¿Cuánta agua necesitas realmente beber al día?

El agua es esencial para la vida y desempeña un papel crucial en el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. Desde la regulación de la temperatura corporal hasta la eliminación de toxinas, una hidratación adecuada es fundamental para mantener la salud y el bienestar.
Sin embargo, existe mucha confusión sobre la cantidad exacta de agua que debemos consumir diariamente. En este artículo, te traigo las recomendaciones actuales y cómo adaptar la ingesta de agua a nuestras necesidades individuales.
¿Cuánta agua debemos beber al día?
La cantidad de agua que una persona necesita varía según diversos factores, incluyendo la edad, el sexo, el nivel de actividad física y las condiciones climáticas. Tradicionalmente, se ha recomendado la regla de los 8 vasos, que sugiere consumir aproximadamente 2 litros de agua al día. Sin embargo, estudios recientes indican que esta cantidad puede no ser adecuada para todos.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se recomienda una ingesta diaria de 2,5 litros para hombres y 2 litros para mujeres, incluyendo el agua obtenida de alimentos y otras bebidas. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere ajustar la ingesta de agua en función del peso corporal, recomendando aproximadamente 35 ml por kilogramo de peso.
Factores que afectan la necesidad de agua

Actividad física
La práctica de ejercicio físico incrementa significativamente la pérdida de agua a través del sudor y la respiración. Durante actividades físicas intensas, especialmente en ambientes cálidos, el cuerpo puede perder entre 0,5 y 2 litros de agua por hora. Por ello, es esencial reponer estos líquidos para mantener el rendimiento y prevenir la deshidratación. Se recomienda consumir aproximadamente 500 ml de agua por cada hora de ejercicio moderado. En entrenamientos prolongados o de alta intensidad, puede ser necesario aumentar esta cantidad y considerar bebidas con electrolitos para reemplazar los minerales perdidos. Es importante hidratarse antes, durante y después del ejercicio para asegurar una recuperación adecuada.
Clima
Las condiciones climáticas influyen directamente en las necesidades de hidratación. En ambientes calurosos o húmedos, el cuerpo transpira más para regular la temperatura corporal, lo que aumenta la pérdida de líquidos. Asimismo, en climas fríos, aunque la sensación de sed puede disminuir, la pérdida de agua a través de la respiración en aire seco y frío puede ser significativa. Por lo tanto, es crucial ajustar la ingesta de agua según las condiciones climáticas, incrementándola en situaciones de calor extremo o durante actividades al aire libre.
Estado de salud
Diversas condiciones médicas pueden alterar las necesidades hídricas del organismo:
- Fiebre: Aumenta la pérdida de agua a través de la piel y la respiración.
- Infecciones gastrointestinales: Provocan vómitos y diarrea, lo que puede llevar a una rápida deshidratación.
- Enfermedades renales: Pueden requerir ajustes en la ingesta de líquidos, dependiendo de la capacidad de los riñones para excretar agua.
- Diabetes: Los niveles elevados de glucosa pueden aumentar la producción de orina, incrementando la pérdida de líquidos.
En estos casos, es fundamental seguir las recomendaciones médicas para asegurar una hidratación adecuada y evitar complicaciones.
Embarazo y lactancia
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios significativos que aumentan las necesidades de agua:
- Aumento del volumen sanguíneo para sostener al feto.
- Formación del líquido amniótico, esencial para el desarrollo fetal.
- Mayor actividad metabólica, que incrementa la producción de desechos que deben ser eliminados por los riñones.
Se recomienda que las mujeres embarazadas aumenten su ingesta diaria de agua en aproximadamente 300 ml adicionales a los 2 litros recomendados para adultos, totalizando unos 2,3 litros diarios.
En el periodo de lactancia, las necesidades hídricas son aún mayores debido a la producción de leche materna, que contiene un alto porcentaje de agua. Se aconseja que las mujeres lactantes incrementen su consumo de agua en aproximadamente 700 ml adicionales, alcanzando un total de alrededor de 2,7 litros diarios. Es importante que las madres beban agua regularmente y estén atentas a las señales de sed, especialmente durante y después de las sesiones de lactancia.
Beneficios de una hidratación adecuada
- Mejora la función cognitiva: Una hidratación adecuada favorece la concentración y la memoria.
- Regula la temperatura corporal: El agua ayuda a mantener una temperatura corporal estable, especialmente durante el ejercicio o en climas cálidos.
- Promueve la salud renal: Beber suficiente agua facilita la eliminación de desechos a través de la orina y previene la formación de cálculos renales.
- Favorece la digestión: El agua es esencial para una digestión eficiente y para prevenir el estreñimiento.
- Mantiene la salud de la piel: Una buena hidratación contribuye a una piel más saludable y radiante.
Consejos para mantener una hidratación adecuada

- Escucha a tu cuerpo: La sed es una señal de que tu cuerpo necesita agua. No esperes a sentir sed intensa para beber.
- Distribuye la ingesta a lo largo del día: Beber pequeñas cantidades de agua regularmente es más efectivo que consumir grandes cantidades de una sola vez.
- Incluye alimentos ricos en agua: Frutas y verduras como sandía, pepino y naranjas contribuyen a la ingesta total de líquidos.
- Limita bebidas deshidratantes: Reducir el consumo de bebidas con cafeína o alcohol, ya que pueden aumentar la pérdida de líquidos. Prueba con agua saborizada o con frutas .
- Utiliza recordatorios: Aplicaciones móviles o alarmas pueden ayudarte a recordar beber agua regularmente.
Mantener una hidratación adecuada es vital para la salud y el bienestar general. Si bien las recomendaciones generales pueden servir como guía, es importante adaptar la ingesta de agua a las necesidades individuales, teniendo en cuenta factores como el nivel de actividad, el clima y el estado de salud. Escuchar a tu cuerpo y adoptar hábitos que promuevan una hidratación constante te ayudará a mantener un equilibrio óptimo y a disfrutar de una vida más saludable.