Airear el césped será el trabajo de jardinería que realizará Iñigo Segurola en esta ocasión. Uno de los diferentes cuidados para el césped
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Bricomanía, 18 de febrero de 2013
Jardín
Airear el césped será el trabajo de jardinería que realizará Iñigo Segurola en esta ocasión. Uno de los diferentes cuidados para el césped
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Bricomanía, 18 de febrero de 2013
El césped es, sin duda, uno de los cultivos que más cuidados exige. Lo tendremos que cortar semanalmente; añadiremos abono, cómo mínimo, dos o tres veces al año, dependiendo del abono que utilicemos, y no podremos descuidar los riegos.
El césped es una planta perenne capaz de colonizar cualquier tipo de suelo. Existen diferentes tipos de césped, y entre los más conocidos podemos destacar:
El Gramillón
Gracias a su agresividad es capaz de resistir a la maleza y se adapta perfectamente a las altas temperaturas.
La Festuca Alta
Utilizada en los taludes para evitar la erosión. Aunque aguanta bien la falta de agua es conveniente regarla en verano.
El Bermuda
El césped perfecto para los campos de golf, los jardines o los espacios públicos.
La Grama Brasilera
Su característica distintiva es su capacidad para soportar el tránsito.
En todo caso, sea cual sea la clase, todos necesitan estar bien aireados para que las finas raíces de las gramíneas que lo componen se desarrollen debidamente. Y ésa es precisamente la tarea que os vamos a mostrar paso a paso.
Paso 1
Para tener un césped bien tupido es importante airear la superficie al menos una vez al año. Podremos realizar este trabajo utilizando maquinaria específica o con unas sencillas plantillas provistas de clavos. Acoplaremos estas plantillas a nuestro calzado.
Paso 2
Con los clavos que llevan incorporados las plantillas iremos haciendo pequeños orificios que airearán esa capa de tierra superficial compactada.Pasearemos por todo el jardín hincando los calvos de forma homogénea, para que los agujeros queden bien distribuidos por toda la superficie
Paso 3
Después de realizar esta tarea nos quitaremos las plantillas aireadoras y abonaremos el césped. El césped necesita fuerza, así que utilizaremos un abono de liberación lenta, un dato muy importante que deberemos tener en cuenta, ya que si empleamos otro tipo de abono, el nitrógeno que lleve se irá con el agua del riego o de la lluvia, y además de perder el nitrógeno, contaminaremos los acuíferos. Por este motivo, nos decantaremos por abonos de liberación lenta que distribuiremos de forma homogénea. El césped lo agradecerá.