¿Por qué se comen fresas con nata en Wimbledon?

Wimbledon 2025

El postre más icónico del torneo tiene más de un siglo de historia

Fresas con crema, el sabor más icónico del torneo de Wimbledon.
Fresas con crema, el sabor más icónico del torneo de Wimbledon.

El ritual más dulce del torneo

Hay gestos que se repiten cada año en Wimbledon: el murmullo respetuoso de la grada, el blanco impecable de los uniformes, la hierba recién cortada y las fresas con nata. En ningún otro torneo de tenis del mundo se come como aquí, y mucho menos con tanta tradición. Lo curioso es que el símbolo gastronómico más reconocible de Wimbledon no es un plato elaborado, sino algo tan simple como un cuenco de fresas con un poco de nata por encima.

Lo que empezó como un tentempié estacional ha acabado formando parte de la identidad del campeonato más antiguo y elegante del tenis.

De la alta sociedad al césped de Wimbledon

Aunque su popularidad creció con la llegada del tenis al All England Club en 1877, la combinación de fresas y nata ya era conocida en Inglaterra mucho antes. Se remonta al siglo XV y aparece ligada al lujo, al verano y a la aristocracia. Durante la época victoriana, se servía como acompañamiento del afternoon tea, justo en las mismas fechas en las que se celebra el torneo.

Por eso, cuando el tenis sobre hierba se convirtió en el nuevo entretenimiento de las clases altas londinenses, el postre encontró su lugar. Su temporada coincidía con el campeonato y su estética -rojo brillante y blanco cremoso- encajaba con la elegancia del evento.

En los palcos VIP, el Village o el lounge del Royal Box se ofrecen también con nata montada en lugar de la clásica crema.
En los palcos VIP, el Village o el lounge del Royal Box se ofrecen también con nata montada en lugar de la clásica crema.

Un clásico que no entiende de modas

Hoy, más de un siglo después, la costumbre sigue tan viva como entonces. Las cifras impresionan: en solo dos semanas, se consumen más de 2 millones de fresas, aproximadamente 35 toneladas. Se sirven partidas por la mitad, sin azúcar, acompañadas de nata y presentadas con precisión británica: diez mitades por ración, ni una más ni una menos.

Para garantizar su frescura, las fresas se recogen a diario en el condado de Kent, conocido como “el jardín de Inglaterra”, y no pasan más de 24 horas desde la recolección hasta el servicio en el recinto. Un equipo especializado las recolecta a primera hora de la mañana, y poco después ya están listas para acompañar cada jornada del torneo.

En Wimbledon, cuidar el origen de la fruta es tan importante como respetar el blanco del vestuario.

De la tradición a la modernidad: nata vegana y cócteles con gas

La receta tradicional en Wimbledon se mantiene fiel a sus orígenes: fresas servidas con nata líquida sin montar, la clásica cream británica, vertida directamente sobre la fruta, sin azúcar ni adornos. Pero como ocurre con muchas costumbres centenarias, también ha habido espacio para adaptaciones.

En algunas zonas del torneo -como los palcos VIP, el Village o el lounge del Royal Box- se ofrece también nata montada, especialmente pensada para quienes prefieren una textura más cremosa. En esos casos, se utilizan bombonas FastGas N₂O, que permiten montar la nata al instante y obtener una consistencia suave y estable.

En solo dos semanas, se consumen más de 2 millones de fresas.
En solo dos semanas, se consumen más de 2 millones de fresas.

Algo más que un simple postre

La importancia de las fresas en Wimbledon es tal que incluso ha habido momentos históricos protagonizados por ellas. En 1989, tras varios días de lluvia al inicio del torneo, la organización pidió disculpas públicamente, no por los retrasos ni por las pistas impracticables, sino por la baja calidad de las fresas de esa edición. El gesto dejó claro que no se trata solo de una tradición, sino de una seña de identidad.

Pero las fresas no son el único sabor del campeonato. Wimbledon cuida su propuesta gastronómica con el mismo mimo que sus tradiciones deportivas. En el recinto se pueden encontrar clásicos británicos como los scones con clotted cream y mermelada, los finger sandwiches de pepino, huevo o salmón, y una amplia selección de tés servidos al estilo inglés. En verano, no falta el Pimm’s No.1, un cóctel ligero a base de licor, frutas y limonada que se ha convertido en la bebida estrella del torneo.

También hay espacio para reinterpretaciones que respetan lo clásico. En julio de 2024, los chefs del torneo sorprendieron con una versión renovada de la tarta Reina Victoria, el pastel favorito de la monarca, manteniendo sus sabores tradicionales con una presentación más actual.

Todo está pensado para crear una experiencia completa: tenis de alto nivel, ambiente cuidado y una oferta culinaria que celebra lo británico en cada detalle. Y en el centro de todo, las fresas con nata. Simples, frescas y, año tras año, insustituibles.

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