El 1 de marzo es el Día Mundial de los Pastos Marinos. Este es probablemente uno de los
ecosistemas más desconocidos, ya que al encontrarse sumergido en el agua, puede ser
apreciado por muy pocas personas. Sin embargo, es un ecosistema apasionante, y sus
consecuencias a nivel mundial suelen pasar bastante desapercibidas.
En este artículo hablaremos de la importancia del pasto marino, sus especies más características y qué podemos hacer para conservar este maravilloso ecosistema.
¿Qué son los pastos marinos?
El pasto marino, o mejor llamado pradera marina, es un ecosistema marino donde predominan plantas angiospermas que viven continuamente sumergidas en el agua, en áreas poco profundas de las costas y que está presente en todos los continentes, a excepción de la Antártida.
Este ecosistema ocupa únicamente un 0,2% del lecho marino mundial, y las plantas que lo conforman están caracterizadas por ser monocotiledoneas, perennes, rizomatosas y capaces de desarrollar todas sus funciones, incluso la polinización, de manera subacuática.
Hierba marina de los pastos marinos
Ocupan poca área debido a que para hacer la fotosíntesis no puede vivir sumergidas más allá de la zona fótica, por lo que su poca abundancia puede ser un riesgo para su conservación, agravado por el hecho de que las zonas costeras suelen estar más castigadas por la contaminación.
Al tratarse de un ecosistema diseminado por todo el mundo, existen diferentes tipos de
pradera marina, por ejemplo las praderas monoespecíficas, en las que únicamente hay una
especie vegetal, o las multiespecíficas, en la que conviven varias especies. Por este motivo, se
reconocen entre 50 y 70 especies distintas pertenecientes a este ecosistema, localizándose las praderas marinas con mayor diversidad en zonas tropicales como las islas de Filipinas.
Aunque se trate de un ecosistema presente en muchos lugares, hay algunos ejemplos que
destacan por haberse llevado a cabo una mayor investigación y mayores esfuerzos para su
conservación, como en el caso del Mediterráneo, donde destacan especies como la Zostera
marina, la Costera noltii, la Cymodocea nodosa o la gran conocida Posidonia oceanica.
¿Qué papel desempeña la Posidonia oceanica en los ecosistemas?
La Posidonia oceanica se trata de una planta acuática perteneciente a los ecosistemas marinos y que se localiza exclusivamente en el Mediterráneo, por lo que es endémica de esta zona, de la que ocupa un 3% de su lecho marino.
Viven a entre 1 y 3 metros bajo el nivel del mar, pudiendo, excepcionalmente, encontrarse a unos 30 metros de profundidad en zonas especialmente claras donde la luz pueda llegar a esas profundidades. Requiere de una temperatura de unos 10 - 28 ºC, y una concentración salina constante, por lo que se suele estar en zonas del litoral, no así en desembocadura de ríos o lagunas donde la salinidad puede fluctuar.
Posidonia oceanica
Entre muchas de las tareas ecosistémicas que realiza la Posidonia oceanica, destaca la de ayudar a reducir la acidificación de los mares y proteger la línea de costa de la erosión, sirviendo, además, como bioindicador de la calidad de las aguas costeras.
Es fácilmente reconocible, ya que sus hojas tienen forma de cinta y son de un color verde brillante que, al cortarse, se vuelven marrones. Es habitual que las olas arranquen estas hojas de la planta, y lleguen arrastradas a las costas, donde se forman bolas de fibras que ayudan a evitar la erosión del litoral, aunque erróneamente se suela atribuir su origen a las algas.
Debido a su condición de plantas completamente acuáticas, han desarrollado diferencias morfológicas que hacen que, a simple vista, no le veamos un parecido con las plantas de nuestro jardín, como la capacidad de absorber nutrientes mediante sus hojas o la de reutilizar el oxígeno que ellas mismas generan.
Uno de los individuos de Posidonia oceanica que habitan en el mar Mediterráneo, en concreto, cerca de las Islas Baleares, se cree que es uno de los organismos más grandes y longevos del mundo, ya que ocupa unos 700 km2 de lecho marino.
¿Cuáles son las principales amenazas de los pastos marinos?
En las últimas décadas se estima que se han perdido unos 30.000 km² de este
ecosistema, debido principalmente al efecto del humano sobre la naturaleza, destacando la
eutrofización y la sobrepesca.
Eutrofización
Con la primera nos referimos a la presencia excesiva de nutrientes
(principalmente nitrógeno y fósforo) en los ecosistemas marinos como producto de un excesivo y
mal uso de fertilizantes químicos en la agricultura, cuyos componentes acaban llegando a los ríos
y mares.
Estos nutrientes son tóxicos para las praderas marinas, pero, además, potencia el
crecimiento de algas macroscópicas y microscópicas (conocidas como bloom) que se acaban
acumulando en la superficie, impidiendo que la luz solar penetre y provocando la muerte del
ecosistema y de toda la cadena trófica que sustenta.
La sobrepesca, por otro lado, acaba con
miembros de la red trófica del ecosistema, volviéndolo inestable.
¿Cuáles son los beneficios de conservar los pastos marinos o praderas marinas?
Estos ecosistemas tienen una gran diversidad de especies, ya que ofrecen refugio y alimento a muchos animales como tortugas marinas, manatíes o especies más exóticas y en peligro de extinción como los caballitos de mar.
Male Dugong y Golden trevally (Gnathanodon speciosus) alimentándose de lechos de pastos marinos en el Mar Rojo
Aunque, sin duda, uno de los principales motivos de la necesidad de conservar estos ecosistemas es el gran problema medioambiental actual: el cambio climático. Ese está provocado por una gran acumulación de gases atmosféricos, entre los que destaca el CO2.
La presencia de este gas engrandece la importancia de la conservación de los pastos marinos, ya que se trata de un ecosistema que funciona como sumidero de carbono. Se conoce con este nombre a aquellos ecosistemas que tienen una gran capacidad de retirar carbono de la atmósfera y retenerlo, y es que se estima que, ocupando solo el 0,2% del fondo marino, es capaz de capturar un 10% del carbono disuelto en los océanos, siendo su capacidad de retención de carbono hasta 35 veces mayor que la de los bosques tropicales.
Pasto marino
Esta función convierte a estos ecosistemas en una potente herramienta en la lucha contra el cambio climático, ya que el carbono no solo se encuentra presente en la atmósfera, y por tanto, en el aire que respiramos, sino que, poco a poco, reacciona con el agua de los océanos y la acidifica, comprometiendo la biodiversidad marina. Por este motivo, muchas investigaciones apuntan a que debemos mejorar la protección de pastos marinos y otros ecosistemas del mar, ya que, contrariamente a lo que se pensaba hasta hace unas décadas, estos tienen una capacidad de almacenamiento del carbono mucho mayor que la mayoría de ecosistemas terrestres.
¿Qué podemos hacer para proteger los pastos marinos?
Por suerte, en la actualidad, existe gran interés por proteger este tipo de ecosistemas,
centrándose los principales esfuerzos en reducir los niveles de nutrientes disueltos en el agua, así
como los de contaminación. Con esta finalidad se han creado las Áreas Marinas Protegidas
(AMP), zonas acuáticas especiales en las que se restringe la actividad humana, implantando
medidas como la reducción del volumen de pesca, la prohibición de la navegación de barcos...
Recoger las botellas de plástico de la playa
Aun así, la mejor protección de este, y otros ecosistemas, pasa por la concienciación
social. Sin un esfuerzo colectivo, las praderas marinas corren el riesgo de desaparecer para
siempre.