¿A quién no le ha pasado en alguna ocasión se le ha caído al suelo un
alimento? Es común y entre los alimentos, seguramente te haya pasado con
bocadillos, sádwiches, frutas, helados, un trozo de pizza, etc. Nadie
está a salvo.
Y más, teniendo en cuenta la superficie donde se nos ha caído el alimento, ya que no es lo mismo que sea en nuestra propia cocina recién limpia que en una acera de la calle, donde la higiene es prácticamente inexistente.
Todos hemos oído hablar de la "regla de los 3 segundos o 5 segundos" que consiste en que si se te ha caído un alimento al suelo y solamente han pasado de 3 a 5 segundos, sería suficiente con recogerlo, soplar un poco y ya puedes comerlo.
Pues bien, esta regla no es cierta. Según el estudio mencionado anteriormente elaborado por la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) y James E. Rogers, director de investigación y pruebas de seguridad alimentaria en Consumer Reports "nunca deberíamos comer un producto o alimento que se haya caído al suelo, aunque hayan pasado menos de 5 segundos".
La explicación a esta conclusión tan contundente es muy sencilla: las bacterias que se encuentran en cualquier superficie contaminada pueden transmitirse a un trozo de comida casi de forma instantánea, con lo que el riesgo de intoxicación es evidente.

Por su parte, Donald W. Schaffner, uno de los autores del estudio afirma que cuanto más tiempo permanezcan los alimentos en el suelo, más bacterias se transmitirán, algo lógico por otra parte.
Existen millones de microorganismos o gérmenes que viven en el suelo y algunos de ellos son considerados como patógenos lo que quiere decir que pueden producir enfermedades y problemas de salud en el hombre o animal.
Y otro dato que nos aporta, la comida húmeda se contamina a un ritmo superior que la comida seca, con lo que no es lo mismo que se nos caiga al suelo una pieza de fruta o un helado que un bollo o cruasán.
Es más, según un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology en 2006 las baldosas de la cocina o cualquier estancia transfieren las bacterias a un alimento más rápido que por ejemplo, una alfombra, donde el riesgo de contaminación e intoxicación existe, pero es menor.