Hongos en gatos: tipos, causas, síntomas y tratamientos

Revisar la piel de tu gato, sobre todo si ves que se rasca o tiene pérdida de pelo, es la mejor forma de detectar patologías infecciosas como los hongos.
Te contamos qué son los hongos, qué tipos puede presentar tu felino, cuáles son las causas y síntomas que permiten detectarlos, cómo se contagian y cómo tratarlos.
¿Qué son los hongos en gatos?
Los hongos son un grupo amplio y heterogéneo de organismos vivos inferiores microscópicos que incluyen los mohos, levaduras y formas parásitas de vegetales y animales. Éstos últimos reciben el nombre de dermatofitos y están adaptados a la vida parasitaria sobre la piel de animales portadores y de personas.
Crecen sobre la queratina, dañando los componentes de la piel queratinizada como pelo, uñas, y epidermis, causando enfermedades como la micosis, como informan desde el Colegio de Veterinarios de Málaga.
La micosis es la afección cutánea causada por la parasitación por hongos y según el daño causado en la piel puede ser: micosis superficial cuando el hongo limita su colonización a la piel, uñas, pelos y mucosas de los orificios naturales del cuerpo, micosis intermedia o micosis profunda si el hongo se extiende a estructuras profundas de la piel, articulaciones y órganos internos, como explican desde Topdoctors.

Tipos de hongos que afectan a los gatos
Los hongos más comunes que pueden afectar a tu gato y causar enfermedades tópicas son:
- Microsporum. Es el hongo causante de la tiña. Producen esporas muy contagiosas que infectan a animales y humanos. Se instala tanto en la piel como las uñas del gato. Este hongo es más frecuente en razas de pelo largo y gatos jóvenes.
- Malassezia pachydermatis. Es una levadura que causa la dermatitis conocida como Malassezia . Es un tipo de hongo que aprovecha las defensas bajas del animal para reproducirse por la piel.
- Cryptococcus neoformans. Es el hongo responsable de la enfermedad dermatológica de la Criptococosis. Suele estar presente en sitios infectados por excrementos de aves como palomares con malas condiciones higiénicas.
- Histoplasma capsulatum. El hongo causante de la infección de histoplasmosis, crece en el suelo y se contagia cuando los gatos respiran sus esporas.
- Blastomyces dermatitidis. Este hongo puede causar blastomicosis, una infección pulmonar o sistémica que afecta más a perros pero también a gatos.
- Aspergillus spp. Unos hongos pueden producir aspergilosis, infección del sistema respiratorio que en casos graves puede derivar en neumonía o sinusitis fúngica.
- Candida spp. un hongo que puede causar infecciones fúngicas especialmente en zonas como la piel y las orejas del gato.
Causas y formas de contagio de los hongos en gatos
Los hongos son una de las principales enfermedades infecciosas en gatos, siendo los felinos con con sistema inmunológico debilitado los que tienen mayor riesgo de infección. Pero, ¿cómo se contagian?
El agente infectante son las esporas que producen los hongos. Se encuentran en grupos alrededor de los pelos infectados que se esparcen por el ambiente del gato, así nuestros felinos pueden contagiarse por contacto directo o indirecto al inhalar las esporas del aire.
Los hongos son altamente contagiosos, por eso, es importante evitar compartir zonas de aseo y descanso como advierten desde la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (GEMFE).
¿Pueden contagiarse los hongos de gatos a humanos? La respuesta es sí y además se transmiten fácilmente. Si tu gato está infestado por hongos debes realizar una limpieza exhaustiva del hogar con lejía o productos desinfectantes, utilizando guantes para evitar el contacto directo.

Síntomas de un gato con hongos
La presencia de hongos en tu gato suele presentar varios síntomas que puedes detectar fácilmente y que pueden ser indicativos de una enfermedad tópica como la tiña o malassezia:
- Picor constante.
- Inflamación y sequedad en zonas de la piel.
- Descamación y enrojecimiento de la piel.
- Falta de pelo circular en extremidades, cabeza y orejas.
- Inflamación y sequedad en zonas de la piel.
- Descamación y enrojecimiento de la piel.
- Falta de pelo circular en extremidades, cabeza y orejas.
En el caso de infección por hongo Cryptococcus neoformans causante de la criptococosis, además de los síntomas anteriores, si progresa la enfermedad y no se trata a tiempo, puede presentar otros signos clínicos como:
- Granulomas en la parte subcutánea de la piel.
- Tos y estornudos.
- Inflamación de la cara y la nariz.
- Sangrado nasal
- Fallo en la respiración
- Convulsiones, pérdida de visión y descoordinación o meningitis (casos más graves).
- Diagnóstico y tratamiento de los hongos
- Tos y estornudos.
- Inflamación de la cara y la nariz.
- Sangrado nasal
- Fallo en la respiración
- Convulsiones, pérdida de visión y descoordinación o meningitis (casos más graves).

