Las mejores plantas para un jardín zen

¿Quieres transformar tu hogar en un refugio de paz, armonía y serenidad? Descubre cómo ciertas variedades pueden hacerlo posible. Conoce las mejores plantas para jardín zen y aprende a crear un espacio que invite a la meditación y la introspección.
Existen diversos tipos de jardines que se clasifican según su diseño, función, estilo y elementos culturales.
Los jardines orientales, por ejemplo, están pensados como lugares de calma y meditación. Dentro de estos, encontramos el jardín japonés, el jardín chino y nuestro protagonista de hoy, el jardín zen.
¿Qué es un jardín zen?
Un jardín zen es un espacio diseñado para promover la calma y la meditación, inspirado en la estética japonesa. Se fundamenta en tres principios: Shizen que significa naturaleza, Kanso que se traduce como simplicidad, y Koko, que representa la austeridad.
En estos espacios se busca crear un ambiente único que propicie la introspección, por lo que, a diferencia de otros jardines orientales, son mucho más sencillos y minimalistas.

Estos jardines buscan una asimetría intencionada, pero con equilibrio, y los elementos naturales con los que cuentan, como arena, piedras y plantas, están distribuidos de una forma pensada que invite a la relajación y reflexión.
La arena, por ejemplo, representa la inmensidad del mar, mientras que las piedras simbolizan las montañas y las experiencias de la vida.
¿Cuáles son sus beneficios?
Estos jardines permiten disfrutar de unos beneficios tanto estéticos como mentales.
- Diseño muy cuidado y armonioso
- Reducción de los niveles de estrés
- Conexión con la naturaleza, mejorando el bienestar emocional
- Incitación a la meditación y a la contemplación
Todos ellos han hecho que, actualmente, estos espacios sean muy valorados. Se convierten en un pequeño refugio de paz dentro del caos y el estrés a los que estamos sometidos en el día a día.
Plantas para un jardín zen
Elegir las plantas adecuadas no solo contribuye a lograr una decoración cuidada, sino que también puede mejorar nuestro bienestar emocional y mental. Como ya te anticipamos en el artículo sobre las plantas y el Feng shui, estas pueden influir, según esta filosofía, en la creación de un hogar mucho más equilibrado (o todo lo contrario).
¿Qué plantas son perfectas para un jardín zen? Aquellas que logren aportar una armonía y serenidad única. Las plantas japonesas más habituales suelen ser:
Bambú
El bambú es una planta esencial en los jardines zen, ya que se utiliza para crear pantallas vegetales y definir espacios con sutileza.

A diferencia de los árboles, el bambú crece a partir de cañas flexibles en lugar de un tronco leñoso. Estas cañas tienen una particularidad interesante: su gran flexibilidad, gracias a su estructura nervada, lo que le otorga una notable versatilidad.
Además, es una planta que atrae buena energía, algo fundamental en estos espacios japoneses diseñados para la meditación y la contemplación.
Musgo
Sin duda, el musgo es el elemento vegetal más importante en los jardines japoneses gracias a su capacidad para crear un manto verde. En un jardín de musgos, este elemento se convierte en el protagonista, cubriendo grandes superficies y logrando una frescura y una paz única.

El musgo puede crecer en diferentes superficies, siendo las más habituales las rocas, piedras y la madera. Si estas superficies tienen las condiciones adecuadas para su crecimiento, el musgo suele extenderse rápidamente, cubriendo toda la superficie y creando mantos decorativos.
Arce japonés
El arce japonés, también conocido como arce rojo, es uno de los árboles más bonitos que se pueden incluir en un jardín, especialmente en un jardín zen.
Existen variedades que pueden alcanzar entre cinco y diez metros de altura, así como otras que no superan el metro, pero todas lucen un impresionante follaje en otoño.

Su belleza es tal que se convierte en uno de los protagonistas indiscutibles del Momiji o kōyō japonés, la celebración del cambio de color en las hojas.
Es un árbol ideal para cultivar al aire libre, ya sea en un jardín o en un patio, siempre que esté protegido de la luz solar directa del mediodía.
Iris ensata
El Iris ensata, conocido como iris japonés o lirio japonés, es una planta acuática muy ornamental, perfecta para jardines zen que incluyen estanques con lirios de agua.
Sus flores, que pueden ser de color violeta con toques de amarillo, azul y blanco, aportan elegancia y serenidad al entorno acuático, complementando otros elementos naturales en el agua.

Para asegurar un buen cultivo de estas plantas, se recomienda que el suelo tenga un pH ácido o neutro y que sus raíces estén ligeramente sumergidas bajo el agua. Además, necesitan estar situados en áreas con exposición directa al sol para florecer abundantemente.
Camelia
La camelia es uno de los arbustos de sombra más deseados gracias a su gran variedad de formas y colores. Se utiliza en los jardines zen para agregar un toque discreto de color en tonos suaves como el blanco o el rosa.

Para muchos, la flor de la camelia es considerada como la flor perfecta debido a su forma, y su presencia en el jardín crea un contraste delicado con el entorno verde, aportando armonía sin romper la tranquilidad del paisaje.
Hakuro Nishiki
Una opción que recomienda Iñigo Segurola para un jardín zen es el sauce de porte bajo Hakuro Nishiki. Es una variedad japonesa con hojas variegadas en blanco y verde que aporta volumen y una luminosidad especial al entorno.
Este tipo de sauce es ideal para áreas sombreadas, ya que su follaje añade un toque ornamental inigualable. Puedes verlo en detalle en este parterre con arbustos de follaje gris.

Se puede plantar directamente en la tierra del jardín sin necesidad de sustrato especial, ya que es muy resistente. Eso sí, no debemos olvidarnos de añadirle un abono de liberación lenta para asegurar su óptimo crecimiento.
Otras plantas ideales para estos jardines son las azaleas, la flor de loto, el jazmín y los bonsáis. Cada una aporta sensaciones únicas y características propias, perfectas para estos espacios destinados a la introspección.
Al seleccionar una u otra variedad, es esencial que consideres las características propias del espacio. De nada sirve elegir una planta específica, si el futuro jardín zen no reúne la luz o temperatura que esta requiere.
Aporta también un riego adecuado, sin excederte, y realiza una poda regular para mantener la forma deseada y fomentar un crecimiento saludable de las plantas.