Por qué los ecologistas están alarmados por la situación en Doñana

Las aves y otras especies protegidas del Parque Nacional de Doñana están en peligro debido a que jabalíes y perros asilvestrados campan a sus anchas, una situación paradójica ya que fueron los propios ecologistas quiénes solicitaron la prohibición de caza de estos animales.
Esta situación no hace más que poner de manifiesto que la gestión de los ecosistemas naturales es compleja y cuanto menos, sorprendente. Algunas de las decisiones que se toman para la conservación y manejo de la fauna, en ocasiones, pueden provocar consecuencias inimaginables e inesperadas.
Un escenario complicado
Y para muestra un botón, puesto que la prohibición de la caza en Doñana ha supuesto que las aves protegidas (nidos y crías incluidas) que residen en este enclave, se vean amenazados por perros asilvestrados (blindados por la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales) y jabalíes, poniendo en peligro su existencia.
Al no haber cazadores, el número de depredadores naturales ha aumentado, como no podía ser de otra manera.
Un caso que supone que los ecologistas (Ecologistas en Acción y SEO/BridLife), que en su día promovían la prohibición de cazar estas especies, hayan alzado la voz poniendo de manifiesto su patente preocupación en relación a estos hechos. La reproducción del morito común y la garza imperial está siendo un auténtico fracaso, tal y como aseguran estas mismas organizaciones.
Preservar la biodiversidad del Parque de Doñana
Esta situación, paradójica y preocupante a la vez, es la consecuencia no deseada de la prohibición de la caza en estas áreas protegidas, una decisión impulsada por los ecologistas tiempo atrás.
Si bien el objetivo era la preservación de la biodiversidad del parque, en estos momentos esta importante medida queda en entredicho, generando más dudas que certezas.

Porque aunque de esta manera puede haber un cierto control poblacional sobre algunos animales, otras especies están sufriendo las consecuencias no deseadas de este decisión.
La sobrepoblación de jabalíes ante la ausencia de caza y sus efectos están claros, pero las consecuencias del aumento de perros asilvestrados supone la alteración del equilibro del ecosistema, facilitando el riesgo de contagiar enfermedades e incrementar la depredación.
Hora de reflexionar
Un escenario que invita a reflexionar, puesto que en ocasiones las intervenciones humanas en los ecosistemas pueden provocar desequilibrios en los mismos, a pesar de que no sean de manera intencionada.
Y es que tomar decisiones para alterar las dinámicas ecológicas suponer el surgimiento de consecuencias imprevisibles, situaciones que deben solventarse a posteriori con la implantación de nuevas medidas que corrijan estos desajustes.