El uso constante de los dispositivos electrónicos tiene una serie de consecuencias en la piel del rostro frente a las que hay que tomar una serie de medidas de prevención.
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Rostro
El uso constante de los dispositivos electrónicos tiene una serie de consecuencias en la piel del rostro frente a las que hay que tomar una serie de medidas de prevención.
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Proteger la piel frente a los rayos UVA es una de las acciones más interiorizadas por la sociedad. Cada vez somos más conscientes de las consecuencias que tiene el sol en nuestra piel, sin embargo, no existe esa misma actitud respecto a la luz azul o luz HEV de los dispositivos electrónicos.
El envejecimiento digital, también conocido como contaminación azul, es la consecuencia de la sobre exposición de la piel a la luz azul, la luz de las pantallas de los dispositivos electrónicos.
Lo cierto es que, estar ocho horas frente a la pantalla del ordenador y alguna más viendo la tele y consultando las redes sociales afecta al estado de la piel.
Los rayos ultravioleta (UVA Y UVB) afecta de forma negativa a nuestra piel. Pero no solo estos rayos tienen consecuencias en nuestra piel. La luz de las pantallas con la que convivimos día a día también es nociva.
Según algunos estudios, la luz HEV, popularmente conocida como luz azul, provoca efectos de estrés oxidativo en la dermis. Un efecto inferior al que provoca los rayos ultravioleta pero que no hay que pasar por alto. Estos rayos penetran en la piel y dañan las capas que la conforman, acelerando, así, la generación de radicales libres. Además, los expertos coinciden en que también afecta a la hidratación y protección del cutis.
Estas consecuencias se deben a que la radiación emitida por la luz de los dispositivos electrónicos altera la síntesis de algunas proteínas y activa, al mismo tiempo, los melanocitos para que incrementen la melanina de la piel. Esto da como resultado un envejecimiento acelerado, una mayor pigmentación, rigidez y tensión a la piel.
Una de las consecuencias más frecuentes de la luz azul es la aparición de manchas en la piel. Los ojos, por su parte, no se libran de los efectos que provocan estos rayos sobre ellos, llegando a manifestar sequedad e irritabilidad.
Desde Hogarmania te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en acudir a un profesional especialista.