El consejo de vida de Karlos Arguiñano que todo joven debería escuchar

Una reflexión valiosa para jóvenes que buscan un futuro con propósito y estabilidad
Una reflexión valiosa para jóvenes que buscan un futuro con propósito y estabilidad | Hogarmania

A lo largo de su exitosa carrera en la televisión y la gastronomía, Karlos Arguiñano ha demostrado ser un verdadero referente para generaciones de cocineros y cocineras que han crecido viéndolo en pantalla.

En el último programa de marzo de Cocina Abierta, Karlos Arguiñano habló con sinceridad sobre los temas que más le preocupan: el futuro de los jóvenes, su desarrollo profesional y la importancia de aprender un oficio.

El consejo de vida de Karlos Arguiñano que todo joven debería escuchar

Uno de los puntos clave que Arguiñano abordó en su programa fue la relevancia de adquirir una formación sólida y aprender un oficio, algo que él mismo vivió de cerca en su juventud.

El chef no tiene reparos en compartir su experiencia personal, una historia que refleja cómo, a pesar de las dificultades, siempre es posible encontrar el camino hacia el éxito si se tiene dedicación y pasión.

Arguiñano arrancó el programa con un singular discurso: 'Veo que muchos jóvenes tenéis dudas sobre qué estudiar, qué hacer o qué no hacer. Yo pienso a menudo en vosotros. Si veis que los estudios no son lo vuestro, no os preocupéis: aprended un oficio. Con un oficio podéis buscaros la vida en cualquier parte del mundo. Da igual cuál sea: cocinero, camarero, barman, pintor, electricista, carpintero, fontanero, chófer... Nos hace falta gente con oficio. Sin profesionales, las cosas no funcionan bien', señaló.

La importancia de aprender un oficio

'Si tenéis un oficio, vais a tener trabajo. Todos los profesionales que me rodean coinciden: falta gente joven dispuesta a trabajar en estos sectores. Y el trabajo es lo que os da dignidad en esta vida', subrayó.

'Así que, si tenéis 15, 16 o 17 años, y los estudios no os convencen, aprended un buen oficio. Con ese oficio, os respetarán y os pagarán bien. No lo dudéis', compartía el mensaje mientras preparaba pulpo a la plancha con arroz negro.

Este sentimiento de incertidumbre acerca del futuro académico es común en muchos jóvenes, y el propio Arguiñano es un claro ejemplo de que no siempre hace falta seguir un camino académico tradicional para lograr el éxito.

'A mí me pasó lo mismo: me despistaba, fallaba... Todo el mundo me decía: Tú de mayor no serás nada. Así que empecé a buscar qué quería estudiar. Primero hice Oficialía Industrial y me formé como chapista, pero pronto me di cuenta de que eso no era lo mío. Como me gustaba la cocina, decidí hacerme cocinero. Y me he sabido buscar la vida', confesó.

La Escuela de Cocina Aiala

Un aspecto fundamental en la carrera de Karlos Arguiñano ha sido su constante esfuerzo por devolver a la sociedad todo lo que la cocina le ha dado. Para ello, creó la Escuela de Cocina Aiala de Karlos Arguiñano, donde imparte conocimientos y fomenta la pasión por la gastronomía entre los jóvenes aspirantes a cocineros.

'A la escuela de cocina vienen cada año entre 50 y 60 estudiantes, y todos aprenden el oficio. Puede que un 10% o 15% no continúe, pero la mayoría sigue trabajando y se convierten en grandes profesionales', detalló.

Escuela de Cocina Aiala
Escuela de Cocina Aiala | Escuela de Cocina Aiala de Karlos Arguiñano

Durante el programa, Arguiñano compartió una historia particularmente emotiva sobre uno de sus estudiantes, quien ahora es un gran éxito en la gastronomía internacional. 'Hace poco me encontré con Martín Berasategui, y me contó que en su restaurante de Dubái trabaja un antiguo alumno de la Escuela Aiala, Javier Malillos, un chaval que estudió con nosotros y luego pasó por su restaurante'.

Arguiñano se muestra muy orgulloso de haber sido parte de su formación. Lo que más le emociona es que ahora trabaja en un restaurante de Martín Berasategui, uno de los chefs más importantes del mundo. 'Este es solo un ejemplo de que, si algo os gusta, podéis ganaros la vida con ello en cualquier lugar del mundo', puntualizó.

Con su experiencia y su mensaje de esperanza, Karlos Arguiñano continúa siendo una fuente de inspiración para los jóvenes. Su historia personal, su escuela Aiala y el testimonio de sus alumnos son prueba de que, en la cocina, como en muchos otros sectores, el trabajo manual, la paciencia y el deseo de superarse son esenciales para lograr el reconocimiento y el crecimiento profesional.

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