Conoce las características y curiosidades de este pequeño mamífero de grandes orejas capaz de soportar temperaturas extremas.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 4 de febrero de 2019
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Conoce las características y curiosidades de este pequeño mamífero de grandes orejas capaz de soportar temperaturas extremas.
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Hogarmania, 4 de febrero de 2019
El fénec, feneco o zorro del desierto (Vulpes zerda) es un mamífero carnívoro de la familia Canidae que habita en el desierto del Sáhara y la península del Sinaí. Posee unas orejas muy características, grandes, puntiagudas y siempre tiesas, y un tamaño bastante más menudo que un zorro común.
Su pelo y función renal están adaptadas a las condiciones extremas del desierto por lo que son capaces de aguantar temperaturas muy altas y escasez de agua.
Sus originales orejas también poseen una función importante respecto al clima, ya que le sirven como ventilación y refrigeración de la sangre para ayudarle a soportar las temperaturas extremas del desierto. Posee un cuerpo ágil y escurridizo, perfecto para huir de sus posibles enemigos.
El fénec es un animal de costumbres nocturnas por lo que tiende a dormir por las mañanas y salir de caza por la noche. Se alimenta de insectos, reptiles, roedores, aves y los huevos de estas, que hurtan de nidos y escondrijos. Además posee un oído tan fino, que puede oír a sus presas aun estando dentro de sus madrigueras.
El fénec también se alimenta de frutos (dátiles, bayas…) para complementar su dieta y tener energía para los momentos de caza.
Como los demás zorros, el fénec también duerme hecho un ovillo.
El fénec vive en madrigueras de hasta 10 metros de profundidad, a las que retorna al amanecer después de cazar y recolectar comida. La profundidad de estas cavernas se debe a la búsqueda de estos animales del máximo frescor posible frente al clima adverso del desierto. Las madrigueras típicas están excavadas en la arena y suelen tener varias entradas si la tierra y la vegetación lo permiten.
Los fénecs son animales sociales que se emparejan de por vida y defienden siempre su familia y territorio. Las hembras comparten la madriguera con sus crías, mientras que los machos son solitarios, aunque colaboran en ciertas tareas durante el periodo de gestación de las hembras y la lactancia de las crías.