Redescubren en los bosques de México una especie desaparecida hace 120 años

No cabe duda de que la biodiversidad siempre nos guarda sorpresas, y en esta ocasión, no podía ser menos. El protagonista de esta increíble historia es un pequeño y esquivo mamífero que se creía extinto. Pero, al parecer, estábamos todos equivocados. Sigue conviviendo con nosotros. Vamos a descubrirlo.
Después de, nada más y nada menos, que 120 años sin avistamientos, un equipo de científicos ha conseguido confirmar la existencia del conejo de Omiltemi (Sylvilagus insonus), una especie que se daba por desaparecida desde el año 1904, diferente al popular conejo común o europeo.
Este increíble hallazgo tuvo lugar en los bosques de coníferas de la Sierra Madre del Sur, en México, tras una investigación de varios años llevada a cabo por el ecólogo José Alberto Almazán-Catalán y su equipo.
Un redescubrimiento que representa todo un hito para la conservación y una muestra de que la naturaleza siempre esconde secretos que nunca imaginaremos.

Una misión científica con ayuda de los lugareños
Aunque conviene señalas que el interés por este animal no surgió de la nada absoluta. Durante varias décadas, los habitantes del lugar aseguraban haber visto ejemplares de este conejo e incluso, cazado algunos.
Pero la comunidad científica no había podido documentar su existencia, un hecho que mantenía a la especie en el listado de animales posiblemente extintos.
Con el fin de mantener estos testimonios, los investigadores decidieron instalar cámaras trampa en zonas estratégicas. Tras años de seguimiento, lograron lo que tanto buscaban.
Las primeras imágenes de la especie en su hábitat natural. Me quedé completamente sorprendido y muy feliz de haber tenido la oportunidad de ver uno, confesó Almazán-Catalán tras el descubrimiento.
Un habitante sigiloso de los bosques mexicanos
Hablemos del protagonista del relato. Este pequeño mamífero pertenece al género Sylvilagus, conocido coloquialmente como conejo de cola de algodón.
Se caracteriza por su pequeño tamaño, pelaje de color marrón y su distintiva cola blanca, que le confiere un aspecto similar a un trozo de algodón.
De hábitos esquivos y nocturnos, el conejo de Omiltemo habita frecuentemente áreas de vegetación densa, desempeñando un papel clave dentro de su ecosistema.
Esto es, contribuye a la dispersión de las semillas y forma parte de la cadena alimenticia de depredadores varios, como coyotes, tigrillos o búhos.
Un hallazgo con impacto en la conservación
El redescubrimiento de esta especie es mucho más que una mera curiosidad científica. Conlleva la posibilidad de implementar nuevas estrategias de conservación y a la vez, proteger el hábitat donde ha sobrevivido sin ser detectado durante más de un siglo.
Los investigadores han trabajado codo con codo con la organización Re:wild, que tiene la función de localizar y preservar especies que no han sido vistas en largos periodos de tiempo. Gracias a este esfuerzo, el conejo de Omiltemo se ha convertido en la decimotercera especie redescubierta dentro de esta original iniciativa.
¿Por qué se pensaba que estaba extinto?
Es preciso señalar que el conejo de Omiltemi fue descrito científicamente en 1904. Desde entonces, no había vuelto a ser avistado ni documentado, un hecho que llevó a la comunidad científica a declararlo como extinto.
¿Cuáles se presuponen que fueron los factores que contribuyeron a su desaparición de los registros? La expansión de la actividad humana, la deforestación y la caza furtiva, entre otros.
A pesar de todo, la naturaleza también acuña el término de moda, el de la resiliencia. Y es que la presencia de pequeñas poblaciones ocultas en zonas recónditas, demuestra que ciertas especies consiguen sobrevivir en condiciones adversas si encuentran los refugios adecuados.

Un futuro incierto para la especie
Aunque se debe ser prudente, ya que a pesar de este esperanzador hallazgo, la supervivencia de esta especie tiene que enfrentarse a múltiples desafíos. El cambio climático, la deforestación y la presión que ejerce el ser humano sobre su hábitat, podrían constituirse como serias amenazas para la vida de esta especie de conejo.
Por este motivo, los científicos han destacado la importancia de proteger los bosques de la Sierra Madre del Sur y controlar la población de estos conejos, con el fin de evitar que vuelvan a desaparecer. Y no, no es una raza de conejo para tener en casa como mascota, a pesar de su aparente ternura.
El siguiente paso será estudiar su biología reproductiva, su comportamiento y la distribución de sus poblaciones, para diseñar estrategias efectivas de cara a su conservación.