Terapia con animales en la escuela

La terapia con animales en la escuela o terapia asistida con animales (TAA) consiste en introducir en las aulas pequeños seres vivos por parte del profesorado con el objetivo de fomentar el bienestar social, emocional y académico del menor.
La interacción de roedores y reptiles con los niños tiene influencia directa en su concentración y estimulación, fomentando el desarrollo cognitivo y emocional. Cuenta con una serie de beneficios a tener presentes, sobre todo para aquellos alumnos con necesidades especiales y problemas conductuales o emocionales.
Terapia con animales en el entorno escolar
Muchos profesionales aseguran que utilizar animales en el interior de las aulas puede ser muy enriquecedor para los alumnos, así como un método eficaz para poder captar toda su atención. Cada vez son más las escuelas que empiezan a admitir mascotas para niños en su programa educativo y académico.
Generalmente suelen utilizarse animales de pequeño tamaño como conejos y roedores (hámsteres y cobayas). Pueden convertirse en una herramienta muy útil para que los docentes enseñen a sus alumnos valores básicos de comportamiento de una forma divertida y amena.

Los beneficios de realizar terapia con animales en la escuela
La presencia de una mascota enriquece la experiencia en el aula y puede hacer que los niños se enfrenten a sus clases con renovado entusiasmo e interés. Los alumnos sin exposición directa con la naturaleza en su entorno familiar pueden ver, sentir y crear nuevas conexiones.
La observación y el cuidado de los animales desarrollan el sentido de la responsabilidad al mismo tiempo que infunden y aumentan el respeto por la vida. Los niños son capaces de comprobar de primera mano como todos los seres vivos necesitan más cuidados que simplemente proporcionarles agua, comida o juguetes. Empiezan a entender que su comportamiento afecta directamente a los demás.
La inclusión de pequeños seres vivos tiende a disminuir la tensión en el aula. Mediante su cuidado se puede mejorar la asistencia escolar y enseñar a los alumnos más aspectos cercanos al concepto de la responsabilidad.
Numerosos estudios demuestran que los niños de familias con mascotas están mejor equipados para combatir posibles infecciones, mostrando niveles significativamente más altos en el rendimiento del sistema inmunológico. Gran cantidad de jóvenes encuentran en los animales de compañía una balanza para expresar su bienestar emocional.
Es frecuente que los alumnos acudan hasta los animales cuando se sienten frustrados, cansados o con malestar. Estar cerca de ellos les apacigua y ayuda a evitar problemas de mal comportamiento.
Son buenos para la moral y enseñan la importancia de las relaciones con otros seres vivos. A nadie le gusta ser tratado con rudeza. Los niños aprenden pronto que si quieren ser queridos por su mascota tienen que tratarla bien y pronto trasladan esos valores a la vida diaria.
Obligaciones con los animales
Ayudar a cuidar a un animal de compañía les da un sentido de orgullo y logro, especialmente cuando las mascotas son capaces de devolver ese afecto. Es decir, los animales son capaces de subir los niveles de autoestima de los niños.
Los tutores, asesorados por los especialistas, organizan todo lo que tiene que ver con el cuidado y el mantenimiento de los animales para que posteriormente los alumnos se turnen a la hora de atenderlos. La función terapéutica y didáctica es importante.
Para introducir un animal en el entorno educativo hay que tener una serie de precauciones. Primero que todo es necesario averiguar si algún miembro de la clase tiene algún tipo de alergia. Se debe diseñar un programa de cuidados donde los alumnos participen directamente para repartirse todas las tareas.

Las mascotas ayudan a fomentar el desarrollo físico porque estimulan a los niños a relacionarse con los animales y a moverse, pero todavía es mayor el desarrollo social ya que gracias a ellos son más propensos a acercarse e interactuar con otros niños de su clase.
Conforme los alumnos van haciéndose mayores y toman conciencia pueden empezar a preguntar sobre el origen de la mascota e informarse de sus costumbres, por lo que esa iniciativa puede fomentar el desarrollo cognitivo de los más pequeños.
En definitiva, la introducción de terapias con animales en las escuelas ayuda a incrementar y potenciar el desarrollo y bienestar de los estudiantes. A pesar de todo hay que implementar esta técnica de forma cuidadosa y realizar una evaluación continua. El objetivo final es mejorar la experiencia educativa del alumnado y conseguir un buen ambiente escolar.