La Comunitat Valenciana guarda estos tesoros gastronómicos que casi nadie conoce (más allá de la paella)
Sabores con sello
Del arroz a los cítricos, los productos con denominación de origen que hacen única la cocina valenciana

Cuando pensamos en gastronomía valenciana, la primera imagen que nos viene a la mente es la paella junto a la Albufera. Sin embargo, la Comunitat Valenciana esconde un sinfín de productos con denominación de origen e indicaciones geográficas protegidas que son auténticos tesoros gastronómicos. Del arroz al embutido, pasando por los cítricos, aceites o dulces, cada uno de estos alimentos cuenta con un sello de calidad que garantiza su origen, su tradición y, sobre todo, su sabor.
En el Día de la Comunitat Valenciana, merece la pena ir más allá del tópico y descubrir esos ingredientes que hacen única su cocina.
Arroz de Valencia, el alma de la Albufera
La Denominación de Origen Arroz de Valencia protege desde hace décadas uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española. Sus variedades más reconocidas -Senia, Bomba y Albufera- se cultivan en el entorno de la Albufera y otras zonas arroceras de la Comunitat. Estos granos tienen la capacidad de absorber el sabor del caldo sin romperse, lo que los convierte en la base perfecta para una paella auténtica o para otros arroces locales como el 'arroz a banda' o el 'arroz al horno'.
Además, el cultivo del arroz es inseparable del paisaje: los humedales valencianos mantienen un equilibrio ecológico donde agua, aves y tradición conviven desde hace siglos. Para reconocerlo en el mercado, basta con fijarse en la etiqueta con contraetiqueta numerada que otorga el Consejo Regulador del Arroz de Valencia.
Aceites con identidad propia
Aunque menos conocidos que los andaluces, los aceites de la Comunitat Valenciana también cuentan con sello de calidad. Durante años existió la DOP Aceite de la Comunitat Valenciana, que amparaba variedades locales como la Serrana de Espadán, la Blanqueta o la Farga. Estos aceites se distinguen por su perfil suave y equilibrado, con notas herbáceas y un toque frutado que marida a la perfección con ensaladas frescas o pescados a la brasa.
Hoy, algunas de estas producciones se han reagrupado en denominaciones locales más pequeñas, como las que protegen los aceites de las sierras de Espadán y Calderona. Una oportunidad para redescubrir un oro líquido que, aunque discreto, tiene tanto carácter como los más famosos de España.
Cítricos valencianos, jugo con denominación
Pocas frutas identifican tanto a una tierra como la naranja lo hace con Valencia. La IGP Cítricos Valencianos protege las naranjas, mandarinas y limones cultivados en la región bajo estrictos criterios de calidad. Se caracterizan por su equilibrio entre dulzor y acidez, su aroma intenso y su jugosidad, resultado de un clima y un suelo privilegiados.

Este sello asegura que detrás de cada pieza hay un agricultor que mantiene viva la tradición citrícola valenciana. En temporada, pasear por los campos de la Ribera o de la Plana es un espectáculo de color y aroma que después llega a la mesa en forma de zumo, postres o ensaladas. Puedes conocer más en la web del Consejo Regulador de Cítricos Valencianos.
Embutidos de Requena, tradición de interior
No todo en la Comunitat Valenciana son huertas y naranjos: en la comarca de Requena, el interior presume de una larga tradición charcutera reconocida con la IGP Embutido de Requena. Bajo este sello se amparan especialidades como la longaniza, el chorizo, el salchichón, la morcilla o el singular 'perro', un embutido típico de la zona.

El clima frío y seco de la comarca favorece una curación natural que da como resultado productos intensos y sabrosos, perfectos para acompañar con los vinos de Utiel-Requena. Una combinación que demuestra la riqueza gastronómica del interior valenciano y que sorprende a quienes solo asocian esta tierra con la costa y la paella.
Otros tesoros con denominación
La lista de productos con DO e IGP en la Comunitat Valenciana es extensa y variada. Entre ellos destacan la Granada Mollar de Elche, el Kaki de la Ribera del Xúquer, los Nísperos de Callosa d’en Sarrià, la Uva de mesa embolsada del Vinalopó, la Chufa de Valencia, la Alcachofa de Benicarló o el Turrón de Jijona y Alicante. Todos ellos reflejan la diversidad de paisajes, climas y tradiciones de la región, y ofrecen un recorrido gastronómico que va de la huerta al mar, pasando por la montaña.
En este Día de la Comunitat Valenciana, conviene recordar que la paella es solo la punta del iceberg de una tradición culinaria rica y diversa. Los productos con denominación de origen e indicaciones geográficas son la mejor prueba de que esta tierra guarda tesoros que van mucho más allá de lo evidente.