Congelar piel de plátano, la tendencia que mejora tu jardín

La clásica piel o cáscara del plátano tiene más valor del que uno podría imaginar inicialmente. Congelarla se está convirtiendo en una auténtica tendencia ecológica que consiste en aprovechar sus nutrientes al máximo y emplearlos en el cuidado de las plantas.
Sigue leyendo y descubre los motivos por los cuáles deberíamos hacerlo, qué beneficios tiene y cómo incorporarlo a nuestra rutina diaria de jardinería. Un fertilizante orgánico que puede ser usado a lo largo de todo el año, ya que contaremos con reservas del mismo en todo momento.
¿Por qué congelar la piel del plátano?
Congelar la piel del plátano no solo facilita su almacenamiento, sino que también permite preservar sus nutrientes hasta el momento en que los necesitemos.
Aunque suele desecharse como residuo, esta cáscara contiene cuatro elementos esenciales para el crecimiento saludable de las plantas: fósforo, magnesio, potasio y calcio.
Además, es una excelente fuente de antioxidantes, lo que fortalece la resistencia de las plantas frente a enfermedades y plagas.
Este método resulta especialmente útil si no podemos usarla de inmediato o si deseamos acumular una cantidad suficiente de nutrientes para fertilizar varias plantas a la vez.

Beneficios de la cáscara de plátano para las plantas
Previene plagas: porque puede actuar como un repelente natural para muchos insectos gracias a que se descompone lentamente.
Estimula el crecimiento: tanto el fósforo como el potasio son nutrientes que mejoran la floración y fortalecen las raíces.
Mejora la retención de humedad: si es mezclada con sustrato, aumenta la capacidad con la que cuenta el suelo a la hora de conservar agua.
Cómo utilizar la piel de plátano congelada
Se le pueden dar 3 usos principales dentro de las tareas de jardinería.
Como fertilizante líquido:
- colocamos las pieles congeladas en un recipiente con agua
- dejamos reposar las pieles durante 24-48 horas con el fin de extraer los nutrientes
- finalmente y para regar nuestras plantas usamos el líquido resultante
Troceada en el compost:
- antes de añadirlas a nuestra compostera donde conservamos el compost se pueden triturar las pieles congeladas
- conseguiremos acelerar su descomposición y aportar nutrientes al resto de residuos de origen orgánico
Directamente en el suelo:
- también se pueden enterrar alrededor de las raíces pequeños trozos de piel congelada
- se van a descomponer lentamente, liberando constantemente nutrientes
Un gesto ecológico de gran impacto
Además de beneficiar a nuestras plantas, esta práctica reduce el desperdicio de alimentos y fomenta un estilo de vida más sostenible al ser un fertilizante natural.
Y es que la piel de plátano congelada es un buen ejemplo de cómo algo tan simple puede marcar la diferencia en relación a la jardinería y el cuidado del medio ambiente.
Finalmente conviene recordar que la próxima vez que disfrutemos de un plátano, quizá sea mejor no tirar la piel y congelarla. De esta forma la transformaremos en una buena aliada para nuestras plantas.
Gracias a este pequeño hábito, además de lucir un jardín más verde, lograremos que nuestras plantas estén más saludables y contribuiremos a la conservación del planeta.