de interior ideal para cualquier hogar. A diferencia de la gran mayoría de los cactus que tienen espinas, los rhipsalis no tienen o, al menos, muy pocos las tienen.
Si hay una variedad de rhipsalis cilíndrica conocida y fácil de conseguir en las tiendas de jardinería y viveros, ese es el Rhipsalis cassutha: su belleza y exuberancia son inigualables y sus cuidados son ¡muy simples!
Es una planta única que se destaca por sus tallos cilíndricos y delgados que se ramifican, creando una estructura que puede asemejarse a las ramas de un árbol. Los engrosamientos de los tallos actúan como unas reservas de agua.
Los tallos poseen un bonito color verde pero, si la planta está expuesta a la luz solar directa, puede perder parte de su brillo. Inicialmente, son de porte erguido y, a medida que crecen, adquieren un porte colgante, creando cascadas vegetales únicas.

Desarrolla flores blancas que, aunque aportan un toque decorativo extra, son poco significativas. Su principal atractivo radica en su forma alargada y en su textura. Tras la floración, aparece un fruto (drupa) donde se encuentran sus semillas.
Al crecer en su hábitat natural en los árboles, muchas de las ramas generan pequeñas raíces aéreas. Esta es una defensa de la planta, que le permite generar nuevas plantas en caso de que una rama se rompa.
Cuidados del Rhipsalis cassutha
Luz y temperatura
El Rhipsalis cassutha nunca debe estar expuesto directamente al sol, ya que esto puede dañar sus tallos y provocar una tonalidad amarillenta poco decorativa. La luz indirecta o semisombra es ideal para mantener la intensidad del color verde de sus tallos.

Coloca esta planta colgante de interior sobre un cesto colgante o en una estantería para que potencies la belleza de sus tallos.
Teniendo en cuenta que proviene de zonas húmedas de sotobosque, es lógico que esta planta prospere entre temperaturas de 18 y 25 ºC. Puede tolerar temperaturas mínimas de 5 a 10 ºC, pero se recomienda mantenerla alejada de climas fríos y corrientes de aire.
Si vives en un clima cálido, puedes cultivarlo sin problema en exterior, aunque lo más habitual es hacerlo en interior. Si vives en climas con inviernos fríos, por el contrario, deberás mantenerla dentro de las paredes de tu hogar o acabará sucumbiendo.
Riego
El riego debe ser moderado. Es esencial dejar que la capa superficial del sustrato se seque completamente entre riegos para evitar el encharcamiento, que puede causar pudrición de raíces. De hecho, podría secarse completamente la tierra y no le ocurría nada malo.
Si notas que los tallos adquieren un color marrón, puede ser un indicativo de que la planta está recibiendo demasiado sol o agua.
Suelo y abono
Para el Rhipsalis cassutha es crucial que suelo en el que esté plantado drene bien. Un sustrato específico para cactus o una mezcla de tierra para macetas con perlita o arena son excelentes opciones.
Estas plantas no requieren altos niveles de fertilización. Un exceso de nutrientes, incluso, podría ser perjudicial y causar problemas de crecimiento anormal, o quemar sus pequeñas raíces. Utiliza un abono líquido específico para cactus siguiendo siempre recomendaciones del fabricante.
Trasplante
Aunque este cactus puede alcanzar unas dimensiones llamativas y puede parecer que sería beneficioso un trasplante, la realidad es que no suele necesitarlo.

El Rhipsalis cassutha requiere muy poca cantidad de tierra porque no desarrolla muchas raíces, de ahí que los trasplantes sean casi innecesarios.
Si el Rhipsalis está muy desarrollado y decides trasplantarlo, añade sustrato nuevo. Eso sí, asegúrate de que el cambio de maceta sea gradual, aumentando el tamaño poco a poco.
Poda
La poda no es estrictamente necesaria, pero sí que puede ser beneficiosa para mantener la planta saludable.
Con el tiempo, algunas ramas pueden secarse. Lo único que debes hacer es retirar esas partes secas o muertas para mejorar la estética general de la planta.
Plagas y enfermedades
El Rhipsalis cassutha es relativamente resistente a las plagas y enfermedades en cactus y plantas crasas. Sin embargo, es recomendable revisar puntualmente el estado de tu planta por si sufre algún ataque, para así actuar cuanto antes y evitar que se propague.
Uno de los principales problemas de su cultivo es el exceso de humedad. Con ello, el sustrato se encharcará y esto desembocará en la pudrición de sus raíces y su posterior su muerte. Asegúrate de que la planta tenga un buen drenaje y evita dejar agua estancada en la base de la maceta.
Con esta planta, es mejor pecar de menos riego que de más. Recuerda que es un cactus y las reservas de agua que contiene le permiten soportar periodos de sequía.
Reproducción del Rhipsalis cassutha
El Rhipsalis cassutha se puede propagar mediante tres métodos: reproducción por semillas, por esquejes, y por acodo. Cada técnica tiene sus ventajas pero, según la experiencia de Iñigo Segurola, te recomienda apostar por el acodo por ser la más efectiva.

Para realizar el acodo para multiplicar el Rhipsalis solo necesitas un tiesto con sustrato, una rama que permanezca unida a la planta madre y un peso para mantenerla en contacto con el sustrato.
Al estar las raíces en contacto con el sustrato y con una humedad constante, comenzarán a desarrollarse. Con el tiempo, una vez que las raíces sean suficientes, podrás cortar la rama en la unión con la planta madre.