¿Cómo limpiar la plancha de vapor de manera segura?

¡Despídete de la suciedad! Consigue una plancha de vapor limpia y sin cal con una solución casera elaborada a base de vinagre blanco y agua destilada.
Las planchas de vapor proporcionan un planchado dinámico, sencillo y rápido: se calientan en cuestión de segundos y el vapor que emanan tiene un efecto casi inmediato en la ropa: las arrugas se alisan sin perjudicar las fibras de la tela. Además, su vapor caliente higieniza la ropa eliminando de una pasada los ácaros y otros agentes patógenos.
No obstante y como cualquier otro electrodoméstico, la plancha de vapor también se ensucia y es susceptible a acumular cal y óxido en su depósito. Por fortuna para nosotros, limpiar esta plancha es tan fácil que tan solo tienes que tener a mano vinagre y agua destillada. Sencillo, ¿verdad? ¡Vamos con ello!
Materiales necesarios para limpiar la plancha de vapor
Vinagre blanco
El vinagre blanco, si bien tiene un pH ácido, es ideal para realizar una limpieza frecuente de cualquier tipo de plancha, incluida la de vapor. No obstante, es preciso que lo usemos con precaución, ya que al ser un producto ácido puede corroer los componentes internos de la plancha y generar las temidas manchas marrones en su suela. Pero, que no cunda el pánico, más abajo explicamos cómo utilizarlo.
Agua destilada
Por otra parte, el agua destilada se corona como el líquido efectivo y seguro para limpiar la plancha de vapor. Al estar desmineralizada no deja ningún tipo de residuos en el depósito de la plancha. Es decir, nos olvidamos de la posible corrosión de su mecanismo interno.
Pasos para limpiar la plancha de vapor

¿Cómo preparar la plancha para la limpieza?
Antes de ponernos manos a la obra debemos asegurarnos de que la plancha esté desenchufada o desconectada de la toma de corriente. Bajo ningún concepto aplicaremos esta solución casera en caliente.
¿Cómo limpiar una plancha de vapor y sus orificios?
Ahora bien, para limpiar una plancha de vapor sin esfuerzo vertemos en su depósito una mezcla de 100 ml de agua destilada y 50 ml de vinagre blanco. Calentamos la plancha a máxima temperatura y la purgamos, es decir, expulsamos los minerales y la suciedad a través del vapor sobre una toalla vieja. Si es preciso, pasamos la plancha por la toalla varias veces hasta quitar los residuos de la suela.
Finalmente, volvemos a echar 50 ml de agua destilada en el depósito y soltamos el vapor a máxima potencia. Con este segundo purgado nos aseguramos de eliminar los residuos del vinagre y garantizar una limpieza rápida y segura de la plancha.
Para una limpieza minuciosa, pasamos unos bastoncillos de algodón por los orificios del vapor retirando así cualquier impureza acumulada. Ah, si la montura de la plancha está sucia, bastara con que pasemos un paño ligeramente humedecido en alcohol isopropílico.

Si la suela de la plancha está quemada ...
Si la suela de la plancha está quemada colocamos sal gruesa sobre la toalla y pasamos la plancha por encima en repetidas ocasiones. Lo hacemos con suavidad, tratando siempre de evitar que la suela se raye. Lo mejor de este truco es que no daña el antiadherente de la plancha.
Tras retirar las manchas, desconectamos la plancha, dejamos que se enfríe y pasamos por la base un trapo ligeramente humedecido en agua.
¿Consejos útiles para el mantenimiento de la plancha de vapor?
¿Cómo evitar la acumulación de minerales en la plancha?
Uno de los mejores trucos para evitar que la plancha acumule minerales -cal- es utilizar agua destilada o agua desmineralizada. Este tipo de agua carece de minerales, por lo que no deja residuos en el depósito de la plancha.
Por otra parte, si utilizas agua potable y vives en una zona donde el agua es dura, te aconsejamos realizar una limpieza frecuente del depósito para evitar la acumulación de cal y oxido.
¿Cómo guardar la plancha de vapor después de su uso?
Finalmente, la forma de guardar la plancha de vapor también influye en su vida útil. Por ejemplo, no conviene dejar agua en su depósito, como tampoco es conveniente guardarla caliente o almacenarla en un sitio abierto donde el polvo o la humedad campen a sus anchas.
Lo que sí debemos hacer antes de guardar la plancha es pasar un trapo limpio semihúmedo por su suela. Solo de esta forma retiramos las partículas que la ropa y el agua han dejado sobre ella.