Al nacer, los perros buscan el pezón de la madre para alimentarse. Pueden hacerlo gracias a los receptores olfativos. A medida que van creciendo, su madre les protege y les pone límites.
Su poder olfativo es tan desarrollado que pueden separar las partículas de la materia, por eso, pueden ser adiestrados para localizar sustancias, personas e incluso diferenciar células cancerígenas de células sanas. Su olfato es fundamental no sólo para buscar alimento, si no para comunicarse con su especie. Es decir, los perros se comunican a través del olfato. Están dotados de glándulas que liberan distintos tipos de feromonas para establecer una conexión entre ellos puramente química.
Los humanos reconocemos el entorno a través de la vista, y utilizamos el resto de sentidos de forma complementaria. Aunque en los primeros meses de vida tenemos el olfato más desarrollado que cuando crecemos. Es por esto que muchas veces se compara el cerebro de un perro con el de un niño de 2 años. Pero no podemos tratarlos de la misma manera, empezando por el problema del anclaje de los ojos.
Qué es el anclaje de los ojos
Para nosotros es natural establecer contacto visual en la comunicación. Nos sale natural sonreír de manera exagerada a los bebés y hablarle con voz dulce y aguda. Pero, ¿qué ocurre cuando empleamos esto con un perro que tiene un sistema de comunicación distinto? Lo que ocurriría es que empezaríamos a establecer condicionamientos erróneos para el animal.
El resultado de esto son comportamientos obsesivos como perseguir objetos en movimiento, que tu perro te mire fijamente a los ojos y que busque constantemente contacto visual contigo. Son perros que tienen un mal anclaje relacionado con el sentido de la vista.

Qué pasa cuando miras a tu perro a los ojos
Cuando miras a tu perro a los ojos tu cerebro segrega oxitocina (la hormona del amor) y tu perro lo huele, entonces, se siente recompensado por este contacto visual. Esto no significa que no podemos mirar a nuestro perro pero debemos aprender a hacerlo de forma correcta y tratar de condicionar su cerebro lo menos posible.
En el momento en el que un perro va a vivir con humanos toda su comunicación se descompensa, porque nosotros nos miramos a los ojos para comunicarnos. En Borja Capponi Academy aprendes a mirar al perro a la cara para saber lo que está pensando. También puedes aprender a que tu perro asocie tu estado de ánimo a través de tus gestos.
El sentido de a vista de los perros está estrechamente relacionado con la caza. Cuando lanzamos la pelota a nuestro amigo perruno estamos estimulando este instinto, y si no lo hacemos bien conseguiremos que nuestro perro persiga todo lo que se mueva. Esto ocurre a menudo con los border collie. Al ser perros de pastoreo es muy fácil que se obsesionen con el movimiento.
Aprender su lenguaje es vital para respetar su naturaleza. Si les enseñamos a actuar a través del contacto visual como nosotros tendremos un perro descompensado que vivirá más nervioso, inseguro y agresivo.
Cuando enseñas a tu perro a mirarte a los ojos para darle la comida nos convertimos en su dispensador de comida, no establecemos un vínculo. Este tipo de comunicación es una comunicación condicionada permanente. En realidad, él nos manda.
Cómo desarrollar el olfato de los perros
Cuando un perro utiliza más la vista de lo que debería, nos empeñamos en sobre estimular el olfato con juegos de olor, pero esto no tiene ningún sentido. Aunque parezca que sí, no les cansan los juegos de oler, porque es algo que hacen de manera natural todo el tiempo. De hecho el cansancio responde al estrés que les genera no encontrar el alimento. Podemos jugar con él a encontrar el premio pero sin estrés ni sobre excitación.

El olfato es curiosidad y la vista la depredación. El olfato de los perros es su mejor consejero en los primeros momentos de su vida (porque nace ciego y sordo), y así debería ser el resto de su vida pero, por desgracia, no es así.
Cuando un perro utiliza la vista como primer sentido estará más nervioso de lo normal o más inseguro, dependiendo del genotipo de carácter del animal. Esto es así porque al usar la vista continuamente están en depredación. El perro deja de oler el mundo que le rodea porque se maneja con la vista y, entonces, entra en guardia y se activa su modo de defensa automáticamente.
Cuando un perro vive a través de la nariz, es prudente y aprende qué es cada cosa. Por eso es importante que tu perro no aprenda a mirar fijamente para conseguir cosas. La nariz despierta la curiosidad, igual que el oído.
El olfato les hace ser pacientes, curiosos y orgánicos.