Cómo usar la lejía alimentaria para comer frutas y verduras de forma segura

Llega el buen tiempo y con él las ganas de cuidarse más, comer fresco y disfrutar de frutas y verduras de temporada. Pero ¿te preocupa no saber cómo limpiar correctamente estos alimentos? Te explico cómo hacerlo y cómo usar de manera segura la lejía alimentaria.
Es habitual que cada cierto tiempo salten las alarmas por restos de pesticidas en algunos alimentos que consumimos crudos y empieza la duda: ¿es seguro lo que comemos?
En este artículo te cuento de forma detallada cómo lavar, pelar y elegir frutas y verduras para comerlas sin riesgos, pero con cabeza. ¡Vamos al grano!
¿Qué pasa con los pesticidas en las frutas y las verduras?
Un reciente análisis encontró restos de pesticidas en algunas lechugas vendidas en supermercados españoles. Los pesticidas se hallaron, específicamente, en ensaladas envasadas que contenían lechuga y otras hojas verdes. Aunque no se superaban los límites legales, sí se detectó una mezcla de varios químicos, algo que preocupa por el "efecto cóctel". Las muestras contenían residuos de seis pesticidas diferentes, incluyendo cinco fungicidas y un insecticida. Entre los compuestos detectados, el metalaxilo y el fludioxonilo son pesticidas que se consideran candidatos a ser retirados por su toxicidad.
¿Es algo nuevo? No. ¿Hay que alarmarse? Tampoco. Pero sí conviene saber lo que comemos y tomar precauciones básicas.
¿Cómo lavar bien frutas y verduras con lejía alimentaría?
Agua sola no sirve
La lejía alimentaria (también llamada lejía apta para desinfección de alimentos) es una solución diluida de hipoclorito sódico que se puede usar para desinfectar frutas y verduras crudas, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante.
Lavar con agua del grifo es el primer paso, pero si quieres estar completamente seguro de haber eliminado tóxicos, es recomendable usar este producto.
Además, dependiendo del alimento, se puede usar un cepillo suave para frotar las superficies rugosas (como zanahorias o pepinos).

¿Es segura esta lejía?
- Sí, si se usa correctamente:
- Debe indicar claramente en la etiqueta que es apta para desinfección de agua o alimentos.
- La concentración recomendada suele ser de 4-5 gotas por litro de agua (pero revisa siempre el envase).
- Tras la desinfección, hay que enjuagar bien con agua potable antes de consumir.
¿Cuándo usarla?
- Ideal para hojas verdes (lechuga, espinacas), frutas que no vas a pelar (manzanas, uvas).
- Útil si no tienes vinagre o bicarbonato a mano.
- Muy recomendada en casos de frutas o verduras que han estado en contacto con tierra o difícil acceso.
No quiero utilizar lejía alimentaría, ¿qué opciones tengo?
Si la lejía alimentaria no te convence o no la tienes a mano, el truco del bicarbonato con vinagre está por todas partes... Es la fórmula mágica de la que todo el mundo habla, pero ¡ojo! no es tan útil como parece cuando se trata de limpiar frutas y verduras. Te explico por qué, de forma sencilla:
Al juntar bicarbonato sódico (una base) y vinagre (ácido acético), se produce una reacción química que genera dióxido de carbono (CO₂) esas burbujas que ves y agua con una sal neutra (acetato de sodio). Esa reacción es lo que hace parecer que "limpia" mucho, pero en realidad... Los dos ingredientes se neutralizan entre sí.
Eso quiere decir que pierden su poder limpiador individual, tanto el del vinagre como el del bicarbonato.

