¿Cómo sembrar papaya a partir de semillas?

¿Conoces la papaya? Estoy seguro de que sí, ya que si entras a una frutería los ojos se te irán directos a admirar esta bonita fruta. ¿Ya la has probado? Si aún no lo has hecho, no esperes más. Su sabroso sabor y su gran valor ornamental como fruta exótica te hará querer poder cultivar tus propias papayas sin ninguna duda.
No eres la única persona a la que le surge esta necesidad, por ese motivo te hablamos en este artículo sobre cómo cultivar tu propio papayo a partir de semillas. ¿Te interesa?
La planta de papaya, Carica papaya, también conocida por muchos como papayo, es una especie originaria de Mesoamérica, pero que actualmente podemos encontrarla en otras regiones tropicales de América y Europa.
Se trata de un árbol fácilmente identificable gracias a su tronco circular, suave al tacto, que generalmente no suele estar ramificado y en cuyo ápice aparece un follaje de grandes hojas.
Estas hojas son lobuladas, con un color que oscila entre el verde oscuro y el amarillo, únicamente interrumpidas por unos claros y marcados nervios que emergen de los grandes peciolos, los cuales fácilmente podríamos confundir con ramas, pero que realmente pertenecen a las estructuras foliares.
Como has visto esta planta sigue una estructura que nos podría recordar fácilmente a un tipo de palmera, como ya vimos en nuestro artículo sobre ellas. Es más, tal y como ocurre en estas plantas, el crecimiento vertical constante y la acumulación de las hojas únicamente en la parte vertical conlleva una caída constante de las mismas, lo que va generando unas cicatrices en el tronco que, en mi opinión, incrementa el valor ornamental de esta planta.

En esta especie encontramos individuos dioicos, por lo que bien pueden ser masculinos como femeninos, por lo que muchas veces es necesario combinar ambos individuos para poder obtener sus frutos.
Sin embargo, algunas variedades son monoicas, es decir, un solo individuo puede considerarse hermafrodita al poder generar ambos tipos de flores. Van a ser estos últimos individuos los que más nos interesen, ya que por sí mismos van a producir frutos fácilmente, mientras que las dioicas requieren de un compañero del sexo opuesto para poder fructificar y solo lo harán las hembras.
Estas flores son muy similares entre sí y cuentan con cinco pétalos de color amarillo blanquecino, sin elevado valor ornamental y pequeño tamaño. Si logran ser polinizadas con éxito, algo que puede ocurrir tan solo 10 meses después de su germinación, aparece el gran tesoro de esta especie: su fruto.
La papaya es una fruta muy suave al tacto, con forma ovalada, muy parecida a la de un balón de rugby. Su color puede ser tanto verde como amarillo, naranja o rosa y aunque hay casos en los que puede superar los 20 kilogramos, rara vez suele pesar más de medio kilo, sobre todo si se mantiene la planta con un reducido tamaño o si el ejemplar es de edad avanzada.
El interior de esta fruta es carnoso y de color naranja, en cuyo centro podemos encontrar las pepitas de papaya, sus semillas, pequeñas, esféricas y negras. Cómo ya hemos visto en otros artículos, estas semillas pueden ser utilizadas para que podamos tener uno de estos ejemplares en nuestra casa. ¿Te interesa?
¿Cómo seleccionar semillas de papaya para sembrar?
Si nuestro objetivo es lograr un papayo a partir de una de sus semillas, seleccionar estas semillas es un paso muy importante para asegurar un buen crecimiento y desarrollo de las plantas. Por este motivo, aquí te dejo algunos consejos para hacerlo de manera correcta:
Debemos comenzar eligiendo semillas de una variedad de papaya que sea adecuada para nuestra región y clima, ya que algunas variedades son más resistentes a ciertas enfermedades o condiciones climáticas específicas.
Esto puede ser muy difícil, sobre todo si queremos hacerlo a partir de frutas que podamos obtener de nuestra frutería de confianza, por lo que no te preocupes en exceso por este apartado. Sin embargo, a la hora de elegir la papaya deberemos priorizar aquellas que estén totalmente maduras, tratando de evitar las que puedan tener algún golpe o mancha.
Algo muy importante es utilizar semillas frescas de papaya. Las semillas deben estar maduras, pero no demasiado secas ni demasiado jóvenes, por lo que descartaremos las más pequeñas.

