¡Sin obras!
Cómo arreglar una puerta corredera empotrada descolgada
Descubre cómo nivelar, ajustar y asegurar tu puerta corredera.

¿Tienes una puerta corredera que se ha descolgado? Es probable que la puerta se atasque o no se deslice correctamente si se ha descolgado. Pero tranquilo, te enseñamos paso a paso cómo arreglar una puerta corredera empotrada descolgada
Las puertas correderas empotradas se pueden descolorar e impedir el correcto deslizamiento. Este tipo de puertas se caracterizan por quedar escondidas dentro del tabique al abrirse.
Solucionar este problema, aunque puede parecer complicado a simple vista es muy sencillo y no necesitas desmontar toda la pared.
Por qué se descuelga una puerta corredera empotrada
Antes de reparar la puerta es recomendable saber cuáles son las causas más comunes de una puerta descolgada:
- Rodamientos deteriorados: con el uso continuado, las ruedas que permiten el desplazamiento de la puerta pueden desgastarse, aflojarse o incluso romperse.
- Fijación defectuosa: si los soportes que unen la puerta al mecanismo corredero están mal ajustados o se han soltado, la puerta puede descolgarse parcial o totalmente.
- Problemas en la guía inferior o superior: tanto el carril inferior como el superior pueden deformarse con el uso o haberse instalado de forma incorrecta. Esto afecta directamente al deslizamiento de la puerta.
- Fallo en el sistema de anclaje: si el anclaje del riel superior presenta roturas o está fuera de su sitio, será necesario revisarlo y repararlo.
- Desgaste general del sistema: el conjunto de elementos que permiten que la puerta se mantenga alineada puede deteriorarse con los años, sobre todo si no se ha realizado un mantenimiento regular.
Índice de contenidos
Herramientas
-
Destornillador (estrella y plano).
-
Llave Allen.
Materiales
-
Linterna.
-
Guantes.
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Tiempo total
20 m
Paso a paso
Paso a paso para arreglar una puerta corredera empotrada descolgada
1- Retira el embellecedor
Las puertas correderas empotradas, normalmente, cuentan con un embellecedor en la parte superior que oculta el riel. Desencaja el embellecedor con cuidado; es probable que vaya atornillado y debas quitar los tornillos con un destornillador adecuado.
Al retirarlo, asegúrate de no dañar la superficie del marco ni forzar las piezas. Coloca los tornillos en un recipiente para no perderlos.
2- Alinea la puerta
Ahora que has quitado el embellecedor, deberías ver el riel y el sistema de sujeción de la puerta. También podrás ver los tornillos de ajuste, que son los encargados de alinear la puerta.
Utiliza una llave fija o una llave Allen, según el tipo de tornillo, para regular la altura. Si los aprietas, la puerta sube; en cambio, si los aflojas, baja. Así que, según el caso, aprieta o afloja esos tornillos. Puedes utilizar un nivel de burbuja para comprobar que la puerta queda completamente recta.

3- Vuelve a colocar el embellecedor
Después de comprobar que la puerta abre y cierra correctamente, vuelve a instalar el embellecedor superior siguiendo el orden inverso al desmontaje. Asegúrate de que quede bien encajado y que los tornillos estén firmes.
¡Problema resuelto! Ya puedes disfrutar de tu puerta corredera como el primer día.
Qué hacer si la puerta está completamente suelta
1. Comprueba los enganches superiores
Observa si los enganches que sujetan la puerta al sistema corredero están sueltos, desencajados o rotos.
Si alguno de ellos se ha soltado, vuelve a engancharlo cuidadosamente.
Si el soporte o la pieza de anclaje está deteriorada o rota, es recomendable sustituirla por una nueva compatible con el sistema.

2. Reengancha la puerta al riel superior
Si la puerta se ha salido completamente del carril, sigue estos pasos para volver a colocarla:
Inclina ligeramente la parte inferior de la puerta hacia ti para ganar espacio.
A continuación, empuja suavemente la parte superior hacia el riel hasta que encaje en su sitio.
Una vez colocada, aprieta firmemente los tornillos de sujeción para asegurar que la puerta no se vuelva a descolgar.
Mantenimiento para evitar que vuelva a descolgarse
- Lubrica los rodamientos cada medio año con un lubricante específico para rieles. Esto reducirá el desgaste y facilitará el movimiento.
- Evita golpes fuertes al abrir o cerrar la puerta. Aunque estén diseñadas para resistir el uso diario, los impactos pueden dañar el sistema interno.
- Revisa regularmente el estado de los rodamientos y asegúrate de que los tornillos de sujeción no se aflojan.
- Limpia el carril inferior y superior para evitar la acumulación de polvo o suciedad. Usa un aspirador de mano o un cepillo pequeño para retirar residuos.