¿Sabías que las plantas artificiales también pueden purificar el aire?

Puede que a simple vista esta pregunta no tenga sentido alguno. Pero y si te digo que investigadores de la Universidad de Binghamton están desarrollando una planta artificial que sea capaz de purificar el aire en en interiores. Sí, absorbe el dióxido de carbono y libera oxígeno, como las plantas naturales. Algo no cuadra, ¿verdad? Descúbrelo a continuación.
La alternativa artificial
La idea de estos investigadores es crear biobaterías alimentadas por bacterias para crear una serie de plantas artificiales que sean capaces de emitir oxígeno, se nutran de dióxido de carbono y además, pueden generar cierta energía.
Un proyecto que a pesar de encontrarse en fase experimental, abre las puertas a la posibilidad de mejorar la calidad de aire en los espacios interiores, al igual que lo hacen las clásicas plantas convencionales que todos conocemos. Unos resultados publicados recientemente en la prestigiosa revista Advanced Sustainable Systems.
Los científicos que lideran esta investigación son Seokheun Sean Choi y Maryam Rezaie (estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Nueva York) creen que es posible que en un futuro las plantas artificiales cumplan la función de purificar el aire, de la misma manera que sus homónimas naturales.
El origen de la investigación
Como cualquier genio que se precie, este posible avance científico comenzó sin querer o por casualidad. En un principio, tanto Choi como Rezaie, diseñaron una hoja artificial experimental con bacterias fotosintéticas a partir de 5 células solares biológicas. Los prometedores resultados serían claves a la hora de ampliar la investigación.
Al comprobar que podría dar resultado, crearon una planta artificial con cinco hojas capaz de capturar dióxido de carbono y producir oxígeno. Y de generar energía, aunque por el momento solamente se han alcanzado los 140 microvatios, con lo que su función es limitada.
A pesar de todo, la idea final es la de alcanzar por lo menos un milivatio de energía, suficiente para ciertos usos comunes (cargar el móvil, etc.).

La purificación de los interiores
Los sistemas de purificación actuales son costosos y necesitan de un mantenimiento frecuente (reemplazo de filtros, etc.) para que cumplan correctamente sus objetivos. Por este motivo, la alternativa de emplear plantas artificiales que sean capaces de purificar el aire cobra un papel determinante.
Y es que las plantas artificiales son capaces de reducir hasta en un 90% los niveles de dióxido de carbono, gracias a que aprovechan la luz artificial a la hora de dar paso a la fotosíntesis. Un porcentaje alto, ya que en el caso de las plantas naturales que se benefician de la luz solar, se reduce al 10% más o menos.
Más funciones y mejoras
Para almacenar la energía generada y emplearla a la hora de cargar dispositivos electrónicos, los investigadores estudian la posibilidad de incluir baterías de iones de litio o supercondensadores.
También se plantean diversas mejoras, como la creación de suministros de agua y nutrientes que reduzcan la necesidad de mantenimiento; o incluso el uso de diferentes tipos de bacterias que consigan prolongar la vida útil de estas plantas artificiales.
Después del Covid-19
Para Choi, los materiales de construcción, alfombras, actividades cotidianas como cocinar y hasta el mismo aire que exhalamos pueden aumentar los niveles de dióxido de carbono, afectando nuestra salud. Sobre todo, después de la pandemia de Covid-19 padecida a nivel mundial.
Además asegura que con ajustes futuros, estas plantas artificiales podrían convertirse en elementos comunes en los hogares, ofreciendo un recurso de purificación del aire accesible y autosustentable. Y es que los beneficios con los que cuenta esta nueva tecnología son fáciles de apreciar, concluye Choi con optimismo.
En un futuro, puede que nuestros hogares y oficinas cuenten con plantas artificiales que cumplan el papel que actualmente cumplen las variedades naturales. La purificación del aire en zonas interiores cobra una nueva dimensión gracias a la ciencia. Aunque conviene ser prudente. Veremos qué sucede en los próximos años.