¿Qué es más efectivo?
Usar vinagre y agua por separado:
- Mezcla 1 parte de vinagre por 3 partes de agua , deja las frutas o verduras unos 10-15 minutos, y luego aclara bien. Ayuda a reducir ciertos residuos y también a eliminar bacterias.
O bicarbonato solo en agua:
- Añade una cucharadita de bicarbonato a un litro de agua y deja la fruta o verdura en remojo unos 10 minutos. También es eficaz para quitar suciedad y parte de los pesticidas.
¡No los mezcles si quieres limpiar!
Lo que no hay que hacer
Existen muchas teorías y prácticas sobre la limpieza de las frutas y las verduras que no siempre son las más acertadas. Por ejemplo:
- No sirve de nada lavar con jabón o lavavajillas (puede ser incluso tóxico).
- El agua con sal no elimina los pesticidas.
- No basta con pasar la fruta por agua un segundo. Tómate tu tiempo.
- No toda lejía sirve: nunca uses lejía normal o de limpieza , ni aromatizada, ni con detergentes. Solo lejía con etiqueta de uso alimentario , como la de marcas específicas o con el sello sanitario adecuado.
Las frutas y verduras que conviene lavar mejor (y las más seguras)
Las que más residuos acumulan
Según estudios, como el de la EWG (Environmental Working Group), éstas son las más problemáticas si no se lavan bien:
- Fresas
- Espinacas
- Uvas
- Manzanas
- Tomates cherry
- Lechugas y otras hojas verdes
Las más "limpias" (por lo general)
- Aguacates (por la piel gruesa)
- Piña
- Plátano
- Melón
- Cebolla

Después de limpiar las frutas y verduras ¿cómo las conservo?
Hay una técnica que es muy efectiva. Te explico por qué funciona paso a paso y qué puedes mejorar o evitar:
Paso 1. Secar muy bien:
- Este paso es clave. La humedad hace que las frutas y verduras se pudran más rápido.
- Puedes usar papel de cocina para secarlas una por una o dejar que se sequen sobre un paño limpio.
Paso 2. Guardar en tupper de cristal con papel de cocina: ¡Truco de abuela, pero funciona!
- El papel de cocina absorbe la humedad extra.
- El tupper de cristal es más recomendable que el de plástico porque mantiene mejor la temperatura y evita que se acumule condensación.
- Lo ideal es que el tupper no quede 100 % hermético , puedes dejarlo medio abierto o hacerle un par de agujeritos al papel film si usas.
Paso 3. Guardar en la nevera:
- La temperatura fría ralentiza el crecimiento de hongos. Zona ideal: cajón de frutas y verduras.
Consejo extra:
En el caso de las fresas, si no vas a comértelas en los próximos días, puedes congelarlas después de secarlas. Pero ojo: una vez descongeladas, cambian de textura, así que mejor usarlas en batidos, compotas o postres.
Consejos rápidos para comer frutas y verduras con tranquilidad
- Lava y seca bien antes de guardar. Si prefieres guardarlas sin lavar, no pasa nada, pero hazlo justo antes de comerlas. Así evitas que se estropeen antes de tiempo.
- No mezcles lo limpio con lo sucio. Ten tablas y cuchillos separados para frutas/verduras crudas y carne/pescado.
- No dejes la lechuga en remojo toda la noche. Pierde nutrientes y puede desarrollar bacterias.
- Congelar también ayuda. Si congelas frutas o verduras, los residuos se reducen aún más.
- Pelar reduce mucho la cantidad de residuos, pero también se pierde parte de la fibra y nutrientes. ¿La solución? Varía. Si no estás seguro del origen o no puedes lavar bien el producto, mejor pela.
- Cultivar en casa: si tienes la suerte de poder cultivar en casa, en un huerto urbano o incluso en la terraza, es una forma genial de controlar lo que comes. Aun así, lava bien tus productos: pueden tener polvo, insectos o incluso contaminantes del aire si vives en ciudad
- Ecológico, local y de temporada: los productos de este tipo además de ser más baratos y más frescos, también tienen menos tratamientos químicos.
Conclusión: limpieza, criterio y cero dramas.
No hace falta vivir con miedo ni pasarse al lado "ultra natural". Con unos pasos básicos, puedes seguir comiendo frutas y verduras frescas, llenas de sabor y sin complicaciones.