Al extraer las semillas, debemos asegurarnos de que están completamente limpias de la pulpa circundante. Para ello es aconsejable lavar las semillas en agua para eliminar cualquier residuo de pulpa.
Aprovecharemos este lavado para sumergirlas en agua y descartar todas aquellas que floten, ya que no serán viables. El resto de ellas debemos lavarlas bien y guardarlas en un lugar bien ventilado y lejos del Sol directo.
Preparación del terreno para sembrar papaya
Aunque existe la posibilidad de cultivar estos árboles frutales en maceta, te recomiendo que lo hagas directamente sobre el suelo, de manera que pueda desarrollarse completamente y de lugar a un bonito árbol madura. ¡Créeme, valdrá la pena!
Seguro que te alegrará saber que se trata de una especie bastante resistente y robusta. Personalmente, conozco casos de amigos en los que tras comer una papaya han tirado las semillas al suelo de su huerta y años después se han encontrado comiendo sus propias papayas sin más esfuerzo que cualquier otra planta. ¡Increíble! ¿No crees? Aun así, siempre es recomendable tener algunas cosas en cuenta para favorecer su crecimiento en nuestro jardín.
Por ejemplo, si nuestro suelo no ofrece un buen drenaje, habrá que remediarlo, por ejemplo, creando un montículo para facilitar la diseminación del agua y el encharcamiento radicular. También podemos continuar con el enriquecimiento del suelo, utilizando herramientas como el humus de lombriz y el compost, aprovechando así para reciclar nuestros residuos orgánicos, como ya te comentamos en sus artículos específicos.
Recuerda que, si estás pensando en cultivar esta planta tropical en una ubicación que no pertenece a su hábitat natural, debes ser precavido, evitando que se disemine por el ecosistema y que compita con otras especies autóctonas.
Los aficionados a la jardinería tenemos la responsabilidad de evitar que nuestras especies ornamentales, muchas veces provenientes de lugares exóticos del mundo, salgan de nuestros jardines.
Cuidados de las plántulas de papaya
Cuando las plántulas de papaya salen de su semilla, se hallan en su momento más frágil. Esto es debido a que han perdido la protección que las semillas les dan, mientras que aún no han desarrollado estructuras vegetales lo suficientemente competentes como para facilitar su supervivencia. Por este motivo te dejo aquí algunos trucos para que puedas cuidar eficientemente tus plántulas y se conviertan en plantas adultas que puedan impresionarte a ti y a tus amigos con sus bonitas piezas de frutas.
1. Riego
Las plantas de papaya van a requerir un riego regular, sobre todo, durante la temporada de crecimiento. Sin embargo, debemos ser precavidos con la cantidad de agua, ya que un riesgo en exceso puede causar fácilmente la pudrición de la raíz, además de entorpecer la ramificación radicular por una falta de estimulación exploratoria por parte de esta estructura. Por esto debemos cumplir el mantra de mantener la tierra ligeramente húmeda pero nunca empapada.

Algo que, recomiendo encarecidamente siempre, pero sobre todo en esta fase del cultivo de cualquier planta, es realizar riegos, delicados, desde arriba. Esto parece una obviedad, pero muchas veces por falta de tiempo o de miedo a ensuciar podemos tener la tentación de regar colocando agua en el plato que sostiene la maceta.
Esto podría contribuir a una mala distribución de las sales disueltas al ascender el agua mediante capilaridad en lugar de descender.
2. Fertilización
Como hemos comentado en nuestro artículo sobre el uso de abonos 15-15-15, su uso depende enormemente del tipo y riqueza del sustrato que estemos empleando. Sin embargo, de querer hacerlo, te recomiendo que utilices fertilizantes equilibrados, como una proporción de NPK de 15-15-15, sobre todo durante los períodos de crecimiento activo cada dos semanas, reduciendo esta frecuencia a una vez cada 2 o 3 meses cuando nuestra planta comience a fructificar.
3. Control de plagas y enfermedades
Cuando en nuestro jardín tenemos plántulas de cualquier especie creciendo, debemos entenderlas como unos recién nacidos que nos requieren atención constante. Las papayas no son una excepción, ya que plantas susceptibles a la pudrición de la raíz, las enfermedades de las manchas de las hojas y la infestación de plagas como los ácaros, las escamas y las cochinillas.
Durante este momento vital las plantas son tremendamente sensibles, ya que aún no han desarrollado estructuras defensivas competentes, por lo que la vigilancia constante y la rápida actuación es una necesidad más que obvia.
4. Selección de plántulas
Sin duda el consejo más difícil de dar para los aficionados de la jardinería. Por desgracia, muchas veces que sembramos semillas es necesario realizar una criba, es decir, elegir a los individuos más desarrollados para poder asegurar su supervivencia.
¡Sabemos que puede ser una decisión difícil, pero es la mejor forma de asegurar que la germinación sea exitosa! Esta selección puedes hacerla alrededor de un mes después de la germinación, trata de no dañar a las plántulas que se quedarán en el sustrato durante el proceso y aprovecha para trasladarlas a su ubicación definitiva sin dañar sus raíces en el proceso.
¿Cuál es la mejor época para sembrar papaya?
Como regla general, el mejor momento para sembrar papayas en el exterior suele ser al inicio de la primavera, que en el hemisferio norte correspondería a los meses de marzo y abril.

Sin embargo, esto depende en gran medida del clima de la zona concreta en la que nos encontremos, por lo que es buena idea guiarnos en función de cuando comencemos a experimentar las primeras cálidas, por encima de los 15 °C. Esto es de vital importancia, ya que el papayo no tolera las heladas ni las exposiciones prolongadas a temperaturas bajas, por lo que si estas ocurrieran mientras la plántula se está desarrollando podría fácilmente acabar con ella.
Como has visto, el cultivo del papayo es extremadamente sencillo. Siguiendo nuestros consejos, además de dedicándole atención y tiempo, estamos seguros de que no tendrás problemas para su cultivo.
Recuerda que, si pasado un año no ves ningún síntoma de fructificación, quizás debas volver a intentarlo para lograr un individuo que sea hermafrodita. ¡Menos mal que el crecimiento de las plantas es nuestra pasión y siempre estamos dispuestos a volver a comenzar!
¿Quieres aprender a cultivar otros frutos exóticos? Te fascinará la feijoa, de origen brasileño, el mango, de origen asiático y, el lichi, de origen asiático.