Cómo hacer las sardinas perfectas para la noche de San Juan
Especial San Juan
Un clásico del verano que nunca falla en la Noche de San Juan: te contamos cómo hacerlo bien

La noche de San Juan es fuego, mar y el inconfundible aroma a sardinas asadas que inunda playas, jardines y plazas. En muchas regiones, el 23 de junio no se entiende sin una buena ración de sardinas recién hechas, doradas por fuera, jugosas por dentro, con ese punto justo de sal y un toque ahumado que se queda grabado en la memoria. Pero ¿cómo lograr que salgan perfectas? Aquí te lo contamos, paso a paso.
Sardinas en San Juan: una tradición que se saborea
No es casualidad que las sardinas sean las reinas de esta noche. Junio es su temporada, cuando están más sabrosas y llenas de grasa buena. Asarlas sobre las brasas es un ritual que conecta con el fuego purificador de San Juan, y en lugares como Galicia, Málaga o Alicante, forman parte del paisaje festivo tanto como las hogueras o los fuegos artificiales.
Comer sardinas en San Juan es una forma de celebrar la abundancia del mar y dejar atrás lo viejo para empezar el verano con energía renovada.
Cómo asar sardinas a la brasa sin que se peguen ni se rompan
Imagínate una parrilla humeante, un crepitar suave y ese olor tan característico que mezcla salitre, carbón y piel tostada. Para que las sardinas queden perfectas, hay que empezar por lo esencial: el producto.
Elige sardinas frescas, de tamaño medio, con la piel brillante y sin olor fuerte. No hace falta limpiarlas por dentro ni quitarles las escamas: cocinarlas tal cual ayuda a conservar su sabor y jugosidad, y además evita que se peguen a la rejilla.
Unta la parrilla con un poco de aceite para facilitar el despegue, y colócalas cuando las brasas ya no tengan llama, solo un calor constante. Lo ideal es cocinarlas unos dos o tres minutos por cada lado, sin moverlas hasta que la piel empiece a despegarse sola.
Una vez hechas, se sirven directamente sobre pan, papel de cocina o una tabla de madera. Sencillas, sin adornos, con todo el sabor del verano en la costa.
Sardinas al horno: una opción limpia y deliciosa
Si no tienes barbacoa, no pasa nada. El horno también puede ser tu aliado para conseguir sardinas deliciosas. Colócalas en una bandeja cubierta con papel de horno, sin amontonarlas. Puedes añadir un chorrito de aceite de oliva, una ramita de tomillo o una rodaja de limón para darles un toque fresco.
Con el horno precalentado a 220 ºC, bastan 10 o 12 minutos para que estén en su punto: doradas por fuera, tiernas por dentro, y con ese jugo que pide pan para mojar.
Y si te apetece un extra, puedes servirlas con una vinagreta suave de ajo, perejil y limón, o con una cucharada de alioli casero.

Sardinas a la plancha: sabor casero con menos olor
Cuando ni la parrilla ni el horno están disponibles, la plancha o una sartén grande pueden sacarte del apuro. Para reducir olores, abre ventanas, enciende el extractor y coloca una piel de limón o una ramita de laurel en la sartén. Ayuda a neutralizar aromas y aporta un matiz diferente.
Cocínalas como en la barbacoa: sin tocarlas demasiado, a fuego fuerte, y dándoles la vuelta solo una vez. El resultado será igual de sabroso, con menos complicaciones.

¿Con qué se acompañan unas buenas sardinas?
Las sardinas de San Juan no necesitan mucho para brillar. Pero hay clásicos que elevan la experiencia:
- Cachelos gallegos: patatas cocidas con la piel, servidas con aceite de oliva virgen extra y un toque de pimentón.
- Pan rústico o de hogaza, que absorbe el jugo de las sardinas y lo transforma en un bocado irresistible.
- Ensaladas frescas con tomate, cebolla y pimientos asados, para equilibrar la intensidad del pescado.
- Un postre dulce como la coca de San Juan.
- Vino blanco frío (Albariño, Godello o Txakoli) o una cerveza bien tirada.
Y si la cena es en la playa, nada como un mantel bonito, un poco de música y el sonido de las olas como telón de fondo.
Un toque de magia para terminar
Dicen que la noche de San Juan es la más corta del año, pero también la más intensa. Si quieres añadir un gesto simbólico a tu cena:
- Quema un papel con tus deseos junto al fuego o una vela.
- Pon una ramita de romero bajo el plato, como amuleto de buena suerte.
- Cena bajo las estrellas.
Porque enSan Juan no hace falta mucho más que una buena compañía, algo que asar al fuego y ese primer bocado que sabe a verano.