La colada es una actividad que, por lo general se repite, según el caso, al menos 2 o 3 veces por semana. Es por tanto una tarea que si gestionas adecuadamente, podrás hacer que impacte positivamente en tu economía doméstica.
Consigue que las prendas se mantengan en buen estado lavado tras lavado.
Para ello, es fundamental lavar cada prenda como se indica en su etiqueta leyendo detenidamente cómo realizar dicho lavado. Si quieres cortar las etiquetas de las prendas, es esencial que las guardes, puedes hacerlo pegando las etiquetas cortadas en un cuaderno indicando a qué prenda corresponde y tenlo de consulta cerca de la lavadora. Te resultará muy útil y conseguirás que las prendas se mantengan en buen estado mucho más tiempo. Igualmente, no olvides lavar siempre por separado la ropa blanca o clara y la ropa de color.
Dosifica adecuadamente los detergentes para ahorrar.
Probablemente, sin darte cuenta estés utilizando mayor cantidad de detergente de la que en realidad necesitas. Si las prendas tienen poca suciedad puedes utilizar menos cantidad de detergente de la que recomienda el fabricante. Por otro lado, no es necesario que tengas muchos tipos de detergentes (ropa delicada, para bebé, para ropa blanca, para ropa de color...) En general, es suficiente con tener un detergente de calidad que sirva para todo tipo de ropa, si es posible ecológico, y un jabón tipo Marsella para pretratar manchas a mano.
Ahorra en electricidad gestionando la temperatura de los lavados.
Si sigues esta pauta de forma sostenida, comprobarás un ahorro nada desdeñable. Intenta lavar en frío o bien a 30 grados siempre que sea posible según el tejido y el grado de suciedad. También ahorrarás electricidad al planchar menos, pero para ello, es muy importante tender bien, ¿quieres saber algunas recomendaciones sobre cómo tender bien para planchar menos?
Haz cargas completas de lavado para hacer más eficaz el proceso de colada.
Este gesto tan sencillo, pero repetitivo, te permitirá ahorrar detergente, agua y electricidad. Para comprobar que tu lavadora tiene una carga completa, deja un espacio de un palmo entre las prendas y la parte superior del tambor de tu lavadora. Pero si la llenas demasiado, la ropa no se lavará bien, ya que no tendrá espacio suficiente para frotarse y eliminar la suciedad, ni el detergente se disolverá correctamente.

Mantén limpia la lavadora para ahorrar en reparaciones de averías.
Para ello, recuerda hacer un lavado sin colada a alta temperatura cada 3 o 6 meses con un detergente que tenga cloro. Una vez terminado este lavado limpia bien el cajetín, el filtro y el sello de goma de la puerta, son las zonas donde mayor suciedad se acumula.
Cuida tu plancha para optimizar su durabilidad.
No olvides vaciar el calderín cada vez que termines de planchar y pasar un paño seco por la superficie. Para retirar la posible acumulación de cal, pon en el calderín vinagre y agua a partes iguales, calienta la plancha y haz que salga el vapor para que elimine la suciedad. Después llena de nuevo el calderín sólo de agua para quitar los restos de vinagre.
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