Reproducción por semillas, todo lo que necesitas saber

¿Te gustaría aprender sobre un proceso fascinante que permite a las plantas multiplicarse de forma natural? La reproducción por semillas es clave para cultivar una amplia variedad de especies. ¡No te pierdas esta oportunidad de descubrir cómo funciona y cómo puedes aplicarlo en tu propio jardín!
¿Qué es la reproducción por semillas?
La reproducción por semillas es un proceso clave que permite a las plantas multiplicarse de forma natural.
Este método se basa en la reproducción sexual, donde la polinización de las flores juega un papel crucial: el polen (gametos masculinos) se une al óvulo (gametos femeninos), dando lugar a una semilla que contiene el embrión vegetal. Si te interesa, profundizamos en cómo se produce la polinización en este artículo.
Además, este proceso no solo es económico si ya tienes la variedad, sino que también te brinda la oportunidad de cultivar una amplia gama de especies adaptadas a diferentes climas y suelos.

A lo largo de este artículo, te contaremos en detalle en qué consiste esta forma de reproducción, cómo llevarla a cabo y qué plantas la permiten.
¿Pueden todas las plantas reproducirse mediante semillas?
No, no todas las plantas permiten multiplicarse mediante semillas. Depende de distintos factores como su estructura reproductiva.
Las plantas con semillas están divididas en dos grandes grupos: las Gimnospermas y las Angiospermas. Las Gimnospermas tienen las semillas al descubierto, mientras que las Angiospermas son mucho más evolucionadas y se encuentran recubiertas y protegidas en el interior del ovario, por el fruto.
Algunas plantas gimnospermas que se reproducen por semillas son: pino (Pinus spp.), abeto (Abies spp.), ciprés (Cupressus spp.), secuoya (Sequoiadendron giganteum), ginkgo (Ginkgo biloba), tejo (Taxus baccata), fresno (Fraxinus spp.), araucaria (Araucaria spp.) y ciprés de los pantanos (Taxodium distichum).

Algunas plantas angiospermas que se reproducen por semillas, unidas por comas: rosa (Rosa spp.), girasol (Helianthus annuus), tomate (Solanum lycopersicum), zinnia (Zinnia elegans), alocasia marquesa (Alocasia macrorrhiza), calabaza (Cucurbita pepo), cebolla (Allium cepa), maíz (Zea mays), trébol (Trifolium spp.), manzano (Malus domestica), naranjo (Citrus sinensis), menta (Mentha spp.), pimienta (Piper nigrum) y fresa (Fragaria × ananassa).
Proceso de reproducción por semillas
1. Obtención de Semillas
Recolectar semillas es el primer paso en el proceso de reproducción. Para obtener semillas de tus plantas, deberás esperar a que las flores se marchiten y las cápsulas o cabezas de las semillas se sequen.
En algunos casos, cuanto más abajo estén las cabezas de las plantas, más probabilidades existen de que estén en el perfecto estado de maduración.

En otros artículos de la web, te mostramos en detalle la cosecha de semillas de cactus, tagete, cleome, zinnia, calabaza, tomate, amaranto, entre otras.
Te recomendamos que lleves a cabo esta práctica con las especies de tu hogar o jardín favoritas ya que es una excelente manera de asegurar que el próximo ciclo de cultivo sea igualmente exitoso. En el mundo hortícola, de hecho, la recolección de semillas es el primer paso de una huerta ecológica.
2. Almacenamiento de Semillas
No todas las semillas duran el mismo tiempo en buen estado. Algunas tienen una vida útil muy corta, mientras que otras son capaces de perdurar durante años. Gracias a esta capacidad, se han podido recuperar simientes de plantas ya extinguidas y reproducirlas.
Para mantener en perfecto estado las semillas, debes guardarlas en un lugar fresco pero seco y, a ser posible, en envases herméticos. Una buena práctica es escribir en el exterior el nombre de las semillas y la fecha exacta de recolección, para evitar que se pasen.
3. Creación del semillero
Aunque algunas especies de plantas permiten la siembra directa en el suelo, la gran mayoría se benefician al ser sembradas en un semillero previamente.

Existen muchos tipos de semilleros, por lo que solo deberás escoger el que mejor se adapte a tus necesidades. Las claves para hacer un buen semillero se basan es escoger un sustrato adecuado (ligero, aireado y que drene bien) y que la temperatura sea constante y alta durante el día y la noche.
4. Siembra de semillas
Llena la bandeja con el sustrato y distribuye las semillas de manera uniforme, evitando que queden demasiado juntas.

Las semillas gruesas se tapan con el equivalente a su tamaño en tierra y las que son más finas, solo hay que esparcirlas por la superficie y presionar.
5. Cuidado de las plántulas
Una vez que la semilla germina y se convierte en plántula, es necesario proporcionar cuidados específicos para mantenerla saludable. Es fundamental que reciban abundante luz solar y se mantengan en una temperatura cálida.
Los cotiledones, que son las primeras hojas que se desarrollan a partir del embrión de la planta dentro de la semilla, servirán como fuente de alimento durante los primeros estadios de crecimiento.
Durante esta fase, es crucial mantener el suelo ligeramente húmedo, pero evitando el encharcamiento, ya que el exceso de agua puede provocar pudrición de las raíces.
6. Trasplante de plántulas
Una vez que la plántula comienza a desarrollar sus hojas verdaderas, estará lista para iniciar la fotosíntesis, lo cual es fundamental para su desarrollo a largo plazo.

Cuando estas hojas alcancen un tamaño adecuado, es decir, cuando la plántula tenga de dos a cuatro hojas verdaderas, se podrá trasplantar de manera individual (no antes).
¿Reproducción por semillas o por esquejes?
Como ya hemos mencionado, la reproducción de las plantas se puede llevar a cabo de dos maneras: a través de una propagación sexual (mediante semillas) o asexual (utilizando esquejes, acodos, división de mata, bulbos, entre otros).
La reproducción sexual se basa en la creación de nuevas plantas a partir de semillas, lo que permite una mayor variabilidad genética y facilita la adaptación a cambios ambientales. Por otro lado, la reproducción asexual produce plantas que son genéticamente idénticas a las plantas madre, garantizando unas características y rendimiento idénticos.
Ambas formas de reproducción tienen sus propias ventajas y desventajas. Te presentamos a continuación las principales, pero, si deseas profundizar en cada una de estas ellas, te invitamos a leer el artículo completo del biólogo Manuel Gras sobre la reproducción sexual y asexual de las plantas.
Ventajas de la reproducción sexual
La variabilidad genética aumenta la capacidad de adaptación a cambios en el entorno, mejorando, de esta forma, la supervivencia de la especie.

Además, facilita la mejora genética, permitiendo la introducción de características deseables en nuevas generaciones, como resistencia a enfermedades y mejorías en la producción de frutos o flores.
Ventajas de la reproducción asexual
Produce plantas genéticamente idénticas a sus progenitores y, además, es más rápida y requiere menos esfuerzo.
Por último, y no menos importante, permite la conservación de características concretas de las plantas originales, lo cual es esencial, por ejemplo, en la producción agrícola.
Ahora que conoces los dos métodos de reproducción, ¡anímate a probar la reproducción por semillas! Experimenta con ellas y disfruta al ver cómo crecen nuevas plantas.