A la hora de trabajar en ambientes ruidosos, es importante protegerse bien los oídos.
Diferentes protectores auditivos
Paso 1
Para un uso esporádico y ruidos no demasiado altos, los tapones auditivos son muy apropiados. Los hay desechables, de un solo uso, o reutilizables, que con un correcto mantenimiento, nos pueden durar mucho tiempo.
Paso 2
Los desechables están fabricados de una espuma expandible, que se adaptan perfectamente a nuestro canal auditivo. Con las manos limpias, presionamos y comprimimos el tapón hasta que quede un cilindro fino. Después, lo introducimos en el canal auditivo.
Paso 3
Debemos tener en cuenta que este tipo de tapones han de quedar totalmente dentro del oído. Si sobresalen, no conseguiremos la protección adecuada.
Paso 4
Los tapones reutilizables, sin embargo, no necesitan comprimirse; simplemente tenemos que empujarlos hacia el interior del canal auditivo. Son idóneos para entornos en los que el bricolador no pueda tener las manos limpias.
Paso 5
Para ruidos más fuertes, los tapones no serán suficientes; conviene usar orejeras. Se trata de dos casquetes, conectados por una diadema, que casi siempre es ajustable.
Paso 6
Nos ponemos el protector auditivo sobre las orejas y regulamos la altura de los casquetes, presionando la diadema hacia abajo hasta que encontremos una posición ajustada y cómoda.
Paso 7
Siempre que estemos expuestos a ruidos elevados de máquinas y herramientas de bricolaje, debemos llevar protectores para los oídos; su retirada temporal reduce considerablemente el nivel de protección.