¿El cacahuete es fruto seco o legumbre? La verdad que casi nadie conoce

Curiosidad alimentaria

Aunque lo comemos como fruto seco, el cacahuete pertenece en realidad al grupo de las legumbres. Te contamos por qué y qué lo hace tan especial

Aunque se comercializa como fruto seco, el cacahuete es una legumbre que crece bajo tierra, dentro de una vaina.
Aunque se comercializa como fruto seco, el cacahuete es una legumbre que crece bajo tierra, dentro de una vaina. | Freepik

¿Alguna vez te has preguntado si el cacahuete es realmente un fruto seco? Aunque lo vemos junto a las almendras, avellanas o nueces en el supermercado, lo cierto es que el cacahuete no es un fruto seco, sino una legumbre. Sí, como lo lees: pertenece a la misma familia que los garbanzos, las lentejas o las habas.

¿Por qué pensamos que es un fruto seco?

La confusión viene del uso que hacemos del cacahuete. Lo comemos tostado, salado, en crema (como la popular mantequilla de cacahuete) o como snack, siempre en contextos similares al de los frutos secos. Además, su sabor intenso, textura crujiente y alto contenido en grasas saludables lo hacen muy parecido a las nueces en lo culinario. Pero desde el punto de vista botánico, es otra historia.

¿Qué lo convierte en una legumbre?

A diferencia de los frutos secos, que proceden de árboles, el cacahuete crece en una planta herbácea baja. Tras la polinización, la flor se curva hacia el suelo y el fruto madura bajo tierra, lo que ya es una gran pista: se comporta como una legumbre.

Además, su vaina contiene una o dos semillas, igual que los guisantes o las habas. Por eso, los botánicos lo clasifican dentro de la familia Fabaceae, la misma que las leguminosas clásicas. Su nombre científico es Arachis hypogaea.

Del campo al plato: el cacahuete se consume de muchas formas, desde tostado y pelado hasta convertido en crema.
Del campo al plato: el cacahuete se consume de muchas formas, desde tostado y pelado hasta convertido en crema. | Freepik

¿De dónde viene el cacahuete?

El cacahuete es originario de Sudamérica, concretamente de las regiones actuales de Bolivia y el norte de Argentina. Se han encontrado evidencias arqueológicas de su cultivo desde hace más de 3.500 años. Fueron los colonizadores españoles y portugueses quienes lo llevaron a África y Asia, donde se adaptó con rapidez a los climas cálidos.

Hoy en día, China, India, Nigeria y Estados Unidos son los principales productores mundiales. En muchos de estos países se utiliza tanto para el consumo directo como para la elaboración de aceite de cacahuete.

Así se cultiva

Una de las características más curiosas del cacahuete es su modo de cultivo. Tras la fecundación, la flor genera un tallo que se introduce en la tierra, donde la vaina se desarrolla bajo el suelo. El cacahuete necesita suelos sueltos y bien drenados, así como temperaturas cálidas. Tras su recolección, se deja secar y se procesa según su destino: tostado, pelado, molido o prensado.

Usos culinarios del cacahuete

El cacahuete es uno de los ingredientes más versátiles del mundo. En Estados Unidos, la mantequilla de cacahuete es un básico del desayuno. En Asia, se usa en salsas como la satay o para acompañar fideos, arroz y platos salteados. En África, el cacahuete se incorpora a guisos con carne y verduras, como el tradicional mafé de Senegal.

En repostería, lo vemos en turrones, barritas energéticas, bizcochos y galletas. También es habitual en ensaladas, como topping crujiente o en forma de crema para aliños.

Y por supuesto, su forma más popular es como snack, ya sea natural, tostado o con miel y especias.

Los cacahuetes troceados aportan un toque crujiente y sabroso a ensaladas frescas.
Los cacahuetes troceados aportan un toque crujiente y sabroso a ensaladas frescas. | Hogarmanía

¿Es saludable?

Desde un punto de vista nutricional, el cacahuete es muy completo. Aporta una gran cantidad de proteínas vegetales (alrededor de 25 gramos por cada 100 gramos), lo que lo convierte en una excelente opción para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, o que buscan aumentar su ingesta proteica de origen vegetal.

También es rico en grasas saludables, principalmente del tipo monoinsaturado, similares a las del aceite de oliva. Estas grasas contribuyen a reducir el colesterol LDL (el “malo”) y proteger la salud cardiovascular.

Además, es una buena fuente de fibra, que favorece la digestión y ayuda a mantener la sensación de saciedad, y contiene vitaminas del grupo B (como la niacina o B3, esencial para el metabolismo energético) y vitamina E, un potente antioxidante.

En cuanto a los minerales, el cacahuete aporta magnesio, zinc, fósforo, potasio, hierro y calcio, todos ellos fundamentales para el buen funcionamiento del organismo.

Gracias a este perfil, el cacahuete es ideal como snack energético o como complemento en desayunos y ensaladas.

Eso sí, hay que tener precaución: es uno de los alérgenos alimentarios más comunes, especialmente entre los niños. En personas alérgicas, incluso pequeñas cantidades pueden provocar reacciones graves, por lo que debe consumirse con responsabilidad y mantenerse fuera del alcance en entornos sensibles.

Y ahora que sabes que no es un fruto seco, ya tienes el dato perfecto para marcarte un “¿sabías qué?” en tu próxima cena.

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