¿Es verdad que si tocas una mimosa te haces pis por la noche? Mito o realidad
Curiosidades
La planta que se cierra sola… y el mito que aún persiste

Una planta sensible... pero tú no tanto
En necesario dejar claro desde un principio lo siguiente: no, no es verdad que si tocas una mimosa te hagas pis por la noche (no confundirse con la mimosa o Acacia Dealbata).
Y la verdad es que la pregunta tiene su gracia. ¿En qué momento alguien pudo llegar a pensar que acariciar una planta iba a tener consecuencias en la vejiga de nadie?
La mimosa (nombre técnico: Mimosa pudica o la planta que se duerme) es una auténtica maravilla de la naturaleza. Le tocas la hojita y ¡zas!, se pliega de la misma forma que si le hubieras contado un secreto vergonzoso.
Aunque no te preocupes, lo más que te puede pasar al tocarla es, simplemente, que quieras repetir la sensación.

De dónde sale este cuento de hadas (con pis)
Como bien sabrás, las leyendas urbanas no necesitan de lógica alguna. Son capaces de instalarse en la cabeza como cualquier canción del verano.
Que si los chicles tardan siete años en digerirse, que si tragarte un hueso de sandía te hace crecer una planta en el estómago o que tocar una planta te hace orinar por la noche.
No posee ninguna fundamentación científica ni rigor alguno. Lo más probable es que este mito o creencia venga de ciertas tradiciones populares, de esas que usan el miedo para evitar que los niños trasteen demasiado con el entorno. ¿No te parece?
Entonces... ¿qué hace realmente la mimosa?
La Mimosa pudica tiene un mecanismo un tanto peculiar. Cuando la tocas, cambia la presión del agua en unas células especiales situadas en la base de sus hojas (pulvínulos, para los amigos). Esto provoca que las hojas se plieguen de manera casi instantánea.
Y, ¿por qué lo hace? Para protegerse. La teoría es bien sencilla: al cerrarse, parece menos apetecible para los insectos o animales que quieran mordisquearla.
Pero no es tóxica, no segrega nada y no provoca reacciones fisiológicas. Solo es una planta que tiende a recogerse cuando le das un pequeño golpecito.
¿Y qué hay de lo de hacerse pis?
La verdad es que, por mucho que se ha investigado, no hay nada. Absolutamente nada. Ninguna sustancia de la mimosa afecta al sistema urinario. Ni por contacto, ni por esporas voladoras, ni por… "telepatía botánica".
Si alguien se hace pis después de tocarla, probablemente será porque ya tenía ganas. Aunque también hay que decir que existen plantas que sí tienen un efecto diurético, pero solo si las tomas como infusión, no por el simple hecho de acariciarlas.
¿Ejemplos? La cola de caballo o el diente de león, entre otros.
Por si te pica la curiosidad…
Aquí van otros datos relacionados con la mimosa, que sí son reales:
- Se cierra cuando cae la noche, de ahí lo de planta dormilona.
- Aunque se cultiva en todo el mundo, es originaria de América Central y del Sur.
- Se emplea en algunos estudios científicos relacionados con el movimiento en plantas.
- No requiere que le riegues a diario.
En conclusión, la próxima vez que veas una mimosa y alguien te diga ¡no la toques, que te haces pis!, explícale lo del pulvínulo, verás la cara que se le queda. O simplemente, desafíale y toca la flor con la total seguridad de que no va a influir en la alteración de tu descanso nocturno.
Estamos ante uno de esos mitos que tienen algo de entrañable. Cuentos sin moraleja, que cuentan con ese punto absurdo que los hace memorables. Y, aunque no sepamos si son verdad, siguen circulando por pura inercia cultural.