¿Por qué los gatos nos muerden cuando salimos de la ducha?
Comportamiento de los gatos
¿Tu gato te muerde al salir de la ducha? Descubre por qué ocurre y qué significa este curioso comportamiento.

Los gatos son animales peculiares llenos de comportamientos que a menudo desconciertan a los humanos: ¿Qué hace ahora? ¿Qué quiere decirnos con eso?
Una de las reacciones más curiosas es el instante después de la ducha, cuando recibimos ese (no tan) inesperado mordisco en la pierna o el pie mientras salimos del baño.
También puede darse la circunstancia de recibirlo en la mano, en un intento por saludar y acariciar a nuestro felino.
Lejos de tratarse de un acto de agresión sin sentido, esta conducta puede tener múltiples causas, muchas de ellas relacionadas con el instinto animal, la comunicación no verbal y los cambios en el entorno.
A continuación, te contamos un poco más sobre por qué los gatos nos mordisquean y se muestran doblemente juguetones cuando más limpia tenemos la piel.
El olfato: el sentido dominante en los gatos
Cambios de olor
Los gatos tienen algunos sentidos especialmente desarrollados, sobre todo la vista, el olfato y el oído (salvo los gatos blancos).
El olfato es su herramienta principal de comunicación, el sentido que más les ayuda a desenvolverse. Identifican a sus humanos, otros animales y objetos mediante las feromonas y otros compuestos olorosos.
Cuando una persona se ducha, se eliminan muchos de los olores naturales del cuerpo, así como el olor que el gato asocia contigo.
Estos olores son reemplazados por aromas de jabones, champús o cremas hidratantes que no suelen ser de su agrado.
Desde el punto de vista felino, este cambio de olor repentino es negativo y les genera curiosidad y confusión. Y, por si acaso… un mordisco.
En ese estado de desconcierto, el gato puede acercarse a olerte intensamente e incluso morderte suavemente como una manera de explorar si eres “tú de verdad”.

Olores químicos y rechazo
Además de la confusión, algunos productos de higiene personal contienen ingredientes que resultan intensamente desagradables para los gatos: Aromas artificiales, mentolados, cítricos o florales…
De la misma forma que cuando son ellos los que reciben el baño, para los gatos, el olor a jabón representa suciedad más que limpieza, ya que para ellos lo natural y agradable es oler, básicamente, a animal.
Tu olor es parte de su territorio
En el mundo de los gatos, el territorio lo es todo. Parte del entorno que consideran seguro está marcado con sus propias feromonas, y también con el olor de sus humanos. De hecho, habrás visto varias veces cómo se restriegan por tus objetos personales para dejar su olor y marcarlo como propio.
Cuando ese olor desaparece, algo “familiar” se pierde. Al salir de la ducha, con la piel limpia y un aroma diferente, dejas de ser una pieza reconocible de su entorno.
Este cambio puede desencadenar un impulso de “re-marcación”, que a veces se traduce en un mordisco leve, una forma de volver a establecer el vínculo con su territorio y contigo. No es raro que el gato también te lama, se frote o te de un cabezazo.

Juego, atención, estímulos visuales y movimiento
Después de la ducha, suele ser frecuente caminar por casa con toallas, el pelo mojado y suelto o la piel húmeda. Estos elementos generan estímulos visuales y olfativos intensos para el gato.
Muchas veces esos estímulos les provocan tal emoción y nervios que desembocan en un mordisco. Así expresan su cariño y emoción por verte.
Asociación con rutinas previas
Muchos gatos forman asociaciones mentales rápidas. Si alguna vez le diste atención, comida o jugaste con él justo después de ducharte, es posible que haya establecido una conexión entre “salida del baño” e “interacción positiva”.
Reclamando tu atención
Los gatos también son maestros en captar la atención, y además les encanta que les hagas caso. Si tu gato ve que te estás centrando en secarte el pelo o recoger el baño, es posible que te haga una pequeña visita con mordisco de regalo para que no se te olvide que está ahí.
