Karlos Arguiñano se queda sin palabras al abrir un huevo

Karlos Arguiñano, con más de tres décadas frente a las cámaras cocinando con naturalidad y sentido del humor, protagonizó un momento inesperado en su programa Cocina Abierta de Karlos Arguiñano.
Visiblemente sorprendido, compartió con los espectadores un curioso hallazgo que demuestra que, incluso después de tantos años entre fogones, la cocina siempre puede sorprendernos. Mientras preparaba una tortilla de morcilla y cebolla caramelizada, al cascar un huevo en el recipiente, notó que tenía dos yemas.
'¡Bien, Arguiñano!', se felicitó. Pero la sorpresa no terminó ahí. Al romper otro huevo para continuar con la receta, encontró otra doble yema. '¡Bien, qué día llevo hoy!', exclamó.
Su asombro creció al contar las yemas: '¡Cuatro! ¡No puede ser!'. Entre risas, se preguntó qué estaba pasando con sus huevos y bromeó: 'Algo gordo está pasando... se acerca la primavera'.

Recordó entonces un episodio anterior, cuando al cascar un huevo descubrió tres yemas. 'Hay un vídeo por ahí que se hizo viral... ¡Los huevos de Arguiñano tienen tres yemas!', comentó divertido.
Cuántas yemas puede tener un huevo
Este curioso episodio nos lleva a preguntarnos: qué tan frecuente es encontrar huevos con yemas múltiples y qué factores influyen en su formación?
Contrario a la creencia popular, un huevo puede contener más de una yema, siendo la doble yema el caso más común.
Este fenómeno ocurre aproximadamente en 1 de cada 1.000 huevos, aunque la frecuencia puede variar según diversos factores, principalmente la edad de la gallina y su genética.
Las gallinas jóvenes, especialmente aquellas que están iniciando su ciclo de postura, entre las 20 y 28 semanas de edad, son más propensas a producir huevos con doble yema. Esto sucede cuando su sistema reproductivo libera dos óvulos a la vez, los cuales quedan encapsulados dentro de una misma cáscara durante la formación del huevo.
Además, existen razas de gallinas que son genéticamente más propensas a producir huevos de doble yema, como la Lohmann Brown y la Rhode Island Red. Algunos criadores especializados incluso han desarrollado líneas de aves específicamente seleccionadas para aumentar la frecuencia de este fenómeno.
Los huevos con doble yema suelen ser más grandes que los normales. Mientras un huevo estándar pesa entre 50 y 60 gramos, uno con doble yema puede alcanzar los 70-90 gramos. Esta diferencia de tamaño y peso es una de las formas más evidentes de identificarlos.
¿Es posible identificar un huevo de doble yema antes de abrirlo?
Aunque no existe un método infalible, hay algunas señales que podemos observar:
Por ejemplo, el tamaño es el indicador más evidente: estos huevos son considerablemente más grandes y más pesados que los normales. También suelen presentar una forma más alargada o irregular que los huevos convencionales.
En la industria avícola, este tipo de huevos pueden detectarse mediante ovoscopia, un procedimiento en el que se iluminan con una luz potente para observar su interior. Algunas empresas incluso los comercializan en cajas especiales, aunque no son muy comunes en el mercado.
Desde el punto de vista nutricional, los huevos con doble yema son completamente seguros para el consumo. De hecho, aportan aproximadamente el doble de los nutrientes presentes en la yema, incluyendo vitaminas A, D, E y K, ácidos grasos omega-3 y proteínas.
Para los cocineros profesionales, encontrar un huevo con doble yema puede ser una ventaja o un desafío. En repostería, donde la precisión es clave, estos huevos pueden alterar las proporciones y afectar el resultado final. Por ello, muchos chefs prefieren pesarlos individualmente para garantizar la exactitud en sus preparaciones.
Más allá de su impacto en la cocina, este fenómeno nos recuerda que la naturaleza siempre tiene formas de sorprendernos. Incluso en los ingredientes más básicos, como los huevos, pueden ocurrir pequeños milagros que desafían lo ordinario.