Cómo conservar queso y embutido en casa para evitar desperdicios

La posibilidad de abrir un embutido de calidad o un buen queso es un auténtico placer que nadie quiere desperdiciar. Su conservación se convierte en todo un reto en el caso de que no se tomen las medidas oportunas. Descubre en las próximas líneas los mejores consejos para mantener estos alimentos siempre frescos y deliciosos. Y que no se estropeen antes de tiempo.
¿Por qué es clave conservar bien el queso y el embutido?
Tanto el queso como el embutido son alimentos delicados que al estar abiertos pueden perder su frescura, oxidarse, secarse o desarrollar moho. Para evitar estas situaciones debes conservarlos correctamente, consiguiendo así que su textura y sabor original perduren, además de reducir el desperdicio de alimentos.
Cómo conservar el embutido en casa
Corta solo lo que vayas a consumir
A pesar de que pueda parecer más práctico cortar lonchas de más, es mejor ir poco a poco, partiendo solamente lo que consideres necesario. Así evitarás que el exceso de embutido que sobre no se reseque o se estropee.
Envuelve bien el embutido
Emplear papel encerado o parafinado (de horno) para alimentos es una opción interesante si cubres los alimentos completamente. También se puede usar film transparente, pero evita, en la medida de lo posible, utilizar exclusivamente el papel de aluminio debido a que no conserva bien la humedad.
Almacénalo en la nevera a la temperatura adecuada
Es preciso señalar que los embutidos tienen que guardarse en el cajón de la nevera a unos 4-8ºC. Este compartimento del frigorífico está pensado para conservar frescos los diferentes tipos de alimentos. Si los guardas en un tupper dentro de la nevera, se conservarán perfectamente durante unos días.
Congélalo si es necesario
Si crees que no vas a consumirlo pronto, la mejor opción es congelarlo. Para ello, colócalo en bolsas herméticas y descongélalo lentamente en la nevera antes de consumirlo.

Cómo conservar el queso en casa
Elige el envoltorio adecuado
Los quesos curados o semicurados pueden conservarse con papel de horno o una tela húmeda que permita la transpiración. Por su parte, los quesos frescos deben de guardarse en recipientes herméticos o en su envase original.
Almacénalo según su tipo
Igualmente, cada clase de queso va a necesitar unas condiciones específicas. Los quesos blandos y frescos deben mantenerse a temperaturas cercanas a los 0-4ºC. Mientras, los quesos duros o curados se pueden conservar en la parte menos fría de la nevera, entre los 6-8ºC.
Evita cambios bruscos de temperatura
Es importante que no saques y vuelvas a introducir el queso en la nevera varias veces seguidas o con relativa frecuencia ya que su sabor y textura podrían verse alteradas.
Cuidado con el moho
En el caso de que aparezca moho en torno al queso duro, debes cortar la parte afectada. Si se produce en los quesos frescos, descártalos por completo.
Errores comunes al conservar queso y embutido
No revisar la humedad en la nevera: El embutido puede resecarse y el queso perder calidad.
Dejar los productos en su envase original de plástico: El deterioro se podría acelerar debido a la falta de ventilación y provocar malos olores en la nevera.
No consumirlos a corto plazo: A pesar de que duren más que otros alimentos, al final su frescura se pierde.
En definitiva, conservar en casa de forma correcta el embutido y el queso no es una tarea complicada, aunque conviene prestar atención a los pequeños detalles.
Gracias a los trucos anteriores conseguirás disfrutar de estos alimentos en su mejor versión y además, evitarás tener que tirarlos a la basura antes de tiempo.