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Economía

Freidora sin aceite: qué es y por qué está de moda


El mundo de los electrodomésticos ha evolucionado a pasos agigantados gracias a la tecnología. Además, los fabricantes se han visto obligados a adaptarse a las necesidades de un consumidor mucho más exigente, que aboga desde hace ya tiempo por una vida más eficiente y saludable.

Atrás quedan los electrodomésticos de grandes dimensiones, de elevado consumo energético y difícil limpieza. Un claro ejemplo, el desplazamiento de las aspiradoras tradicionales por los robots aspiradores.

Pero, no solo los electrodomésticos de limpieza se renuevan, también lo hacen otros, como es el caso de las freidoras sin aceite o freidoras de aire caliente. Te proporcionamos toda la información sobre este pequeño electrodoméstico, consejos de uso y analizamos si es una buena inversión para tu hogar.

¿Qué es una freidora de aire caliente?

El comer bien y sano ha llegado de la mano de las freidoras de aire caliente. Muchos la llaman la freidora sin aceite, aunque no es el término más correcto para definirlo. El término más correcto para definirlo es: freidora de aire caliente.

En palabras sencillas es una freidora que no necesita aceite para cocinar las frituras u otros alimentos. El resultado no es al 100 % igual que una freidora tradicional, pero sí lo suficientemente similar como para decantarse por ella. Además, cuenta con una gran ventaja: no solo fríe alimentos, los hornea, los asa o tuesta.

Freidora sin aceite: qué es y por qué está de moda

¿Cómo funciona la freidora de aire caliente?

Tal y como su nombre indica, las freidoras de aire caliente cuecen los alimentos a base de aire caliente que circula a alta temperatura y cierta velocidad, simulando la manera de cocinar los alimentos con aceite. Es decir, son como pequeños hornos de convección por aire caliente.

Para cocer los alimentos solo basta introducirlos, programar el tipo y tiempo de cocción y dejar que la freidora haga su magia, mejor dicho, su labor. Parece muy sencillo, ¿verdad? Lo es. Desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) destacan, positivamente, la facilidad de uso de estas freidoras y su seguridad térmica y eléctrica.

Freidora de aire caliente: qué es y cómo usarlo

Ahora bien, vamos al tema que más nos interesa. ¿Consigue que los alimentos queden realmente con ese sabor a frito característico del aceite? La respuesta es sí, aunque con ciertos matices. Por ejemplo, si vamos a freír patatas prefritas, nuggets u otros alimentos precocinados, el resultado será muy similar al de una freidora corriente.

Pero, si lo que buscamos es cocinar alimentos frescos o sin aliño previo, tendremos que doblar el tiempo de cocción y añadir una cucharadita de aceite para conseguir ese tono dorado y costra crujiente del sabor a frito. Como vemos, la diferencia con una freidora convencional sigue siendo abismal.

¿Qué alimentos se pueden cocinar en una freidora de aire? Prácticamente todo tipo de alimentos: desde muslitos de pollo, pasando por las tradicionales patatas fritas, nuggets, croquetas y hasta magdalenas. Eso sí, conviene leer las indicaciones del fabricante y aplicar la cocción estimada para el alimento elegido.

¿Cuánto cuesta?

El precio variará en función de la capacidad de la freidora. Los puedes encontrar desde los 40 euros hasta los 150 euros. Una buena opción es comprarlas en época de rebajas como el Black Friday o el Cibermonday. Te proporcionamos una lista con las freidoras de aire caliente mejor valoradas en Amazon:

1. Innsky Freidora. Con más de tres mil valoraciones, esta freidora de aire caliente cuenta con una capacidad de 5.5 litros, con 8 programas y auto apagado. ¿Lo mejor? No produce humos ni malos olores y viene con un libro de recetas.

2. Freidora con cesta antiadherente. Esta freidora de 4,5 l. es una de las favoritas de los usuarios. ¿La razón? Su tamaño compacto, gran capacidad y coste económico. ¡Se puede regular la temperatura y pertenece a la clase de eficiencia energética A!

3. Aigostar Dragron Pro. De capacidad inferior a las anteriores, esta freidora de aire caliente se caracteriza por su cesta anti adherente y cocinado eficiente. ¿Lo mejor? Es silenciosa.

¿Merece la pena?

Sin lugar a duda, una freidora que consume como mucho unas cuántas cucharadas de aceite es una buena opción para empezar a reducir la cantidad de grasa que habitualmente consumimos.

Por el precio, la utilidad y los beneficios que aporta, podemos decir que es una buena alternativa si estás pensando en cambiar de freidora o quieres empezar a comer de forma más saludable.

Entonces, ¿es una buena inversión? Definitivamente sí: ahorras en aceite, en limpieza y en tiempo de cocina.

Otro elemento a su favor es que no causan olor, ya que el vapor o el aire que expulsan es mucho menor que el de las freidoras convencionales.

Consejos de uso

Si ya tienes una freidora de aire caliente o estas pensando en adquirir una, te proporcionamos unos consejos para sacarle el mayor máximo partido.

  • 1. Elige una freidora que se adecue a tus necesidades. Por ejemplo, desde la OCU indican que para una sola persona o pareja con la de 500 g. es más que suficiente. Una que oscile entre 500 y 1000 g es ideal para una familia media. Una freidora cuya capacidad sea superior a 1000 g es perfecta para una familia grande.
  • 2. A la hora de cocinar, no sobrecargues la freidora. Pon siempre la cantidad recomendada por el fabricante. Es como en el caso de las lavadoras, cuánta más ropa cargues, peor se lavara tu colada.
  • 3. Al colocar los alimentos en el cesto, agítalo antes de programar su cocción. Así, la temperatura llegará de forma uniforme a todos los alimentos.
  • 4. No tuestes demasiado los alimentos, ya que puedes generar acrilamida, una sustancia toxica y posiblemente cancerígena.
  • 5. Ten cuidado. Al fin y al cabo, es un electrodoméstico que necesita mucho calor para cumplir su función. Evita no tocarlo cuando este funcionando.
  • 6. Limpia la freidora después de cada uso. Así evitarás la acumulación de restos de comida y otros.
  • 7. Un tip final. Si vas a cocinas patatas frescas procura que el tamaño de corte sea regular en todas ellas. Así evitarás que las más pequeñas cuezan antes o se quemen.