Cómo arreglar una junta de estanqueidad

Las juntas de estanqueidad están diseñadas para sellar y evitar la entrada de agua, polvo y aire entre dos superficies en contacto. Normalmente, se fabrican con materiales como goma, silicona o caucho, y se utilizan en puertas, ventanas, electrodomésticos y tuberías, entre otros. Con el paso del tiempo, estas juntas pueden desgastarse, perdiendo eficacia y llegando a despegarse.
A continuación, te enseñamos paso a paso cómo arreglar una junta de estanqueidad. ¡Toma nota!
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Tiempo total
30 m
Materiales
- Paño.
- Alcohol.
- Espátula.
- Pegamento extra - fuerte.
Paso a paso para arreglar una junta de estanqueidad
Paso 1 - Limpia la superficie
El primer paso consiste en limpiar la superficie donde necesitas pegar la junta. Para ello, despega por completo la junta deteriorada y usa un paño humedecido en alcohol para limpiar restos de adhesivo, grasa y suciedad. Este paso es crucial para conseguir una buena adherencia.
Si te cuesta despegar la junta, utiliza una espátula o cúter para hacer palanca y retirarla.

Paso 2 - Pega la junta de estanqueidad en su lugar
Ahora que la superficie ya está limpia, aplica un pegamento universal extra - fuerte en el canal donde quieres pegar la junta y fíjala ejerciendo presión para que se adhiera bien. El pegamento que utilices debe ser resistente a las vibraciones y los cambios de temperatura.
Paso 3: Verifica la adhesión final
Deja secar el tiempo recomendado por el fabricante del adhesivo y revisa que la junta ha quedado bien sujeta. Como ves arreglar una junta de estanqueidad es muy sencillo.
Consejos para evitar el desgaste de las juntas de estanqueidad
- Evita productos abrasivos: no utilices productos que contengan disolventes sobre las juntas de estanqueidad, ya que se pueden desgastar y volver más frágiles al perder elasticidad. Utiliza productos suaves o específicamente diseñados para el material de las juntas.
- Comprueba las juntas: los cambios de temperatura y el paso del tiempo, pueden afectar a la flexibilidad de las juntas y causar fisuras. Repáralas cuanto antes para evitar daños mayores.
- Limpieza regular: limpia las juntas regularmente para evitar que la suciedad se acumule.
- Lubricar las juntas: lubrica las juntas de estanqueidad si son de caucho o poliuretano para aumentar su flexibilidad.
¿Cuándo es necesario reemplazar la junta de estanqueidad?
En algunos casos, arreglar una junta de estanqueidad no es suficiente y es necesario reemplazarla por completo.
El proceso para sustituir las juntas es muy sencillo y similar al de la reparación:
- Limpia bien la zona donde vas a colocar la nueva junta con un trapo humedecido en alcohol.
- Pega la nueva junta en el lugar con pegamento extra - fuerte y asegúrate que queda bien alineada para evitar filtraciones.
- Espera el tiempo de secado recomendado por el fabricante.
A continuación, te explicamos cómo identificar cuándo es el momento de hacerlo:
Desgaste:
Con el paso del tiempo, es probable que las juntas se deteriores. Si la junta de estanqueidad se agrieta, se deforma o rompe, es hora de cambiarla.
Mala estanqueidad:
Las juntas de estanqueidad están diseñadas para impedir el paso de líquidos o gases. Si notas humedad, manchas o señales de fuga, es probable que la junta haya perdido su capacidad de sellado y deba ser reemplazada.
Perdida de flexibilidad:
El material de las juntas debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las superficies de contacto. Si notas que la junta se ha endurecido, es probable que ya no pueda sellar correctamente y sea más propensa a romperse.
Indicaciones del fabricante:
Algunas juntas de estanqueidad, especialmente las expuestas a temperaturas extremas, productos químicos o a uso continuo, deben ser sustituidas de acuerdo con las recomendaciones del fabricante como parte del mantenimiento regular.
Tipos de juntas de estanqueidad
Existen diversos tipos de juntas de estanqueidad según su material de fabricación. Algunas de las más comunes:
- Juntas de goma o caucho: se tratan de las juntas de estanqueidad más comunes. Su flexibilidad, durabilidad y resistencia a la humedad las convierten en unas juntas ideales para puertas, ventanas y electrodomésticos.
- Juntas de silicona: estas juntas son resistentes a las altas temperaturas y al agua. Soportan los cambios de temperatura sin perder la flexibilidad.
- Se utilizan en hornos, frigoríficos y ventanas.
- Juntas de poliuretano: son resistentes a la abrasión y al desgaste, por lo que se utilizan en sistemas hidráulicos y sellado de maquinaria industrial.
- Juntas de PTFE (Teflón): estas juntas son resistentes a la corrosión y a los productos químicos. Principalmente se utiliza en la industria química y farmacéutica.