Diagnóstico y tratamiento de los hongos
Para evitar que proliferen los hongos en la piel del gato, un diagnóstico precoz y tratamiento específico es muy importante para evitar que se desarrollen enfermedades dermatológicas más graves.
¿Cómo se detectan los hongos en los gatos?
En caso de que tu gato presente síntomas de tener hongos conviene acudir al veterinario. Primero se realizará un examen físico para buscar signos visibles de infección como zonas sin pelo o áreas de la piel inflamada, roja o escamosa.
La apariencia de las lesiones y su ubicación dan pistas importantes. Ante la sospecha de hongos se podrán hacer varias pruebas diagnósticas que confirmen su presencia.
Desde GEMFE informan de que estas pruebas pueden consistir en:
- Lámpara ultravioleta de Wood. En una estancia oscura se dirige su luz hacia las muestras de pelo recogido y los pelos infectados pueden mostrar fluorescencia de color verde manzana. Sin embargo, no todas las especies de dermatofitos muestran esta fluorescencia por lo que los resultados negativos de esta prueba no son definitivos.
- Raspado cutáneo. Se puede realizar un raspado de la piel posiblemente infectada para examinarla con un microscopio para buscar esporas de hongos o sustancias fúngicas.
- Cultivo fúngico. Para identificar el tipo de hongo se puede realizar un medio especial de las muestras de piel, pelo o uñas recogidas para después incubarse en un laboratorio. Si se eligen muestras que han mostrado fluorescencia en la prueba de la lámpara de Wood hay más posibilidades de dar con un resultado concluyente.
Un resultado positivo en las pruebas indica que el gato está infectado o que es portador de dermatofitos en su manto. Si hay más animales en casa del gato infectado se aconseja examinarlos no presenten síntomas ya que en la mayoría de los casos estarán afectados y necesitarán tratamiento.
Tratamiento para los hongos en gatos
El tratamiento para la infección por hongos consiste en aplicar productos antifúngicos (el más utilizado es el ketoconazol). Pueden administrarse de forma tópica u oral:
- Tratamiento tópico: se administra un producto antifúngico directamente sobre la piel, éste puede ser una pomada, una cremas o incluso un champú medicado específico.
- Tratamiento oral: la administración de antifúngicos orales como la griseofulvina o el itraconazol solo suele recetarse en casos más graves, ya que tiene efectos secundarios adversos, cuando se necesita que actúe forma sistémica por el organismo del gato infectado.
¿Hay remedios caseros para los hongos?
No se recomienda recurrir a remedios caseros para tratar los hongos en nuestras mascotas, como advierten desde la red de hospitales y clínicas veterinarias Anicura.
Siempre que notes cualquier síntoma de hongos en la piel de tu felino debes acudir al veterinario para realizar un examen y aplicar el tratamiento farmacológico y los principios activos antifúngicos necesarios en caso de afección.

Consejos para prevenir la aparición de hongos
La mejor forma de prevenir los hongos es fortalecer el sistema inmune del animal. Un gato sano va a tener mayor capacidad para combatir agentes infecciosos como los hongos.
Para mantener la salud de tu gato es importante como dueños proporcionarle ciertos cuidados:
- Revisión veterinaria periódica. No faltes a las citas con el médico de tu mascota. Conviene por lo menos hacer una revisión anual en el veterinario, pero además, ante cualquier síntoma que detectes en tu gato no lo dejes pasar y acude lo antes posible al veterinario para descartar patologías y enfermedades, una detección y tratamiento precoz es la mejor garantía para conseguir mejores resultados.
- Mantener el calendario de vacunas. En España hay vacunas obligatorias que protegen contra varias enfermedades infecciosas comunes en perros como la rabia, la parvovirosis, la parainfluenza canina, la hepatitis infecciosa o el moquillo canino.
- Desparasitación regular. Hay diferentes sistemas de desparasitación externa e interna que ayudan a proteger de parásitos como pulgas, flebótomos, mosquitos, garrapatas y piojos que transmiten patologías y enfermedades. Collares, pipetas, comprimidos, espráis que puedes complementar además con otros productos de higiene como champús repelentes.
- Cuidar la alimentación. Debes elegir un alimento de calidad con los nutrientes esenciales que necesita tu felino en cada etapa de su vida (cachorro, adulto y senior) y un alimento adaptado específico si existen problemas de salud (para gatos esterilizados o con obesidad, con trastornos renales o urinarios, alergias...).
- Mantener la higiene en casa. Contra la proliferación de parásitos, virus y hongos mantener la higiene en el hogar es esencial. Mantén limpias las zonas comunes de casa (especialmente alfombras y tapicería) usando productos desinfectantes (aptos para mascotas) y los espacios que frecuenta tu mascota. Realiza una limpieza completa semanal de cojines y areneros.
- Ambiente sin estrés. El estrés eleva los niveles de cortisol del gato y debilitan el sistema inmunológico, por lo que hace que tu gato sea más vulnerable ante posibles infecciones. Un hogar tranquilo el que cuente con espacios seguros y tenga sus necesidades cubiertas le darán la tranquilidad que necesita.
En definitiva, en caso de detectar cualquier alteración en la piel de tu gato acude al veterinario para descartar la presencia de hongos y evitar su proliferación.